Santiago de Chile (PL) El Producto Interno Bruto de América Latina y el Caribe crecerá un 3,5 por ciento en 2013, a pesar de las fluctuaciones de la economía mundial y el más pausado desempeño de los países desarrollados.
La estimación es inferior al 3,8 por ciento de crecimiento inicialmente previsto por los expertos, según el más reciente estudio sobre la temática divulgado el 23 de abril por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal).
El reajuste en el pronóstico fue dado a conocer por la Cepal en su balance actualizado sobre el desempeño de la región en 2012 y los estimados para el presente año.
La dependencia de Naciones Unidas considera que el crecimiento se logrará gracias al dinamismo que mantendrán la demanda interna y el mejor desempeño que se espera de Argentina y Brasil, cuya recuperación en 2012 fue menos dinámica de lo previsto.
Los números de la Cepal aparecen recogidos en el Balance Económico Actualizado para América Latina y el Caribe 2012, que pone al día las cifras difundidas en su balance preliminar de diciembre último, en el cual el vaticinio de crecimiento para 2013 era del 3,8 por ciento.
El nuevo documento estima que el Producto Interno Bruto de Argentina crecerá un 3,5 por ciento y el de Brasil un 3,0 por ciento, incentivados por la recuperación de la actividad agrícola y la inversión, variables que el pasado año experimentaron descensos.
Otro de los factores que respaldarán la expansión será la persistencia del consumo, incentivado por mejores indicadores laborales y el aumento del crédito bancario al sector privado, y en menor medida la inversión.
Entre los vientos favorables se añade la persistencia de los elevados precios de las materias primas, que se mantendrán a niveles altos, aún cuando registren una baja en comparación con los de 2012.
El panorama actualizado de la Cepal indica que la expansión en 2013 será liderada por Paraguay, con un crecimiento de 10 por ciento de su PIB, seguido de Panamá (8,0 por ciento), Perú y Haití (ambos con 6,0 por ciento).
Bolivia, Chile y Nicaragua experimentarán un crecimiento del 5,0 por ciento, en tanto Colombia lo hará en 4,5 por ciento y Uruguay en 3,8 por ciento.
El estudio pronostica para México una expansión del 3,5 por ciento, mientras para las economías de las naciones centroamericanas, además de Cuba, República Dominicana y Haití (incluido como bloque), el 3,8 por ciento.
Con economías especializadas fundamentalmente en la producción y exportación de materias primas, los países de Suramérica deben crecer un promedio de 3,5 por ciento.
De acuerdo con la Cepal, ello se producirá gracias a la persistencia del crecimiento de las economías asiáticas, que son sus principales mercados, con consecuencias positivas tanto en el nivel de ingreso como en el desempeño del sector exportador.
No obstante, las disparidades persistirán, a tono con la naturaleza de los productos comercializados y los destinos.
Las naciones exportadoras de alimentos hacia la zona euro deben experimentar disminuciones en los flujos, en tanto los países productores de cobre y otros minerales deben tener un mejor futuro, estimulados fundamentalmente por la fortaleza de la economía de China.
COMPORTAMIENTO EN 2012
El Balance Económico Actualizado confirmó las grandes tendencias identificadas en el Balance Preliminar de diciembre, que previeron para el pasado año un crecimiento del 3,1 en el PIB de la región, y en realidad fue del 3,0 por ciento.
La causa fue una menor expansión de la economía mundial, afectada por la recesión en Europa, la desaceleración en China y el lento crecimiento de Estados Unidos. Por subregiones, América del Sur creció 2,5 por ciento, Centroamérica (incluidos Cuba, Haití y la República Dominicana), 4,3 por ciento, y el Caribe 0,9 por ciento.
En el Caribe, el aumento del PIB representa una aceleración del crecimiento con respecto a 2010 y 2011.
Uno de los impulsores del crecimiento regional fue la demanda interna, teniendo como base el buen desempeño de los indicadores laborales y la expansión del crédito a las familias.
El alza de las remesas de los emigrantes benefició a naciones de Centroamérica y el Caribe.
Por otra parte, el deterioro de la demanda externa se vio reflejado en un crecimiento del valor de las exportaciones de la región de solo 1,6 por ciento en 2012, que contrasta con el aumento del 23,9 por ciento registrado en 2011.
La reducción de los precios de numerosos bienes de exportación el pasado año repercutió negativamente en el valor exportado y, a diferencia de lo ocurrido en períodos previos, el incremento del volumen fue el factor que impulsó el modesto aumento del valor de las exportaciones. El alza del valor de las importaciones en la región también experimentó una considerable desaceleración, aunque menos pronunciada que en las exportaciones. Del incremento del 22,3 por ciento logrado en 2011, descendió a 4,3 por ciento en 2012.
La tasa de desempleo abierto urbano experimentó otro descenso el pasado año, al pasar de 6,7 por ciento a 6,4 por ciento, la menor cifra de ese indicador en las dos últimas décadas.
No obstante, aún 15 millones de personas carecen de trabajo en zonas urbanas de América Latina y el Caribe.
En otras variables, el superávit de la balanza de bienes de la región se redujo de un 1,3 por ciento del PIB en 2011 a un 0,9 por ciento en el pasado año.
Las autoridades de muchas naciones del área profundizaron en las medidas tendientes a procurar la estabilidad macrofinanciera mediante la aplicación de encajes, en ocasiones para promover el uso de monedas nacionales, como son los casos de Bolivia, Paraguay, Perú y Uruguay.
Mientras que las monedas de Chile, Colombia, México y Perú se apreciaron entre fines de 2011 y fines de 2012 en un contexto de cierto dinamismo económico y gran liquidez internacional, Brasil registró una depreciación nominal significativa respecto del dólar estadounidense, precisa el balance de la Cepal.
El déficit público o brecha entre ingresos y gastos aumentó, con algunas excepciones, debido a un mayor incremento del gasto (0,7 puntos porcentuales del PIB) que de los ingresos (0,3 puntos porcentuales).
Aunque 14 países de América Latina registraron déficit fiscales, la relación promedio entre la deuda pública y el PIB de los gobiernos centrales solo creció el equivalente a 0,7 puntos porcentuales del Producto Interno Bruto, pasando de un 30,5 por ciento en 2011 a un 31,3 por ciento en 2012.
*Corresponsal de Prensa Latina en Chile.
La estimación es inferior al 3,8 por ciento de crecimiento inicialmente previsto por los expertos, según el más reciente estudio sobre la temática divulgado el 23 de abril por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal).
El reajuste en el pronóstico fue dado a conocer por la Cepal en su balance actualizado sobre el desempeño de la región en 2012 y los estimados para el presente año.
La dependencia de Naciones Unidas considera que el crecimiento se logrará gracias al dinamismo que mantendrán la demanda interna y el mejor desempeño que se espera de Argentina y Brasil, cuya recuperación en 2012 fue menos dinámica de lo previsto.
Los números de la Cepal aparecen recogidos en el Balance Económico Actualizado para América Latina y el Caribe 2012, que pone al día las cifras difundidas en su balance preliminar de diciembre último, en el cual el vaticinio de crecimiento para 2013 era del 3,8 por ciento.
El nuevo documento estima que el Producto Interno Bruto de Argentina crecerá un 3,5 por ciento y el de Brasil un 3,0 por ciento, incentivados por la recuperación de la actividad agrícola y la inversión, variables que el pasado año experimentaron descensos.
Otro de los factores que respaldarán la expansión será la persistencia del consumo, incentivado por mejores indicadores laborales y el aumento del crédito bancario al sector privado, y en menor medida la inversión.
Entre los vientos favorables se añade la persistencia de los elevados precios de las materias primas, que se mantendrán a niveles altos, aún cuando registren una baja en comparación con los de 2012.
El panorama actualizado de la Cepal indica que la expansión en 2013 será liderada por Paraguay, con un crecimiento de 10 por ciento de su PIB, seguido de Panamá (8,0 por ciento), Perú y Haití (ambos con 6,0 por ciento).
Bolivia, Chile y Nicaragua experimentarán un crecimiento del 5,0 por ciento, en tanto Colombia lo hará en 4,5 por ciento y Uruguay en 3,8 por ciento.
El estudio pronostica para México una expansión del 3,5 por ciento, mientras para las economías de las naciones centroamericanas, además de Cuba, República Dominicana y Haití (incluido como bloque), el 3,8 por ciento.
Con economías especializadas fundamentalmente en la producción y exportación de materias primas, los países de Suramérica deben crecer un promedio de 3,5 por ciento.
De acuerdo con la Cepal, ello se producirá gracias a la persistencia del crecimiento de las economías asiáticas, que son sus principales mercados, con consecuencias positivas tanto en el nivel de ingreso como en el desempeño del sector exportador.
No obstante, las disparidades persistirán, a tono con la naturaleza de los productos comercializados y los destinos.
Las naciones exportadoras de alimentos hacia la zona euro deben experimentar disminuciones en los flujos, en tanto los países productores de cobre y otros minerales deben tener un mejor futuro, estimulados fundamentalmente por la fortaleza de la economía de China.
COMPORTAMIENTO EN 2012
El Balance Económico Actualizado confirmó las grandes tendencias identificadas en el Balance Preliminar de diciembre, que previeron para el pasado año un crecimiento del 3,1 en el PIB de la región, y en realidad fue del 3,0 por ciento.
La causa fue una menor expansión de la economía mundial, afectada por la recesión en Europa, la desaceleración en China y el lento crecimiento de Estados Unidos. Por subregiones, América del Sur creció 2,5 por ciento, Centroamérica (incluidos Cuba, Haití y la República Dominicana), 4,3 por ciento, y el Caribe 0,9 por ciento.
En el Caribe, el aumento del PIB representa una aceleración del crecimiento con respecto a 2010 y 2011.
Uno de los impulsores del crecimiento regional fue la demanda interna, teniendo como base el buen desempeño de los indicadores laborales y la expansión del crédito a las familias.
El alza de las remesas de los emigrantes benefició a naciones de Centroamérica y el Caribe.
Por otra parte, el deterioro de la demanda externa se vio reflejado en un crecimiento del valor de las exportaciones de la región de solo 1,6 por ciento en 2012, que contrasta con el aumento del 23,9 por ciento registrado en 2011.
La reducción de los precios de numerosos bienes de exportación el pasado año repercutió negativamente en el valor exportado y, a diferencia de lo ocurrido en períodos previos, el incremento del volumen fue el factor que impulsó el modesto aumento del valor de las exportaciones. El alza del valor de las importaciones en la región también experimentó una considerable desaceleración, aunque menos pronunciada que en las exportaciones. Del incremento del 22,3 por ciento logrado en 2011, descendió a 4,3 por ciento en 2012.
La tasa de desempleo abierto urbano experimentó otro descenso el pasado año, al pasar de 6,7 por ciento a 6,4 por ciento, la menor cifra de ese indicador en las dos últimas décadas.
No obstante, aún 15 millones de personas carecen de trabajo en zonas urbanas de América Latina y el Caribe.
En otras variables, el superávit de la balanza de bienes de la región se redujo de un 1,3 por ciento del PIB en 2011 a un 0,9 por ciento en el pasado año.
Las autoridades de muchas naciones del área profundizaron en las medidas tendientes a procurar la estabilidad macrofinanciera mediante la aplicación de encajes, en ocasiones para promover el uso de monedas nacionales, como son los casos de Bolivia, Paraguay, Perú y Uruguay.
Mientras que las monedas de Chile, Colombia, México y Perú se apreciaron entre fines de 2011 y fines de 2012 en un contexto de cierto dinamismo económico y gran liquidez internacional, Brasil registró una depreciación nominal significativa respecto del dólar estadounidense, precisa el balance de la Cepal.
El déficit público o brecha entre ingresos y gastos aumentó, con algunas excepciones, debido a un mayor incremento del gasto (0,7 puntos porcentuales del PIB) que de los ingresos (0,3 puntos porcentuales).
Aunque 14 países de América Latina registraron déficit fiscales, la relación promedio entre la deuda pública y el PIB de los gobiernos centrales solo creció el equivalente a 0,7 puntos porcentuales del Producto Interno Bruto, pasando de un 30,5 por ciento en 2011 a un 31,3 por ciento en 2012.
*Corresponsal de Prensa Latina en Chile.