Por Marino Baez
La
justicia dominicana ha venido cayendo en el descrédito en latoma de
decisiones contra la impunidad y la corrupción administrativa
enquistadas en los fueros del Palacio Nacional, principalmente, durante
los Gobiernos presididos por el doctor Leonel Fernández, donde a pesar
de las críticas, Condenas en juicios Populares y demandas de la
sociedad, esta se ha convertido enla más sofisticada defensora del robo y
el despilfarro público.
La
decisión tomada, no en contra de Guillermo Moreno, sino contra un alto
porcentaje de la sociedad dominicana,por la Fiscal del Distrito
Nacional, Yeni Berenice Reynoso Gómez, responde a un interés particular,
oportunista, favoritista y de desagravio en favor del ex presidente que
cargó con una gran parte del patrimonio público en complicidad con sus
acólitos de palacio.
Certeramente,
el país goza de una inseparable democracia, sin embargo, esta se
encuentra plagada de impunidad en todos los estamentos del estado y el
solo hecho de una fiscal convertirse en cómplice de esa impunidad merece
el rechazo sistemático, audaz y despreciable de los ciudadanos, porque
un país donde no se escucha y promueve el sentir de la sociedad en
contra de los corruptos, no es un país donde se respeta la democracia.
“La
impunidad es falta de castigo, así como impune es lo que queda sin
castigo” (Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española). En
esencia, el archivo definitivo de la demanda por lavado de activos en
favor de la Fundación Global, propiedad de Leonel Fernández, es una
defensa coercitiva a la libertad que un supuesto delincuente logra de la
pena en que ha incurrido, aun con las informaciones probatorias y
fehacientes del delito cometido.
El
rosario de acusaciones públicas en los medios escritos, electrónicos y
en parques recreativos de las provincias del país, son más que
suficientes para que el ex presidente Fernández fuera llamado a un
juicio público, oral y contradictorio, a fin de responder por las
acusaciones, sin embargo, motivos y circunstancias bien conocidas
llevaron a la fiscal Yeni Berenicea actuar en consecuencia favoritista.
Como
decía Cabanellas “la causa más común, porque es la que más hiere la
sensibilidad colectiva, está representada por aquellos casos en que,
siendo conocidos los autores, no se los persigue por razones de orden
político, siempre abusivas y propias de Estados en los que la libertad
ha sido cercenada, la prensa amordazada, los tribunales prostituidos y
el poder entregado en manos de una minoría sostenida por la coacción, el
miedo y la cobardía general”.
La
estrategia del Poder Judicial, de mantener impune el poder político,
preferencialmente el ejecutivo, sirven a un interés particular
avasallante de la dignidad, el desarrollo, la organización, la
democracia y la libertad, donde son vedadas todas las posibilidades de
castigo a quienes han malversado, robado y desviado recursos públicos,
con fortunas y bienes que están a luz de todo el mundo, más que
suficientes para profundizar una exhaustiva investigación, a fin de que
los autores del robo vayan a la cárcel.
Fueron
incontables los Juicios Populares desarrollados en las provincias contra
el ex mandatario, que para Yeni Berenice no tenían importancia, no
llenaron las expectativas, niconsecuencias judiciales, por lo que sería
oportuno que esos mismos Juicios Populares se realicen a todo lo largo y
ancho de la Geografía Nacional, siempre en rechazo a la decisión de
archivar definitivamente el expediente acusatorio contra Leonel
Fernández, pero solicitando la sustitución de la Magistrada Yeni
Berenice, que en vez de bien le hace un gran daño a la justicia
dominicana.
La
estrategia contra la corrupción y la impunidad en el Gobierno, el
Congreso y la Justicia debe ser estricta, drástica, contundente y sin
espacio para la benevolencia, porque esta se ha convertido en un crimen
que afecta las familias, la integridad, el tejido social, la seguridad y
el patrimonio nacional.