El gobierno del presidente ecuatoriano Rafael Correa anunció este jueves que renuncia de forma "unilateral e irrevocable" a las preferencias arancelarias que recibe por parte de Estados Unidos, cuya renovación habÃa sido puesta en duda en caso de que el paÃs sudamericano concediera asilo al exanalista de inteligencia Edward Snowden.
"Ecuador no acepta presiones ni amenazas de nadie y no comercia con los principios ni los somete a intereses mercantiles por importantes que estos sean", indicó en conferencia de prensa el secretario de Comunicación, Fernando Alvarado.
Contenido relacionado
Por qué no acusan de traición a Edward Snowden
América Latina, destino de fugitivos y perseguidos
Snowden, la "cereza" de la ley de medios de Ecuador
En las últimas horas, senadores estadounidenses habÃan indicado que la renovación de la Ley de Promoción Comercial Andina y Erradicación de la Droga (ATPDEA, por sus siglas en inglés) y también del Sistema Generalizado de Preferencias (GSP), que vencen el 31 de julio, estaba "gravemente en juego" si Snowden pisaba suelo ecuatoriano.
clic
Lea también: Por qué Snowden eligió Ecuador
"Si se le concede asilo en Ecuador a Snowden, lideraré los esfuerzos para impedir la renovación del acceso libre de aranceles de Ecuador bajo el GSP y también me aseguraré de que no hay oportunidad alguna para la renovación del ATPDEA", prometió Robert Menéndez, presidente del Comité de Relaciones Exteriores del Senado.
Esta mañana, Alvarado respondió que estas preferencias fueron originalmente otorgadas como una compensación a los paÃses andinos por su lucha contra las drogas, "pero pronto se convirtieron en un nuevo instrumento de chantaje".
El secretario de Comunicación redobló la apuesta y ofreció a Washington una ayuda económica de US$23 millones anuales, monto similar al de las preferencias arancelarias, "con el fin de brindar capacitación en materia de derechos humanos que contribuyan a evitar atentados a la intimidad de las personas", en clara alusión a las revelaciones realizadas por Snowden en contra de los servicios de inteligencia estadounidenses.
Precedente
Para Alvarado, las preferencias arancelarias otorgadas por EE.UU. se convirtieron en un "instrumento de chantaje".
Ésta no es la primera vez que las preferencias arancelarias están en peligro de no ser renovadas.
En abril de 2011, la expulsión de la embajadora de Washington en Quito, Heather Hodges, como consecuencia de un cable diplomático publicado por WikiLeaks sobre la supuesta corrupción policial en Ecuador estuvo cerca de terminar con este beneficio.
Aunque desde entonces el gobierno ecuatoriano ha desarrollado polÃticas alternativas para que sus productos de exportación a Estados Unidos -como rosas, brócolis y chocolates- no se vean seriamente afectados en caso de que las preferencias no se renueven, está claro que el fin del ATPDEA no estaba en los planes de funcionarios gubernamentales ni empresarios locales.
El 15 de mayo pasado, en Chicago, la embajada de Ecuador en Estados Unidos lanzó la campaña Keep Trade Going (mantengamos al comercio funcionando), que contó con la presencia de empresarios ecuatorianos.
Uno de ellos dijo en ese momento a la prensa que "la campaña ayudará mucho para la renovación de la ATPDEA porque nuestros productos son muy solicitados en el mercado americano, cualquier cosa puede pasar".
Las presiones llegadas desde el Capitolio habÃan puesto al gobierno ecuatoriano en la obligación de tomar una decisión: retirarse de la mesa (negar el apoyo a Snowden) o redoblar la apuesta (avanzar con el proceso de asilo).
La decisión de renunciar a las preferencias arancelarias lleva este juego de tensiones diplomáticas a otro nivel: ya no se trata más de Snowden, sino de la posición de Correa de ratificar la soberanÃa ecuatoriana ante el paÃs más poderoso del mundo y uno de sus principales socios comerciales.
Confidencialidad sÃ, espionaje no
La conferencia de prensa, que estaba programada inicialmente para el miércoles por la noche pero se postergó para este jueves por la mañana, fue abierta por las declaraciones del ministro del Interior, José Serrano, quien dijo que en Ecuador se respetan cabalmente los derechos humanos.
"Nosotros sà podemos garantizar cabalmente que ningún ciudadano ha sido espiado con fines polÃticos", indicó el ministro.
Este tema fue retomado por la segunda expositora, Beatriz Tola, quien dijo que si bien en Ecuador se sanciona legalmente la revelación de información confidencial, "el problema es cuando esta reserva de información sirve para ocultar violación de derechos humanos, atentados a la ley y a los tratados internacionales, y violaciones a la soberanÃa de otros estados".
"
Nosotros sà podemos garantizar cabalmente que ningún ciudadano ha sido espiado con fines polÃticos"
José Serrano, Ministro del Interior
Con estas palabras, la secretaria nacional de Gestión de la PolÃtica pareció responder a la editorial del diario estadounidense Washington Post, que habÃa señalado que "si Snowden hubiera hecho su filtración en Ecuador, no solamente él, sino cualquier periodista que recibiera su información podrÃa ser sujeto a inmediata sanción financiera, seguida por un procesamiento”.
Esta editorial provocó la airada reacción del presidente Correa, quien habÃa calificado de descaro la acusación del diario de doble estándar al paÃs sudamericano.
"¿Se dan cuenta del poder de la prensa internacional? Han logrado centrar la atención en Snowden y en los 'malvados' paÃses que lo 'apoyan', haciéndonos olvidar las terribles cosas que denunció contra el pueblo norteamericano y el mundo entero. El orden mundial no sólo es injusto, es inmoral", opinó el mandatario.
Beatriz Tola también negó que su gobierno haya entregado un salvoconducto o documento de refugiado a Edward Snowden e informó que la solicitud de asilo al analista de inteligencia "aún no ha podido ser procesada porque el peticionario no se halla en territorio ecuatoriano, de acuerdo a como manda la ley".
La secretaria nacional de Gestión de la PolÃtica recordó que el pedir asilo es un derecho incluido en la Declaración de los Derechos Humanos, la Convención Americana y la Constitución ecuatoriana, por lo que calificó de "inaudito" el tratar de deslegitimar a un Estado por analizar una petición de asilo.
"Ecuador no acepta presiones ni amenazas de nadie y no comercia con los principios ni los somete a intereses mercantiles por importantes que estos sean", indicó en conferencia de prensa el secretario de Comunicación, Fernando Alvarado.
Contenido relacionado
Por qué no acusan de traición a Edward Snowden
América Latina, destino de fugitivos y perseguidos
Snowden, la "cereza" de la ley de medios de Ecuador
En las últimas horas, senadores estadounidenses habÃan indicado que la renovación de la Ley de Promoción Comercial Andina y Erradicación de la Droga (ATPDEA, por sus siglas en inglés) y también del Sistema Generalizado de Preferencias (GSP), que vencen el 31 de julio, estaba "gravemente en juego" si Snowden pisaba suelo ecuatoriano.
clic
Lea también: Por qué Snowden eligió Ecuador
"Si se le concede asilo en Ecuador a Snowden, lideraré los esfuerzos para impedir la renovación del acceso libre de aranceles de Ecuador bajo el GSP y también me aseguraré de que no hay oportunidad alguna para la renovación del ATPDEA", prometió Robert Menéndez, presidente del Comité de Relaciones Exteriores del Senado.
Esta mañana, Alvarado respondió que estas preferencias fueron originalmente otorgadas como una compensación a los paÃses andinos por su lucha contra las drogas, "pero pronto se convirtieron en un nuevo instrumento de chantaje".
El secretario de Comunicación redobló la apuesta y ofreció a Washington una ayuda económica de US$23 millones anuales, monto similar al de las preferencias arancelarias, "con el fin de brindar capacitación en materia de derechos humanos que contribuyan a evitar atentados a la intimidad de las personas", en clara alusión a las revelaciones realizadas por Snowden en contra de los servicios de inteligencia estadounidenses.
Precedente
Para Alvarado, las preferencias arancelarias otorgadas por EE.UU. se convirtieron en un "instrumento de chantaje".
Ésta no es la primera vez que las preferencias arancelarias están en peligro de no ser renovadas.
En abril de 2011, la expulsión de la embajadora de Washington en Quito, Heather Hodges, como consecuencia de un cable diplomático publicado por WikiLeaks sobre la supuesta corrupción policial en Ecuador estuvo cerca de terminar con este beneficio.
Aunque desde entonces el gobierno ecuatoriano ha desarrollado polÃticas alternativas para que sus productos de exportación a Estados Unidos -como rosas, brócolis y chocolates- no se vean seriamente afectados en caso de que las preferencias no se renueven, está claro que el fin del ATPDEA no estaba en los planes de funcionarios gubernamentales ni empresarios locales.
El 15 de mayo pasado, en Chicago, la embajada de Ecuador en Estados Unidos lanzó la campaña Keep Trade Going (mantengamos al comercio funcionando), que contó con la presencia de empresarios ecuatorianos.
Uno de ellos dijo en ese momento a la prensa que "la campaña ayudará mucho para la renovación de la ATPDEA porque nuestros productos son muy solicitados en el mercado americano, cualquier cosa puede pasar".
Las presiones llegadas desde el Capitolio habÃan puesto al gobierno ecuatoriano en la obligación de tomar una decisión: retirarse de la mesa (negar el apoyo a Snowden) o redoblar la apuesta (avanzar con el proceso de asilo).
La decisión de renunciar a las preferencias arancelarias lleva este juego de tensiones diplomáticas a otro nivel: ya no se trata más de Snowden, sino de la posición de Correa de ratificar la soberanÃa ecuatoriana ante el paÃs más poderoso del mundo y uno de sus principales socios comerciales.
Confidencialidad sÃ, espionaje no
La conferencia de prensa, que estaba programada inicialmente para el miércoles por la noche pero se postergó para este jueves por la mañana, fue abierta por las declaraciones del ministro del Interior, José Serrano, quien dijo que en Ecuador se respetan cabalmente los derechos humanos.
"Nosotros sà podemos garantizar cabalmente que ningún ciudadano ha sido espiado con fines polÃticos", indicó el ministro.
Este tema fue retomado por la segunda expositora, Beatriz Tola, quien dijo que si bien en Ecuador se sanciona legalmente la revelación de información confidencial, "el problema es cuando esta reserva de información sirve para ocultar violación de derechos humanos, atentados a la ley y a los tratados internacionales, y violaciones a la soberanÃa de otros estados".
"
Nosotros sà podemos garantizar cabalmente que ningún ciudadano ha sido espiado con fines polÃticos"
José Serrano, Ministro del Interior
Con estas palabras, la secretaria nacional de Gestión de la PolÃtica pareció responder a la editorial del diario estadounidense Washington Post, que habÃa señalado que "si Snowden hubiera hecho su filtración en Ecuador, no solamente él, sino cualquier periodista que recibiera su información podrÃa ser sujeto a inmediata sanción financiera, seguida por un procesamiento”.
Esta editorial provocó la airada reacción del presidente Correa, quien habÃa calificado de descaro la acusación del diario de doble estándar al paÃs sudamericano.
"¿Se dan cuenta del poder de la prensa internacional? Han logrado centrar la atención en Snowden y en los 'malvados' paÃses que lo 'apoyan', haciéndonos olvidar las terribles cosas que denunció contra el pueblo norteamericano y el mundo entero. El orden mundial no sólo es injusto, es inmoral", opinó el mandatario.
Beatriz Tola también negó que su gobierno haya entregado un salvoconducto o documento de refugiado a Edward Snowden e informó que la solicitud de asilo al analista de inteligencia "aún no ha podido ser procesada porque el peticionario no se halla en territorio ecuatoriano, de acuerdo a como manda la ley".
La secretaria nacional de Gestión de la PolÃtica recordó que el pedir asilo es un derecho incluido en la Declaración de los Derechos Humanos, la Convención Americana y la Constitución ecuatoriana, por lo que calificó de "inaudito" el tratar de deslegitimar a un Estado por analizar una petición de asilo.