El papa
Francisco condenó hoy a los corruptos, en particular aquellos cristianos
que "adoran a un Dios especial: a ellos mismos", y "hacen tanto daño a
la Iglesia", aseguró durante la misa que celebró en la capilla de la
residencia Santa Marta en el Vaticano, donde se aloja desde que fue
elegido pontífice.
Los
corruptos son "un peligro, ya que son adoradores de sí mismos, sólo
piensan en ellos y consideran que no necesitan a Dios", agregó.
El
pontífice se refirió a los pecadores, los corruptos y a los santos,
entre los cuales citó al papa Juan XXIII, de cuyo fallecimiento se
cumplen hoy 50 años, y considera "un modelo de santidad".
Para
Francisco, los corruptos "son pecadores como todos nosotros, pero han
dado un paso más, al consolidarse en el pecado", dijo, informó Radio
Vaticano.
"Pecadores
sí, corruptos no", aseguró el Papa, quien reprobó a los corruptos por
"hacer mucho daño a la Iglesia, mientras los santos no".