El
asesinato del empresario Deyvi Gómez Grullón, de 34 años, ocurrido la
madrugada del pasado martes en Santiago, no se debió a un robo como en
un principio aseguró su esposa Laura Michel Fernández Méndez, de 23
años, sino a un crimen que ella planificó con un joven de Santo Domingo
con el que mantenía una relación extramarital desde hacía varios años.
Así lo
confesó la joven esposa a los oficiales de Investigaciones Criminales
(Dicrim) y miembros del ministerio público de Santiago que tuvieron a su
cargo las investigaciones que concluyeron hoy en la mañana, informó hoy
la Policía y la Fiscalía de esa ciudad.
Fernández
Gómez dijo en presencia de sus abogados que planificó con su amante
Yorbi Manauris García Martínez, de 25 años, el asesinato de su esposo,
lo que llevaron a cabo la madrugada del pasado martes en el apartamento
C-4 del residencial Santiago, en la calle Virgilio Espaillat, en Los
Cerros de Gurabo, en Santiago, donde residía la pereja.
García
Martínez, quien al parecer vive en Santo Domingo, es buscado por la
Dirección Central de Investigaciones Criminales (Dicrim).
Gómez
Grullón, quien era gerente general de la Importadora PG, propiedad de su
padre Pedro Gómez, murió a causa de heridas cortantes y penetrantes,
en el pecho y el cuello, una de las cuales estuvo a punto de
cercenarle la cabeza.
La joven
dijo a los investigadores que en varias ocasiones había solicitado a
su marido el divorcio, pero que éste se negaba y en cambio la
maltrataba.
Para
llevar a cabo el crimen le administró varias pastillas Dormilón y
unas gotas, cuyo nombre dijo a los investigadores no recordaba.
Luego de matar a su marido, su amante la amarró y la amordazó para aparentar que se trataba de un robo.
Los
oficiales para llevar a cabo la investigación se incautaron del celular
de la joven esposa y determinaron que ésta había realizado varias
llamadas telefónicas, una de ellas a una farmacia de Santiago.
Allí le
dijeron que Fernández Gómez había adquirido ocho pastillas para dormir,
de las cuales dos fueron usadas mientras seis estaban en el empaque.
Los
interrogatorios continuaron hasta que la esposa admitió que su marido no
fue asesinado por desconocidos para robarle, sino, por Yorbi su amante
desde hace varios años.
El origen
Versiones
recogidas entre allegados a la pareja en Santiago, señalan que el
empresario y su esposa habían tenido dificultades luego que ésta quedara
embarazada. Para
comprar ocho pastillas para dormir, fue la clave para descubrir que
existía una trama contra el empresario asesinado en Santiago.