"He aceptado la petición de ciertas federaciones de presentarme a un 5to. mandato", anunció Josepeh Blatter, de 78 años, al término del comité ejecutivo de la FIFA, en Zúrich (Suiza). La candidatura del suizo no era un secreto desde que la anunciara en un mensaje de video difundido el 08/09 en el Soccerex de Manchester, una conferencia sobre fútbol y negocios. "Informaré de ello al comité ejecutivo. Es una cuestión de respeto decir a la familia del fútbol: Sí, estaré listo, seré candidato", dijo en aquel video. Blatter respetó, por tanto, su calendario, aprovechando la reunión del comité ejecutivo del fútbol, de 27 miembros contándolo a él.
Después de 16 años en la presidencia, Blatter repite candidatura y lo hace después de capear fuertes acusaciones de corrupcióndirigidas a la FIFA y sus directivos, especialmente desde la elección de los últimos mundiales.
CIUDAD DE BUENOS AIRES (Urgente24). Joseph Blatter, presidente de la FIFA desde 1998, volverá a pedir la confianza del congreso de la Federación Internacional de Fútbol Asociado en 2015, dispuesto a iniciar un 5to. mandato después de años marcados por la controvertida elección de los Mundiales 2018 y 2022 concedidos a Rusia y Catar, un bochorno tras otro y Blatter siempre mirando para otro lado.
18 días después de desvelar sus intenciones en una convención futbolística celebrada en Manchester (Reino Unido), Blatter confirmó oficialmente su decisión. Lo hizo ante el Comité Ejecutivo, donde ya no están algunos de los que fueron sus grandes apoyos, obligados a dejar el cargo por casos de corrupción.
La decisión de Michel Platini, presidente de la UEFA, de no intentar dar el salto a la FIFA por entender que "no es el momento" deja de momento al francés Jerome Champagne como único rival del presidente en los futuros comicios. De la misma forma que Blatter trabajó junto al brasileño Joao Havelange antes de ocupar el despacho presidencial de la FIFA, Champagne trabajó once años para el órgano rector del fútbol mundial, tres de ellos como secretario general.
Después de 16 años en la presidencia, Blatter repite candidatura y lo hace después de capear fuertes acusaciones de corrupcióndirigidas a la FIFA y sus directivos, especialmente desde la elección de los últimos mundiales.
Esa concesión ha marcado el devenir de su último mandato, iniciado meses después aquella votación en 2010 y no ajeno a la polémica, ya que quien pretendió ser su contrincante en las elecciones de 2011, el catarí Mohamed Bin Hammam, acabó inhabilitado por intentar comprar votos a su favor.
Alejado de las acusaciones de corrupción que le lanzó el propio Bin Hammam y de las renuncias forzadas que han tenido que hacer miembros de su Ejecutivo, como el paraguayo Nicolás Leóz o el brasileño Ricardo Teixeira, Blatter vuelve a ofrecerse como la mejor opción.
Futbolista aficionado, entrenador, atleta y licenciado en Economía y Administración de Empresas por la Universidad de Lausana y con grado de coronel del ejército suizo, «Sepp» Blatter (Visp, Suiza, 1936) llegó a la presidencia el 8 de junio de 1998, como relevo de Havelange después de 23 años. Desde 1999 es miembro del Comité Olímpico Internacional (COI).
Dominador de 5 idiomas –inglés, francés, español, alemán e italiano– y diplomático de 1ra., Blatter inició su carrera profesional en la Oficina de Turismo de Valais –su región natal–, y en ella incluye la secretaría general de la Federación Suiza de Hockey Hielo y el ejercicio del periodismo.
Relaciones públicas de Longines y director de Sports Timing (1968-75), puesto por el que participó en la organización de los Juegos de Munich'72 y Montreal'76, mantuvo su primer contacto con la FIFA en 1975 y en poco tiempo se ganó la confianza de Havelange. En 1981 el brasileño le designó secretario general.
Aunque pensaba salir de FIFA junto a Havelange, varias federaciones le animaron a optar a la presidencia contra el sueco Lennart Johansson –entonces presidente de la UEFA–, al que ganó. El camerunés Issa Hayatou, que todavía forma parte del Comité Ejecutivo, es el único rival que le ha disputado el despacho. Fue en las elecciones de 2002, en las que ganó con una autoridad que le permitió prescindir de su entonces secretario general, Michel Zen-Ruffinen, después declarado persona non grata para la FIFA.
Para no coincidir con el Mundial de Alemania 2006 retrasó un año las elecciones y en 2007 inició su 3er. mandato sin oposición, igual que cuando empezó el cuarto en 2011, en el que se ha empeñado en acabar con cualquier sombra de corrupción y en combatir los amaños, trabajo que confía en poder concluir.
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