Es más que sabido que el chubutense, Omar Andrés el 'Huracán' Narváez resignó este martes (30/12) su título mundial supermosca de la OMB tras perder con el japonés, Naoya Inoue. Sin embargo, no es sólo una derrota. Previo a este traspié, Narváez siempre lució una preparación física admirable y mucho apego al gimnasio, pero los años pesan y el combate con Donaire, cuando intentó subir de categoría, había sido un aviso. Si bien estaba plenamente confiado en pasar este compromiso, el chubutense sabía que tendría en Inoue a un tremendo noqueador que con nada más que 21 años lo destronó sorpresivamente.
Naoya Inoue, castiga con un golpe de izquierda a Omar Narváez durante el combate por el título del CMB peso súper mosca en Tokio.
CIUDAD DE BUENOS AIRES (Urgente24).- Ya fue noticia la derrota del argentino, Omar Andrés Narváez ante el japonés, Naoya Inoue, quién le arrebató el título supermosca de la Organización Mundial de Boxeo (OMB) tras propinarle una tremenda paliza en el segundo capítulo. Sin embargo, la derrota no deja de sorprender a los siguen la carrera del chubutense cuando fue el encargado de reabrir el mítico estadio del Luna Park en 2002.
Una derrota era previsible porque ya a los 39 años el físico no es el mismo y los rivales ya conocen el boxeo del Huracán. Tampoco es la misma la agilidad, ni la resistencia. Más allá de la caída, hay que mencionar que Narváez, a sus casi 40 años, mostró una vitalidad asombrosa en su preparación en el gimnasia y la concentración mental. Pero hubo alarmas que prefirió no escuchar y arriesgar un final que no es el que merecía por su trayectoria, porque le será muy difícil recuperar el cetro.
Se lo pudo ver al chubutense físicamente en plenitud a diferencia de Sergio ‘Maravilla’ Martínez, quién no ha logrado recuperar su rodilla desde la pelea con Julio César Chávez Jr. y de su victoria agónica con el británico Martin Murray en la cancha de Vélez.
Pero volviendo a Narváez, él fue consciente desde la previa que el nipón no era un rival fácil aunque siempre se mantuvo confiado y con esperanza de saltar este escollo.
Antes del combate, el ‘Huracán de Trelew’ había manifestado que “me siento cada año mejor, física y mentalmente. Quiero ganar y brillar (ante Inoue). Como lo hacemos siempre junto a mi equipo, a esta pelea le damos mucha importancia. Y boxear en Japón es un sueño que siempre quise cumplir”.
Cuando fue consultado acerca de mantenerse muchos años en actividad, el chubutense había asegurado que “vamos mejorando constantemente. Está intacta la seguridad que me brinda mi preparación para cada combate. Por eso subo al ring siempre bien preparado y confiado”.
En cuanto a su rival, boxeador chubutense había opinado que “Inoue es un joven destacado, tiene 21 años y muy buena línea técnica, además de pegar fuerte”.
En relación a su trayectoria pugilística, el chubutense resignó el título que obtuvo en el Luna Park el 10 de mayo de 2010, cuando derrotó en una decisión unánime en 12 vueltas al nicaragüense Everth Briceño.
Narváez (43-1-3 con 23 nocauts), en el pasado fue también titular mosca OMB, título que le arrebató al nicaragüense Adonis Rivas, en julio de 2002, también en el estadio de Corrientes y Bouchard, corona que defendió con éxito 16 veces, que marcó un récord para campeones mundiales argentinos. Además, el chubutense fue campeón panamericano en Winnipeg 1999 y representante olímpico en Atlanta 1996 y Sidney 2000.
En su última pelea, Narváez retuvo el título supermosca OMB, ante el mexicano Felipe Orucuta, a quien venció por puntos en 12 asaltos, en una demostración de boxeo de alto nivel, en un pleito revancha disputado el 19 de septiembre pasado en Villa María, Córdoba.
A su vez, Inoue (8-0-0/ 6 ko), para destronar al argentino dejó vacante el cinturón minimosca del CMB (dos categorías menor), título que obtuvo cuando derrotó por nocaut técnico en 6 vueltas al mexicano Adrián Hernández en Tokio, el 6 de abril pasado, tras propinarle una paliza. Inoue defendió el título en una oportunidad: fue el 5 de septiembre último en Tokio cuando superó también por nocaut técnico en 11 vueltas al tailandés Samartlek Kokietgym, tras derribarlo en el cuarto y sexto capítulo.
Más allá de estos datos que ilustran de cuerpo entero la carrera de Omar Narváez y de su buen estado físico, es hora de empezar a reflexionar y de replantearse lo que vendrá.
Es un peso muy grande ser campeón mundial por mucho tiempo, al igual que cambiar rápidamente de categoría porque los rivales se acaban. Tampoco es fácil soportar la exigencia de promotores, managers y todo lo que eso rodea. Quizás la caída sea un tropiezo y nada más pero deberá asimilar este bajón con una nueva perspectiva.
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