Más de la mitad de las 2.800 empresas que en la actualidad cotizan en los grandes índices chinos, como el Shanghai y el Shenzen (con sus derivaciones), suspendieron la cotización de sus acciones, desbordadas por el excepcional desplome de las 3 últimas semanas. Desde mediados de junio, el Shanghai Composite perdió el 31%, suficiente como para activar las alarmas en la Comisión Reguladora del Mercado de Valores chino y en el Banco Popular de China, que el pasado fin de semana inició un plan extraordinario para inyectar liquidez, reanimar a los inversores y reimpulsar a las pequeñas y medianas empresas chinas, muy maltrechas por la deriva del asunto. No obstante, descalabro bursátil continúa pese a que el Banco Popular de China ha anunciado una nueva batería de medidas para dotar de mayor liquidez a la entidad estatal de crédito, Corporación de Financiación del Mercado de Valores de China (CSFC, en sus siglas en inglés) con el objetivo de estabilizar la volatilidad de los mercados bursátiles. En un comunicado, el banco central dijo que apoyará el "desarrollo estable" de las bolsas del gigante asiático, que han perdido casi un tercio de su valor durante las últimas tres semanas y continúan a la baja. Entre las medidas se incluyen emisiones de bonos financieros o refinanciación de préstamos, poco después de la apertura de la sesión en las bolsas de Shanghái y Shenzhen, en las que sus índices de referencia se hundieron un 6,97% y un 4,44%, respectivamente.
Se calcula que hay unos 90 millones de inversores particulares en las bolsas chinas, muchos de los cuales llegaron a las bolsas en los últimos meses sin conocimientos financieros previos y atraídos por las continuas subidas que experimentaron en el gigante asiático desde noviembre y hasta mediados de junio.
CIUDAD DE BUENOS AIRES (Urgente24). El proceso se inició en enero del 2014, en un momento muy bueno para la mayoría de los mercaos bursátiles mundiales. Los bancos centrales de USA, Japón y China (pese a la ralentización de su economía) mantenían en pie sus programas de expansión monetaria, y los ojos de los inversores se habían vuelto hacia las plazas chinas, razonablemente baratas. Amparándose en ese último dato, los mercados emergentes volvían a ser interesantes. El ascenso fue inmediato, y más acentuado conforme avanzaban los meses. Entre enero del 2014 y el 06/06, el Shanghai Composite llegó a elevarse un 142%.
Pero desde entonces comenzó a ponerse fea la situación y se insistió en que en China se había hinchado una burbuja bursátil. También advirtieron de profundas divergencias: mientras el crecimiento del país seguía ralentizándose (el año pasado, China marcó su crecimiento más bajo en los últimos 25 años), las bolsas corrían desbocadas. El aviso llegó tarde.
De manera que la CSFC, una entidad de crédito marginal que financia a las corredoras en la inversión en bolsa, inyectará más de US$80.000 millones en el interbancario e incrementará sus compras de acciones de pequeñas y medianas empresas que cotizan para aumentar la liquidez del mercado.
Por otro lado, el Gobierno chino flexibiliza las medidas para que las compañías de seguros inviertan en grandes valores, ha prohibido a las compañías estatales a reducir su exposición al mercado y ha aumentado los márgenes para reducir la especulación en el mercado.
No obstante, las principales bolsas de valores de la región Asia-Pacífico cerraron sus operaciones con fuertes caídas, arrastradas por el desplome de la Bolsa de China y la incertidumbre por la crisis de la deuda de Grecia.
Las bolsas de Shanghai y Hong Kong cayeron este miércoles 08/07, 5.90% y 5.84%, pese a los esfuerzos de la autoridad monetaria del país, el Banco Popular de China, que anunció una serie de medidas para dar mayor liquidez a fin de estabilizar a los mercados bursátiles.
El Shanghai Composite ha caído más de un 30% desde su máximo a mediados de junio en medio de frecuentes episodios de volatilidad extrema y los analistas advierten que la turbulencia está empezando a poner nerviosos a los inversionistas regionales.
De hecho a media sesión las dos principales bolsas del gigante asiático, la de Shanghai y la de Shenzhen habían suspendido la cotización de un total de 1.429 compañías, es decir el 51% del total de cotizadas, una circunstancia que no ha evitado que se corte la sangría bajista que ha provocado incluso que otras 710 empresas se desplomaran hasta un 10%, el límite diario establecido por el regulador.
Así las cosas, en la Bolsa de China, el Shanghai Composite ha sufrido hoy un nuevo desplome del 5,9%, que se suma a la corrección la Bolsa de China en la sesiones precedentes y que ha corregido más del 30% desde sus máximos de principios de junio. Y aún así muchos títulos están un 80% por encima de sus niveles de hace un año.
De ahí que el reciente varapalo sea visto por algunos expertos como la reacción al rally previo que estaría animando a los inversores a sacar sus beneficios. Pero la magnitud de las cifras llevó a comienzos de mes a China a abrir una investigación por "manipulación ilegal en los mercados".
Cerca de 90 millones pequeños inversores, la mayoría de ellos sin formación económica ninguna (en algunos casos apenas contaban con el graduado escolar), ya habían entrado en las bolsas, atraídos por el dinero fácil y la llamada de los asesores financieros. Algunos, de hecho, llegaron a endeudarse para comprar más acciones. Por supuesto, entraron mal. En enero las bolsas ya estaban arriba: quienes entraban entonces compraron caro. A partir de junio, las caídas les pillaron en falso. Asustados, vendieron tan pronto como pudieron. Su pánico ha acelerado el proceso bajista.
Sucedió hace3 semanas, con los mercados completamente desindexados de la realidad económica del país. Desde el 6 de junio, el Shanghai Composite ha perdido el 31%, su peor serie en dos décadas. Es cierto: visto en perspectiva, aún acumula un ascenso del 111% en año y medio. Sin embargo, el pánico ha provocado que muchos pequeños inversores vendieran y perdieran muchísimo dinero, y el efecto contagio comienza a extenderse entre las plazas vecinas, como el Hang Seng de Hong Kong o el Nikkei japonés, que también cedieron de forma notable.
El Nikkei pierde un 3,1% y deja atrás los 20.000 puntos
La ola vendedora ha llegado a Japón, que ha sucumbido a las pérdidas con un desplome que le ha dejado lejos de la cota psicológica de los 20.000 puntos. En concreto el Nikkei ha cerrado en los 19.737 enteros, tras perder un 3,14% que le ha quitado de un plumazo 638 puntos.
Es la primera vez desde el 18/06 que el principal indicador de los mercados asiáticos pierde los 20.000 puntos.
Otro factor que tampoco ayudó hoy a la entrada de dinero en la Bolsa ha sido la fortaleza del yen frente al dólar, que lastró las ventas de los principales exportadores nipones.
Asistencia
La del banco central chino forma parte de una nueva batería de medidas adoptadas hoy por varias instituciones chinas relacionadas con la bolsa que buscan calmar a unos mercados que atraviesan por un periodo de volatilidad máxima.
La Comisión Reguladora del Mercado de Valores de China (CRMV) también anunció hoy que CSF, una entidad de crédito marginal que financia a las corredoras en la inversión en bolsa, incrementará sus compras de acciones de pequeñas y medianas empresas que cotizan para aumentar la liquidez del mercado.
Además, esta empresa de crédito seguirá ofreciendo "abundante liquidez" a las empresas de mayor tamaño, dijo el portavoz de la CRMV Deng Ge, citado por la agencia oficial Xinhua.
Este movimiento pretende que las transacciones bursátiles vuelvan a la normalidad después de que "el pánico de los inversores y una liquidación irracional haya causado un estrés de liquidez en la bolsa", explicó Deng.
La Comisión Reguladora del Mercado Asegurador de China se sumó también a los esfuerzos por estabilizar los mercados al permitir a las aseguradoras invertir más en bolsa.
Así, las aseguradoras que reciban autorización podrán invertir hasta un 1% de sus activos en una sola gran empresa, cuando hasta ahora el máximo permitido era un 5%.
También la plataforma Intercambio Financiero de Futuros de China anunció que eleva desde hoy (08/07) a un 20%, desde el 10% anterior, el valor del contrato de futuro a pagar en las transacciones que se realizan en el índice de futuros CSI 500, para detener la especulación.
Las autoridades chinas ya tomaron este fin de semana una amplia batería de medidas, que incluía también apoyos de liquidez del banco central a CSF, que dieron un respiro a las bolsas del país este lunes, aunque el martes volvieron a caer y hoy están acentuando esas pérdidas.
Se calcula que hay unos 90 millones de inversores particulares en las bolsas chinas, muchos de los cuales llegaron a las bolsas en los últimos meses sin conocimientos financieros previos y atraídos por las continuas subidas que experimentaron en el gigante asiático desde noviembre y hasta mediados de junio.
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