La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, se enfrenta a un proceso de destitución. El presidente de la Cámara de Diputados, Eduardo Cunha, anunció ante un grupo de periodistas, que ha decidido aceptar 1 de las 28 peticiones de impeachment presentadas este año contra Rousseff, quien fue reelegida en octubre de 2014. La solicitud para destituir a Rousseff acusa a la Presidenta de haber realizado maniobras fiscales irregulares para ajustar las cuentas de su Gobierno en 2015. URousseff compareció de gesto en la televisión para asegurar que las acusaciones son "inconsistentes", pidió "tranquilidad y confianza en las instituciones" y añadió que está convencida de que el proceso será archivado. Ahora comienza un largo proceso que puede acabar con la caída de Dilma: una comisión formada por diputados de todos los partidos analizará la petición de destitución y ella tendrá que responder a las acusaciones. Los miembros de la comisión harán un informe a favor o en contra del impeachment, que, para salir adelante, deberá contar con el apoyo de dos tercios de los 513 parlamentarios. El Senado tendrá la última palabra: 54 de los 81 senadores deben apoyar la salida de Rousseff. En caso de destitución, el vicepresidente Michel Temer asumirá el cargo.
"(...) Analistas políticos dicen que hasta este momento no se espera que la medida cuente con el apoyo de los dos tercios necesarios de la Cámara de Diputados para separar a Dilma del cargo. Si llegara a ese punto, la decisión tendría que ser también aprobada en el Senado (por 54 de los 81 miembros) para tener validez permanente. (...)".
N. de la R.: El viernes 04/12, el presidente electo de la Argentina, Mauricio Macri, visitará a Dilma Rousseff en Brasilia, y luego asistirá a una reunión con empresarios en Sao Paulo. Pero un acontecimiento conmociona a Brasil: el inicio del juicio de destitución a la Presidente del gran socio comercial argentino. Para colmo, el mejor interlocutor que Macri tiene en Brasil es el senador Aécio Neves, quien integra la oposición que deberá definir qué hacer con Rousseff.
BRASILIA (247). Bajo peligro de ser destituido por tener cuentas secretas en Suiza y también por tráfico de influencias, el presidente de la Cámara de Diputados, Eduardo Cunha, decidió aceptar este miércoles el pedido de impeachment de la presidenta Dilma Rousseff introducido por los juristas Hélio Bicudo y Miguel Reale Júnior, y abrazado por la oposición. Según Cunha la aceptación del pedido es de naturaleza técnica y el proceso seguirá su rito "normal con amplio derecho a lo contradictorio". La decisión fue posterior al anuncio del oficialista Partido de los Trabajadores, PT, de que apoyaría la destitución de Cunha en el Consejo de Ética de la Cámara.
En una rueda de prensa en Brasilia, Cunha detalló que la petición de impeachment tiene "naturaleza técnica" y el proceso seguirá su rito normal "con amplio derecho a lo contradictorio". El pedido de impeachment aprobado cita los "pedaleos" fiscales (reasignación de partidas presupuestarias no autorizadas) que llevó a cabo el gobierno en 2014, como una de las razones para un eventual impeachment. Los "pedaleos" fueron condenados también por el Tribunal de Cuentas de la Unión.
La decisión de Cunha se manifestó pocas horas después de que la bancada del PT decidió que votaría en contra del presidente de la Cámara en el Consejo de Ética, que propone su destitución por mantener cuentas no declaradas en el extranjero y por presunto tráfico de influencias.
Cunha también dijo que en su calidad de presidente de la Cámara autorizó la creación de una comisión especial que analizará el proceso de impeachment de Dilma. "No hablé con nadie en el Palacio de Planalto. Es una decisión de mucha reflexión, de mucha dificultad (...) No quise ocupar la presidencia de la Cámara para ser protagonista de la aceptación de un pedido de impeachment. No era ese mi objetivo. Pero repito, nunca en la historia de un mandato hubo tantos pedidos de impeachment como en este mandato", resaltó el diputado del Partido del Movimiento Democrático Brasileño, PMDB.
El procedimiento pasará a una comisión especial, que se constituirá en los próximos días con diputados de todos los partidos de manera proporcional. No hay fecha para el armado de la comisión.
Dos tercios ó 342 diputados de la Cámara -que suma 513 congresistas- tendrán que aprobar la petición de impeachment para que avance al Senado.
Analistas políticos dicen que hasta este momento no se espera que la medida cuente con el apoyo de los dos tercios necesarios de la Cámara de Diputados para separar a Dilma del cargo. Si llegara a ese punto, la decisión tendría que ser también aprobada en el Senado (por 54 de los 81 miembros) para tener validez permanente.
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