El Gobierno Nacional afirmó este jueves que no puede "meterse" en la crisis que sacude a Brasil por las acusaciones de corrupción contra el expresidente Lula Da Silva y la posibilidad de juicio político contra la actual mandataria, Dilma Rousseff.
El jefe de Gabinete, Marcos Peña, dijo que la situación política brasileña provoca "preocupación" y que debe "resolverse institucionalmente" en el vecino país ya que que el gobierno de Mauricio Macri no puede "meterse".
"El mismo respeto a la institucionalidad que planteamos acá lo tenemos que tener para afuera. Si hay un proceso judicial, lo tiene que resolver institucionalmente Brasil, nosotros no tenemos elementos para poder meternos", afirmó Peña.
En declaraciones a FM Blue, el funcionario dijo que la gestión de Macri tiene un "diálogo con el gobierno brasileño permanente" aunque sobre "temas específicos".
El jefe de ministros señaló que no es "correcto" emitir "opiniones sobre el proceso judicial" en marcha en Brasil y que involucró al expresidente Lula Da Silva.
"Preocupa por supuesto, Brasil es nuestro socio estratégico número uno, nuestro vecino y cualquier cosa que le pase a Brasil ya sea en lo económico como en lo político repercute", subrayó.
"Pero toda la tensión política que se vive es un tema que uno sigue con preocupación y por otro lado el impacto de la crisis económica obviamente no solo impacta sobre el intercambio sino sobre las inversiones", destacó Peña, quien indicó que "las economías nuestras están muy vinculadas".
Lula iba a asumir como virtual jefe de Gabinete de Rousseff, lo que le daría fueros y privilegios en cuanto a la investigación que lo acosa. Sin embargo, una medida judicial impidió la asunción.