Dice su círculo íntimo que los pocos días que transcurrieron desde el triunfo en 2da. vuelta de Mauricio Macri hasta la mañana del miércoles 02/12/2015 fueron transformadores del humor de Luis Miguel Etchevehere, presidente de la Sociedad Rural Argentina.
Relatan que él pasó de la euforia de sentirse 'el dueño del caballo ganador' (aquel domingo 22/11/2015, fue muy comentado en Costa Salguero por Federico Tomasevich, de Puente; Gustavo Lopetegui, hoy funcionario público; y Luis Miguens, entre otros, la autoconfianza que se tenía Etchevehere), a la gran frustración de no sólo tener que guardar el traje de ministro (de Agroindustria) sino que muchos de sus hombres quedaran fuera de las oficinas del tradicional inmueble de la avenida Paseo Colon, reemplazados en una gran mayoría por sus primos de AACREA (Asociación Argentina de Consorcios Regionales de Experimentación Agrícola) y de CRA (Confederaciones Rurales Argentinas).
Desde esa mañana, en la que tuvo la certeza que había quedado afuera del nuevo gabinete, la casa de la avenida Paseo Colón vive bajo la amenaza constante de una bomba de tiempo, ya que el hermano del directivo de Fundación Pensar, Juan Diego Etchevehere, cuenta las horas para ponerse el traje de ministro.
Y en Agricultura, a pesar de que anticipan toda esa enjundia por desplazarlos, o quizás por ese proverbio chino que dice que "uno encuentra su destino en el camino que toma para evitarlo", parecen haber caído en su trampa.
Parece que sin ningún disimulo, Luis Miguel Etchevehere, decidió ubicar al radical formoseño Ricardo Buryaile en un camino aparentemente sin salida, y en un conflicto que seguramente tendrá aristas internacionales, quizá jaqueando al mismísimo gobierno.
Una lástima lo de Buryaile porque el día cuando Alfonso Prat-Gay convenció a Macri para que lo unjiera ministro, ya que al ministro de Hacienda y Finanzas le parecía un error designar a Etchevehere, por más que Marcos Peña lo promoviera... en prenda de paz con Francisco Cabrera, se presentó al UCR como un conocedor de las triquiñuelas de la política.
Todos saben el gran esfuerzo que está llevando a cabo la Administración Macri, y algunos líderes de la oposición, para recuperar un ambiente de inversiones en la Argentina. Sin embargo, las presiones de 'LuisMi' amenazan con mutar aquel éxito inicial obtenido en Davos (Suiza) en una sombra, y la próxima visita de Barak Obama podría derivar en un escándalo... sin contar con que, de cumplirse sus pretensiones, el propio acuerdo con los holdouts quedaría desvirtuado. Toda esa enormidad porque las señales de un país con reglas claras para los inversores quedarían en duda.
La trampa que Etchevehere tendió a Buryaile es la de presionarlo a través de sus amigos de la SRA y de la ex Mesa de Enlace para que viole los tratados internacionales, la Constitución Nacional y las leyes de propiedad privada de la Argentina y, literalmente, intervenga en los contratos en el mercado de granos de la Argentina, impidiendo así a la empresa Monsanto cobrar por sus derechos de propiedad intelectual por la tecnología Intacta (también llamada soja RR2 Pro, resistente al glifosato).
Monsanto puso una cláusula en los contratos de compraventa de granos para reclamar el pago de un canon por su tecnología Intacta en soja, resistente a insectos. Federación Agraria Argentina y Sociedad Rural Argentina presentaron denuncias contra la multinacional estadounidense en la Comisión Nacional de Defensa de la Competencia. El Ministerio decidió interponer al Instituto Nacional de Semillas (Inase), cuyo directorio estuvo vacío durante 1 década, y prometió avanzar con una nueva ley de semillas que sustituye a la vigente, de 1973, cuando la soja se sembraba en 376.700 hectáreas, y no en 20 millones de hectáreas tal como sucede hoy día.
En esa ocasión Etchevehere disparó: "Monsanto tergiversa el comercio de granos". Pero Monsanto decidió que ese tema no sería su eje: cualquiera sabe que es un tema tan menor en la complicadísima agenda 2016 de la Administración Macri que deviene en inoportuno, y llama la atención que los de Paseo Colon hayan caído en semejante trampa: dicen que Etchevehere decidió intentar convertirlo en una zancadilla para Buryaile.
Sucede que aunque la empresa Monsanto puede parecer un tema "grande", la soja Intacta no llega al 10% del mercado de soja argentino. Y aunque Luis Miguel no siembra soja, y seguramente esa oleaginosa no figure en los estatutos de la entidad que preside con alguna dificultad; Etchevehere, quizás siguiendo la tradición de la calle Florida, está dispuesto a dar un golpe al mercado de granos; apuntando a 2 objetivos:
> La excusa "publica" es intentar proteger a aquellos socios que quieren usar semilla de soja sin pagarla, ya que por ser grandes productores, no se encuentran amparados por la Ley N°20.247;
> pero la gran razón oculta es generar una crisis que termine con la carrera de Buryaile en Paseo Colón, y le permita asumir como ministro de Agroindustria.
No sólo es un objetivo de político deprededador, también es la necesidad de un dirigente herido, que sabe que tiene escasas posibilidades de renovar su mandato en la SRA (al que llegó, hay que recordarlo, por una movida contra el "efusivo" Hugo Biolcatti).
Si hay algo que desteca 'LuisMi' es regresar a sus pagos, silbando bajito, donde lo esperan los reclamos de sus familiares quienes tampoco lo quieren mucho, según el rumor popular entrerriano.
Etchevehere sabe muy bien lo que está haciendo. Y conoce las implicancias negativas que la discusión de este tema ocasiona a horas de la visita del Presidente de los Estados Unidos.
Él también es consciente de las consecuencias que este tipo de error político tendrán sobre Buryaile, quien hasta el momento parece perdido en el laberinto de una dialéctica mediática sin fin.