Inmigrantes dominicanos en Puerto Rico no se escapan de las polĆticas racistas de TrumpMientras el nĆŗmero de detenciones de inmigrantes indocumentados ha aumentado en la Isla segĆŗn varios abogados de inmigración, la falta de transparencia del gobierno federal mantiene a Puerto Rico a ciegas sobre el nĆŗmero de personas afectadas por las leyes anti-inmigrantes de Trump CortesĆa del Centro de Periodismo Investigativo. Por Mc Nelly Torres Johnny Santana se mudó a Puerto Rico a principios de la dĆ©cada del 90 en busca de mejores oportunidades de las que tenĆa en su nativo Higüey, en RepĆŗblica Dominicana. Trabajó en construcción, como cocinero y haciendo entregas de vegetales a restaurantes, durante 20 aƱos. TambiĆ©n encontró el amor – se casó dos veces – y comenzó a trabajar en su estatus migratorio desde que se casó con su primera esposa. Temprano en la maƱana del 4 de julio de 2018, mientras Santana, su hermano y tres amigos, tambiĆ©n dominicanos, se dirigĆan hacia El Yunque, oficiales del Departamento federal de Inmigración y Aduana (en inglĆ©s, ICE) detuvieron el vehĆculo en que transitaban y arrestaron a tres de las cinco personas que viajaban en el carro: a Santana, su hermano y otra persona. Santana estaba guiando con una licencia de conducir expirada. Al otro dĆa, el ICE llevó a Santana y a los otros inmigrantes al aeropuerto donde abordaron un vuelo con destino al Centro Transicional de Broward (Broward Transitional Center o BTC), un centro de detención con capacidad para 700 camas, localizado en el sur de Florida, a unas 1,045 millas de San Juan, Puerto Rico. Foto suministrada por BTC: Broward Transitional Center (BTC) es un centro de detención en Pompano Beach, Florida. Es administrado por el Grupo GEO, empresa privada que tiene contrato para retener a inmigrantes indocumentados clasificados como "detenidos no criminales y de baja seguridad". Broward Transitional Center (BTC) es un centro de detención en Pompano Beach, Florida. Es administrado por el Grupo GEO, empresa privada que tiene contrato para retener a inmigrantes indocumentados clasificados como "detenidos no criminales y de baja seguridad". DespuĆ©s de ocho semanas de encierro, Santana se sentĆa sin esperanzas sobre su caso de inmigración. Pasó detenido su cumpleaƱos nĆŗmero 44 y el DĆa de los Padres (dominicano). Poco despuĆ©s tomó una decisión. El 4 de septiembre, cuando compareció con su abogado, pidió a la Corte de Inmigración que lo liberara y le permitiera regresar a RepĆŗblica Dominicana. Santana extraƱaba mucho a su esposa, pero la vida de prisionero ya era insoportable, segĆŗn dijo mientras estaba sentado fuera de sala de la corte. Luego entró a un salón para llorar en privado. MĆ”s tarde esa noche, en una entrevista telefónica con el Centro de Periodismo Investigativo (CPI) Santana expresó su frustración por estar detenido y explicó lo que significaba su decisión para su esposa y su futuro económico. "Ellos (ICE) estĆ”n tratando de hacer todo mĆ”s difĆcil", dijo Santana sobre el haber sido transferido de Puerto Rico a Florida. "Esto no es una situación fĆ”cil, el estar sentado aquĆ, sin fianza y no poder trabajar". Los cambios del presidente Donald J. Trump en las prioridades para dar cumplimiento a las directrices sobre inmigración establecidas en la era de Obama tambiĆ©n han afectado a Puerto Rico, un territorio de los Estados Unidos, y a los extranjeros residentes y sus familias, quienes han vivido por aƱos en la Isla, algunos incluso, por dĆ©cadas. Las directrices para dar cumplimiento a la polĆtica de inmigración durante los aƱos que Obama estuvo en el poder establecĆan una lista de prioridades, enfocadas en arrestar a inmigrantes indocumentados con expedientes criminales y a personas que presentaban una amenaza a la seguridad nacional, segĆŗn explica el Consejo Americano de Inmigración (American Immigration Council o AIC), una organización sobre polĆticas migratorias que trabaja desde Washington, D.C. El enfoque de "cero tolerancia" adoptado por la administración de Trump, unido a la prĆ”ctica por dĆ©cadas de ICE de transferir a miles de no-ciudadanos de un lado a otro de la Nación, mientras sus casos se mueven a travĆ©s de la Corte de Inmigración, ahora estĆ” separando a familias en Puerto Rico. Puerto Rico nunca habĆa sido afectado significativamente con esta prĆ”ctica, aĆŗn cuando el Ćŗnico centro de detención en la Isla cerró en 2010, segĆŗn dijeron seis abogados de Inmigración que trabajan en la Isla. El CPI entrevistó a varios abogados de inmigración que practican en Puerto Rico, asĆ como a activistas y a expertos en leyes de inmigración que trabajan con organizaciones establecidas en los Estados Unidos. Todos expresaron su seria preocupación sobre si muchos no-ciudadanos arrestados por ICE en realidad debieron ser detenidos lejos de sus familias, especialmente si no habĆan cometido ningĆŗn crimen serio o violento. Esta prĆ”ctica, dijeron, viola el debido proceso de ley porque impide a los inmigrantes tener acceso a su abogado, presentar testigos y evidencia que ayude en sus casos en la corte de Inmigración. "Las personas estĆ”n detenidas lejos de sus familias… eso les pasa una factura sicológica", dijo al CPI Aaron Reichlin-Melnick, un analista del Consejo Americano de Inmigración, una organización de polĆtica pĆŗblica de Washington, DC. "Es mĆ”s difĆcil para ellos conseguir evidencia y los retrasos tambiĆ©n ponen presión en la gente para que retiren sus casos y acepten la deportación". El 14 de agosto de 2018 el CPI hizo una solicitud al ICE, bajo la Ley de libertad de información (en inglĆ©s, Freedom of Information Act o FOIA), para saber cuĆ”ntas detenciones y traslados de inmigrantes han ocurrido en Puerto Rico durante los pasados cuatro aƱos. La agencia federal no ha provisto los datos solicitados por el CPI. En Puerto Rico parece estar ocurriendo lo mismo que en el resto de EE UU, en cuanto a la agresividad de las detenciones y traslados de ICE, pero "el problema se acentĆŗa porque no hay instalaciones para los detenidos en Puerto Rico", destacó Susan Long, estadĆstica y profesora en la Escuela Whitman de Gerencia de la Universidad de Syracuse y codirectora de la Transactional Records Access Clearinghouse (TRAC, por sus siglas en inglĆ©s), un centro bipartita y sin fines de lucro dedicado a la investigación. La polĆtica de mano dura de Trump contra los inmigrantes, a los cuales cataloga como "criminales" y "violadores", no toma en cuenta una realidad perturbadora: al 30 de junio de 2018, mĆ”s de la mitad de los detenidos (58%) bajo la custodia de ICE no tenĆa rĆ©cord criminal y cuatro de cada cinco habĆan cometido, como mucho, ofensas menores, como violaciones a la ley de trĆ”nsito, de acuerdo con los datos de TRAC. "Ahora todos son personas de interĆ©s", dijo Rosaura GonzĆ”lez Rucci, abogada de inmigración que practica en Puerto Rico, mientras hablaba del caso de un residente de muchos aƱos en Estados Unidos que fue arrestado y trasladado desde la Isla hasta el Krome Service Processing Center en Miami. "No importa cuĆ”nto tiempo hayan vivido aquĆ, no importa si es o no un criminal. Si eres un inmigrante ilegal, te conviertes en una persona de interĆ©s, en una prioridad". SegĆŗn las leyes que protegen los derechos humanos, tanto las federales como las internacionales, en las vistas de deportación los inmigrantes detenidos tienen derecho a ser representados por un abogado de su selección, asĆ como a presentar evidencia para defenderse. Elle DĆaz Fina, abogada en Puerto Rico, explicó que el traslado de sus clientes fuera de la Isla dificulta que tengan la mejor representación legal. "Para una vista de fianza aquĆ en Puerto Rico, puedo traer a varios testigos de reputación, a los padres, familiares, jefes y compaƱeros de trabajo", dijo DĆaz Fina. "Pero no puedo hacer eso si la vista de fianza es en Miami. Primero, necesito pedir permiso para que se les permita estar presentes durante la vista, y segundo, no tienen el dinero para pagar el pasaje aĆ©reo". Un cambio en las prioridades de polĆtica migratoriaCinco dĆas despuĆ©s de jurar como presidente, Trump aprobó una orden ejecutiva que amplió el marco de acción de ICE distinto a la polĆtica pĆŗblica de Obama, que daba prioridad a intervenir con inmigrantes indocumentados con antecedentes criminales. La inmigración fue un tema central de la campaƱa de elección de Trump. De acuerdo con AIC, este cambio en la aplicación de la polĆtica pĆŗblica de inmigración implica que "todos los inmigrantes indocumentados se han convertido en personas de interĆ©s, aĆŗn si han vivido muchos aƱos en Estados Unidos, aunque tengan hijos nacidos en Estados Unidos y aĆŗn si nunca han tenido problemas con la ley". La campaƱa contra los residentes extranjeros ha resultado en un aumento sustancial de arrestos hechos por ICE y por la policĆa, a travĆ©s de todo Estados Unidos. Los rĆ©cords de ICE muestran que entre el 25 de enero de 2017 – cinco dĆas despuĆ©s de ser juramentado Trump – y el 30 de septiembre de 2017, el final del aƱo fiscal, ICE realizó 110,568 arrestos, un aumento de 42 por ciento por encima de los 77,806 arrestos realizados durante el mismo periodo en 2016. El CPI presentó otra solicitud mediante el FOIA para obtener los datos correspondientes a Puerto Rico, toda vez que la Isla aparece como parte de la región de ICE de Florida. La agencia federal no ha contestado esta solicitud. ICE se ha movido agresivamente para arrestar inmigrantes indocumentados en todas partes. Los datos de TRAC demuestran que, de hecho, una cuarta parte de los arrestos se han realizado en residencias, sitios de trabajo y otros lugares, incluyendo tribunales y hasta en las oficinas del Departamento de Seguridad Nacional (Department of Homeland Security o DHS), cuando los no-ciudadanos han comparecido a sus citas. Aunque en el pasado los casos de la Corte de Inmigración han sido mayormente contra reciĆ©n llegados, los datos recientes de TRAC muestran un cambio: 43% de los casos de marzo de 2018 eran de personas que llevan en Estados Unidos mĆ”s de dos aƱos. La tendencia en Puerto Rico es similar: 41% de los casos documentados por TRAC para agosto de 2018 se trataban de extranjeros que han sido residentes en los Estados Unidos por mĆ”s de dos aƱos. Ese es el caso de MartĆn Romero, nacido en PerĆŗ. El 16 de agosto de 2018, su esposa MarĆa Ayala compareció con su abogado a las oficinas federales de CiudadanĆa y Servicios de Inmigración en el San Patricio Office Center en Guaynabo, Puerto Rico para reabrir el caso de inmigración de su esposo, el cual comenzó hace mĆ”s de dos dĆ©cadas, cuando Romero llegó a California y solicitó asilo polĆtico. Ayala y Romero no son sus verdaderos nombres. Por razones de seguridad solicitaron no ser identificados. "El seƱor (en Inmigración) me dijo que aceptaba (reabrir) el caso porque habĆa suficiente evidencia de que este era un matrimonio sólido", dijo Ayala. DespuĆ©s de la reunión, Ayala, de 41 aƱos, trató de comunicarse con su esposo por telĆ©fono, pero Ć©l no contestó. Ella estaba guiando hacia su casa cuando la llamó Romero y le dijo que unos oficiales de ICE se habĆan presentado al restaurant donde trabajaba y lo arrestaron. "Cuando algo asĆ ocurre, no puedes recordarte de todos los detalles", dijo Ayala, casi llorando. "Simplemente, perdĆ el control". Al dĆa siguiente Romero, de 51 aƱos, estaba en un avión rumbo al Centro Transicional de Broward en el sur de la Florida. Ayala y Romero se conocieron por internet hace mĆ”s de dos dĆ©cadas. DespuĆ©s de varios aƱos saliendo, se casaron en Puerto Rico, de donde es natural Ayala. Romero trabajó arduamente, levantó a su familia y pagó contribuciones, relata ella. La pareja ha contratado a varios abogados a travĆ©s de los aƱos en sus intentos por aclarar su estatus migratorio. Pero muchos de estos casos son complejos. Romero llegó a Estados Unidos con su primera esposa en 1991. "Ćl (Romero) teme que Ć©l y su familia serĆ”n asesinados por terroristas de Sendero Luminoso porque Ć©l trabajó como agente encubierto para el cuerpo naval de PerĆŗ durante el tiempo que arrestó a muchos miembros de Sendero Luminoso", surge de la solicitud de asilo de Romero fechada con el 9 de enero de 1993. En su solicitud de asilo ante el entonces Servicio de Inmigración y Naturalización (INS), Romero escribió que Sendero Luminoso, una organización terrorista que empleaba tĆ”cticas guerrilleras en PerĆŗ para los aƱos 80, le habĆa hecho docenas de amenazas a Ć©l y a su familia. Romero temĆa por su vida. En 1995, el INS denegó la solicitud de asilo de Romero indicando que "Usted no ha establecido que sus temores tengan fundamentos objetivos porque no parece haber una posibilidad razonable de que serĆ” perseguido en su paĆs", segĆŗn el documento. Romero apeló su caso. Mientras tanto, Ć©l y su primera esposa se separaron. Posteriormente, el INS supuestamente le envió una citación para que fuera a sus oficinas, la cual, dice Romero que nunca recibió. El 3 de enero de 1996, en ausencia, la corte ordenó su deportación. MarĆa del Rosario GarcĆa Miranda, una abogada que ejerce en Puerto Rico, representa a Romero. "Este es un hombre de familia", dijo ella. "Solo cĆtenlo para que comparezca en corte y dĆ©nle la oportunidad de abrir el caso. Pero si usted, Inmigración, no le permite eso y se lo llevan, usted le estĆ” negando el debido proceso de ley". DespuĆ©s de la campaƱa antiinmigrantes de Trump, Romero se convirtió en una persona de interĆ©s porque tenĆa una orden de deportación desde 1996, dijo GarcĆa Miranda. Ayala tiene el apoyo de su familia. Ellos han continuado con sus vidas en su casa en las montaƱas de Guaynabo. Ayala dijo que como pareja siempre han sido honestos con sus hijos, de 14 y 16 aƱos, en cuanto al estatus migratorio de Romero. En 17 aƱos, nunca ha estado lejos de su familia. "Los primeros dĆas fueron los mĆ”s difĆciles", dijo ella. La madre de Ayala y uno de sus hermanos se sentaron en la mesa del comedor escuchando calladamente mientras el CPI entrevistaba a la mujer. En algunos momentos, su madre aƱadĆa comentarios para enfatizar los sentimientos de su hija: "Eso no tiene perdón de Dios". Un ocĆ©ano entre familiasLa separación de las familias causa preocupación emocional, pero tambiĆ©n afecta económicamente. Esto es especialmente cierto cuando el detenido es el Ćŗnico proveedor, por lo que deja a su familia atrĆ”s, luchando para pagar deudas, honorarios de abogado y para enviar dinero para pagar las llamadas telefónicas y comprar artĆculos en la comisarĆa del centro de detención. Desde que su esposo fue arrestado, Ayala ha agotado todos sus ahorros – $26,000 – pagando gastos legales, deudas y enviĆ”ndole dinero a su esposo. El 16 de octubre de 2018, Romero fue deportado a PerĆŗ. La situación económica de la familia es tan crĆtica que Ayala ha tenido que vender algunos artĆculos del hogar para sobrevivir. Posiblemente perderĆ” su carro y estĆ” buscando trabajo en una isla donde los empleos estĆ”n escasos. Romero estĆ” luchando para ajustarse a la vida en un paĆs que ya no conoce y donde es muy difĆcil encontrar trabajo para una persona mayor de 50 aƱos, dijo ella. "Esto no ha sido fĆ”cil", dijo la mujer con voz entrecortada. El Ćŗnico alivio por ahora es que Ayala y sus hijos pueden ver el rostro de Romero cuando les llama desde PerĆŗ. Las estadĆsticas de TRAC indican que la polĆtica de inmigración de Trump ha contribuido al aumento en el nĆŗmero de casos sin resolver en las cortes de Inmigración. Para el 31 de julio de 2018, habĆan 746,049 casos pendientes a travĆ©s de todo Estados Unidos, lo que representa un aumento de 38 por ciento cuando se comparan con los 542,411 casos que habĆa pendientes para el final de enero de 2017, cuando Trump juramentó su cargo. Los casos pendientes en la región de Florida, que incluye a Puerto Rico, aumentaron en 57% desde el aƱo fiscal 2017. Reichlin Melnick, del Consejo Americano de Inmigración, dijo que la acumulación de casos de inmigración ha ido aumentando, y que bajo la administración de Trump, el atascamiento de las cortes estĆ” creciendo mĆ”s rĆ”pido que bajo ninguna otra. "Si continĆŗa creciendo al mismo ritmo, para cuando termine su primer tĆ©rmino, serĆa mĆ”s que en el primer tĆ©rmino de ningĆŗn otro presidente en la historia", dijo. Una triste decisión La historia de Johnny Santana con la Corte de Inmigración comenzó despuĆ©s de que el gobierno determinara que su matrimonio con su primera esposa fue fraudulento. Aunque el abogado de Santana trató de resolver el problema, el gobierno volvió a levantar la acusación de "matrimonio fraudulento" despuĆ©s que Santana volvió a casarse y su nueva esposa radicó una petición con Inmigración. El juez de Inmigración en Florida aceptó la carta de Santana explicando cómo el DHS ignoró sus esfuerzos de probar que dichos reclamos eran incorrectos. A Santana, quien no tiene rĆ©cord criminal, se le aprobó su solicitud y se le ordenó abandonar el paĆs, dejando atrĆ”s a su esposa Audri RomĆ”n. Foto por Mc Nelly Torres | Centro de Periodismo Investigativo: Audri RomĆ”n frente a su casa en Barrio Obrero, Santurce, observa una foto donde aparecen ella y su esposo Johnny Santana. "Esto es un trabajo difĆcil", dijo su abogada GarcĆa Miranda con lĆ”grimas en sus ojos. "Te drena emocionalmente". Una semana mĆ”s tarde, Audri RomĆ”n, de 43 aƱos, estaba sentada en la acera frente a su modesto apartamento en Barrio Obrero. RomĆ”n, una ciudadana americana, cuida a una seƱora mayor encamada y limpia casas para ganarse la vida. TambiĆ©n nacida en Higüey, hace aƱos conoció a Santana en Puerto Rico y se casaron en el 2013. Ella se siente optimista de que en el futuro podrĆ” traer a su esposo de regreso al hogar ahora que la alegación de matrimonio fraudulento parece que fue resuelta. Pero eso pudiera tardar aƱos. "Lo peor de esta situación es que te obligan a dejar la vida que construiste aquĆ", dijo RomĆ”n sobre su esposo. Crean mĆ”quina siembra 400 semillas de vegetales por minuto![]() Tres jóvenes, dos de los cuales son egresados del Instituto Tecnológico de las AmĆ©ricas (ITLA), crearon una mĆ”quina que puede sembrar 400 semillas por minuto, logra con esto ahorrar tiempo y dinero a las personas que se dedican a la actividad agrĆcola. "Actualmente las personas tienen que sembrar la semilla de manera manual y con esta mĆ”quina pueden agilizar bastante ese trabajo", expresó el tecnólogo en Mecatrónica de 26 aƱos de edad, Mario JosĆ© Rosario Cruz, quien forma parte de los integrantes del equipo equipo ganador del concurso de TecnologĆa Apropiada que realizó la Oficina Nacional de Propiedad Industrial (ONAPI). Durante una visita a DL, Rosario Cruz expresó que esta mĆ”quina viene a revolucionar el subsector de producción de vegetales en el paĆs, al conseguir que sus procesos sean mĆ”s competitivos. Rosario Cruz dijo que ya estĆ”n en espera de la patente de este nuevo producto. Dijo que esta mĆ”quina es mecĆ”nica y completamente diferente de las automĆ”ticas que existen actualmente en el mercado internacional. Un temblor 4,6 grados se siente en distintas zonas del Este dominicanoSANTO DOMINGO.- Un temblor de tierra de 4.6 grados en la escala de richter se sintió la noche de este martes en distintas zonas del este de la RepĆŗblica Dominicana. De acuerdo a los datos preliminares publicados por el Instituto de SismologĆa de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD), el fenómeno se registró a las 08:39 de la noche y tuvo su epicentro a 21.4 kilómetros al norte de Miches. Tuvo una profundidad de 10.0 kilómetros y se sintió en distintas comunidades de la zona. Iglesia dominicana pide perdón jóvenes por las "debilidades" de sus miembrosLos obispos católicos exhortaron a la juventud dominicana a no desanimarse ante "debilidades" cometidas por "algunos miembros" de la comunidad eclesial. Santo Domingo, 15 ene.- La Conferencia del Episcopado Dominicano (CED) emitió hoy una Carta Pastoral en la que, entre otros puntos, pidió perdón a los jóvenes y sus familias que se hayan visto afectados por "cualquier antitestimonio" de algunos miembros de la Iglesia. Los obispos católicos exhortaron a la juventud dominicana a no desanimarse ante "debilidades" cometidas por "algunos miembros" de la comunidad eclesial. "Que la fragilidad y los pecados no sean la causa de perder su confianza. La Iglesia es su madre, no les abandona y estĆ” dispuesta a acompaƱarlos por caminos nuevos", reza el documento emitido a propósito de la celebración el lunes venidero del DĆa de la Virgen de la Altagracia", principal devoción de los católicos dominicanos. La Iglesia destacó, que ante la incertidumbre en la fe y en la toma de decisión por una opción de vida, "queremos ofrecerles a los jóvenes las herramientas necesarias para que puedan descubrir su autĆ©ntica vocación y asĆ alcanzar su realización personal". En ese sentido, propuso "tres pasos fundamentales": escuchar, discernir y acompaƱar. "Un joven no puede alcanzar lo que aspira si no tiene quien le escuche, quien reflexione con Ć©l y quien le acompaƱe en su camino, por eso los adultos y las instituciones educativas, sociales, polĆticas y religiosas deben poner la atención necesaria a este segmento de la población dominicana que son el presente y el futuro de la Iglesia y de la sociedad", reflexionaron los obispos. La Carta Pastoral, por otra parte, ve con "preocupación" que amplios segmentos de la población joven dominicana muestren niveles de apatĆa y temor en participar de las luchas para la construcción de un porvenir colectivo de paz, de dignidad y de libertad democrĆ”tica. Desde agosto de 2017 un sacerdote dominicano guarda prisión preventiva acusado de asesinar a un adolescente de 16 aƱos, a quien el religioso abusaba desde que tenĆa 10 aƱos. El papa Francisco destituyó en agosto de 2014 al entonces embajador del Vaticano en RepĆŗblica Dominicana, el cardenal polaco Jozef Wesolowski, bajo acusaciones de pederastia y posesión de pornografĆa, y quien falleciera un aƱo despuĆ©s cuando enfrentaba un juicio sin precedente en la Santa Sede. En 2015 el exsacerdote polaco Wojciech Gil fue condenado en su paĆs a siete aƱos de prisión por abusar sexualmente de dos niƱos en esa nación y de al menos otros seis en RepĆŗblica Dominicana, mientras era el pĆ”rroco de una comunidad ubicada en la provincia de Santiago (norte). | |||
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¿En quĆ© consiste el manifiesto de la Independencia nacional creado hace 175 aƱos?![]() Hoy se conmemora el 175 aniversario del manifiesto del 16 de enero de 1844, el acta de Independencia de la nación dominicana, cuyos postulados fundamentaron la creación de la RepĆŗblica Dominicana, luego de que se declarara la separación de HaitĆ. En la declaración se expresan los motivos de los dominicanos de la Ć©poca para luchar por la independencia dominicana. "En nada ha variado nuestra condición: los mismos ultrajes, los mismos tratamientos de la administración anterior, los mismos o mayores impuestos, el mismo sistema monetario sin garantĆa alguna que labra la ruina de sus pueblos y una constitución mezquina que jamĆ”s harĆ” la felicidad del paĆs, ha puesto el sello a la ignominia privĆ”ndonos, contra el derecho natural, hasta de lo Ćŗnico que nos quedaba de espaƱoles: ¡del idioma natal!, y arrimando a un lado nuestra augusta religión, para que desaparezca de entre nosotros; porque si cuando esa religión del Estado, si cuando estaba protegida, ella y los ministros fueron despreciados y vilipendiados, ¿quĆ© no serĆ” ahora rodeada de sectarios y enemigos?", se dice en el documento. Igualmente, los criollos expusieron claramente que "los habitantes de la parte del Este de la isla, antes EspaƱola o de Santo Domingo, valiĆ©ndose de sus derechos, impulsados como lo fueron por veintidós aƱos de opresión y oyendo de todas partes las lamentaciones de la patria, han tomado la firme resolución de separarse para siempre de la RepĆŗblica haitiana y de constituir un Estado libre y soberano". De acuerdo al texto, cuya redacción se le ha atribuido a TomĆ”s Bobadilla, Francisco del Rosario SĆ”nchez y MatĆas Ramón Mella, los criollos se sentĆan tiranizados por los invasores y se quejaban de que se les quisiera privar del idioma espaƱol, de la religión católica y de sus costumbres. Entre los firmantes del documento, que circuló en Santo Domingo y otras localidades, estuvieron Francisco del Rosario SĆ”nchez, MatĆas Ramón Mella, TomĆ”s Bobadilla, Jacinto de la Concha, Juan Nepomuceno Ravelo, Felipe Alfau y TomĆ”s Bobadilla. Ocupación de Boyer En el 1822, el presidente haitiano Jean Pierre Boyer ocupó la porción espaƱola de la isla de Santo Domingo apoyado en un ejĆ©rcito de 12,000 hombres, bajo la supervisión del general Guy Joseph Bonnet, quien dividió su milicia en dos columnas: una para atravesar el sur y otra el norte. A la sazón, la población de franja este (hoy RepĆŗblica Dominicana) era de 70,000 almas, de acuerdo al historiador Emiliano Tejera. El territorio espaƱol tenĆa pocas tropas indisciplinadas. En cambio, HaitĆ poseĆa una población estimada en 600,000 personas y un gran ejĆ©rcito entrenado en los combates de los Ćŗltimos 20 aƱos. Manifiesto de los habitantes de la parte Este de la isla, antes EspaƱola o de Santo Domingo, sobre las causas de su separación de la RepĆŗblica Haitiana La defensa y el respeto debidos a la opinión de todos los hombres y a la de las naciones civilizadas imponen a un paĆs unido a otro y deseoso de retomar y reivindicar sus derechos rompiendo sus lazos polĆticos, que declare con franqueza y buena fe los motivos que lo inducen a dar ese paso, a fin de que no se piense que lo ha impulsado un espĆritu de curiosidad y de ambición. Creemos haber demostrado con nuestra heroica constancia que deben soportarse los males de un gobierno mientras nos parezcan soportables, siendo mejor eso que hacer justicia o sustraernos a los mismos. Pero cuando una larga serie de injusticias, de violencias y de vejĆ”menes acaba por probar la intención de reducirlo todo a la desesperación y a la mĆ”s absoluta tiranĆa, es entonces un sagrado derecho para los pueblos y aun un deber, sacudir el yugo de semejante gobierno y proveer nuevas garantĆas que les aseguren su estabilidad y su prosperidad futura. Por el hecho de que los hombres no se han reunido en sociedad sino con el objeto de trabajar en su conservación, que han recibido de la Naturaleza el derecho de proponer los medios y de buscarlos a fin de obtener ese resultado, por esa misma razón, semejantes principios los autorizan a ponerse en guardia, a precaverse de todo lo que puede privarlos de tal derecho, cuando la sociedad se halla amenazada. Esa es la razón por la cual los habitantes de la parte del Este de la isla, antes EspaƱola o de Santo Domingo, valiĆ©ndose de sus derechos, impulsados como lo fueron por veintidós aƱos de opresión y oyendo de todas partes las lamentaciones de la patria, han tomado la firme resolución de separarse para siempre de la RepĆŗblica haitiana y de constituir un Estado libre y soberano. Hace veintidós aƱos que el pueblo dominicano, por una fatalidad de la suerte, sufre la mĆ”s infame opresión: ya sea que ese estado de degradación haya dependido de su verdadero interĆ©s, ya sea que se haya dejado arrastrar por el torrente de las pasiones individuales, el hecho es que se le ha impuesto un yugo mĆ”s pesado y mĆ”s degradante que el de la antigua metrópoli, Hace veintidós aƱos que el pueblo, privado de todos sus derechos, se ha visto violentamente despojado de todos los beneficios en los cuales hubiera debido participar si se lo hubiese considerado parte integrante de la RepĆŗblica. Y poco faltó para que se le quitara hasta el deseo de sustraerse a tan humillante esclavitud... Cuando en febrero de 1822, la parte oriental de la isla, cediendo tan sólo a la fuerza de las circunstancias, aceptó recibir el ejĆ©rcito del general Boyer que, como amigo, fue mĆ”s allĆ” de los lĆmites de una y otra parte, los espaƱoles dominicanos no pudieron creer que, con tan disimulada perfidia, hubiera podido faltar a las promesas que le sirvieron de pretexto para ocupar el paĆs y sin las cuales hubiese debido vencer muchas dificultades y hasta caminar sobre nuestros cadĆ”veres, si la suerte lo hubiese favorecido. No hubo un solo dominicano que no le recibiera entonces sin demostraciones de simpatĆa. Por doquier donde pasaba, el pueblo salĆa a su encuentro; creĆa encontrar en el hombre que acababa de recibir en el Norte el tĆtulo de pacificador, la protección que le habĆa sido prometida de una manera tan hipócrita; pero muy pronto, mirando a travĆ©s del velo que escondĆa sus perniciosas intenciones, se descubrió que se habĆa entregado el paĆs a su opresor, ¡a un tirano feroz!... Con Ć©l entró en Santo Domingo la maraƱa de todos los vicios y de todos los desórdenes, la perfidia, la delación, la división, la calumnia, la violencia, la usurpación y los odios personales, desconocidos hasta entonces en el alma de ese pueblo bondadoso... Sus decretos y sus disposiciones fueron los principios de la discordia y la seƱal de la destrucción. Por medio de su sistema maquiavĆ©lico y que todo lo desorganizaba, obligó a las familias mĆ”s respetables a emigrar, y con ellas desaparecieron de la tierra los talentos, las riquezas, el comercio y la agricultura. Alejó de su consejo y de los principales empleos a los hombres que hubieran podido defender los derechos de sus conciudadanos, proponer un remedio a sus males y hacer conocer las verdaderas necesidades del paĆs. Menospreciando todos los principios del derecho pĆŗblico y de gentes, redujo a muchas familias a la miseria y a la indigencia, quitĆ”ndoles sus propiedades para reunirlas al dominio de la RepĆŗblica, darlas a individuos de la parte occidental o venderlas a vil precio a los mismos. Desoló la campiƱa y destruyó la agricultura y el comercio. Despojó las iglesias de sus riquezas, maltrató y humilló a los ministros de la religión, los privó de sus rentas y de sus derechos y, con su negligencia, dejó que cayeran en ruinas los edificios pĆŗblicos para que sus lugartenientes se aprovecharan de los destrozos y pudiesen de tal suerte satisfacer la avaricia que traĆan consigo desde el occidente. MĆ”s tarde, con el objeto de dar a esas injusticias las apariencias de la legalidad, emitió una ley para que se incorporaran al dominio del Estado los bienes de los ausentes, cuyos hermanos y parientes se hallan hasta hoy en la mĆ”s horrible miseria. Tales medidas no satisfacĆan su avaricia. Puso tambiĆ©n su mano sacrĆlega en las propiedades de los hijos del Este y autorizó con la ley del 8 de julio de 1824 el latrocinio y el fraude. Prohibió la comunidad de las tierras comunales que, en virtud de convenciones y para la utilidad y las necesidades familiares habĆa subsistido desde el descubrimiento de la isla, y eso con el Ćŗnico fin de que el Estado sacara provecho. Con esa medida, acabó por arruinar los hatos y empobrecer a muchos padres de familia; pero a Ć©l poco lo importaba arruinarlo y destruirlo todo... Tal era la finalidad de su insaciable avaricia. Dotado de gran imaginación para llevar a cabo la obra de nuestra ruina y reducirlo todo a la nada, imaginó un sistema monetario que redujo insensible y gradualmente a las familias, los empleados, los comerciantes y la mayorĆa de los habitantes a la mĆ”s negra miseria. Es con tal criterio y la influencia de su polĆtica infernal que el gobierno haitiano propagó sus principios corruptores. Desencadenó pasiones, suscitó espĆritu partidario, forjó planes destructores, estableció el espionaje e introdujo la cizaƱa y la discordia aun en los hogares domĆ©sticos... Si un espaƱol se atrevĆa a hablar contra la opresión y la tiranĆa, era denunciado como sospechoso, se lo encerraba en un calabozo y muchos padecĆan aun el suplicio para espantar a los demĆ”s y hacer morir, conjuntamente con ellos, los sentimientos heredados de nuestros padres. Atormentada y perseguida, la patria no halló otro refugio contra la tiranĆa que en la intimidad de una juventud afligida y en algunas almas nobles y puras que supieron concentrar sus principios sagrados para relegar la propaganda a tiempos mĆ”s favorables y devolver la energĆa a quienes estaban abatidos y estupefactos. Los veintiĆŗn aƱos de la administración corruptora de Boyer se deslizaron de tal suerte y, durante los mismos, los habitantes de la parte oriental experimentaron toda clase de privaciones, verdaderamente innumerables. Trató a esos habitantes con mĆ”s rigor que a un pueblo conquistado por la fuerza. Los persiguió y les sacó lo que podĆa satisfacer su avaricia y la de los suyos. En nombre de la libertad, los redujo al estado de servidumbre. Los obligó a pagar una deuda que no habĆan contraĆdo, exactamente como los habitantes de la parte occidental que se aprovecharon de los bienes extranjeros, mientras nos deben, por lo contrario, las riquezas que nos han usurpado o destinado al fin que mĆ”s les convenĆa. Tal es el triste cuadro del estado de esa parte de la isla cuando el 27 de enero del aƱo pasado, Les Cayes lanzaron en el Sur el grito de reforma. Los pueblos se sintieron en el acto como devorados por un fuego elĆ©ctrico. Adhirieron a los principios de un Manifiesto del 1 de septiembre de 1842 y la parte oriental se jactó, pero en vano de que su porvenir serĆa mĆ”s dichoso, a tal punto se hallaban de buena fe. El comandante RiviĆ©re fue nombrado jefe de ejecución e intĆ©rprete de la voluntad del pueblo soberano. Dictó leyes segĆŗn su capricho. Estableció un gobierno sin forma legal y donde no estaba incluĆdo habitante alguno de esta parte que ya se hubiera pronunciado a favor de la revolución. Recorrió la isla y, en el departamento de Santiago, sin motivo legal recordó con pena la triste Ć©poca de Toussaint Louverture y de Dessalines; llevaba consigo un monstruoso estado mayor que por doquier introducĆa la desmoralización. Vendió los puestos, despojó las iglesias, destruyó las elecciones hechas por los habitantes para tener representantes que defendieran sus derechos, y eso para dejar permanentemente esa parte de la isla en la miseria y en el mismo estado y para conseguir partidarios que lo elevaran a la presidencia, aunque sin mandato especial de sus comitentes. AsĆ fue. Amenazó la Asamblea constituyente y a raĆz de extraƱas comunicaciones hechas por Ć©l al ejĆ©rcito bajo sus órdenes, resultó presidente de la RepĆŗblica. So pretexto de que en esa parte de la isla se pensaba en una separación del territorio a favor de Colombia, llenó los calabozos de Puerto PrĆncipe con los mĆ”s ardientes ciudadanos de Santo Domingo, en cuyo corazón reinaba el amor a la patria y que tan sólo aspiraban a una suerte mĆ”s dichosa, la igualdad de derechos y el respeto de las personas y de las propiedades. Padres de familia se expatriaron de nuevo para librarse de las persecuciones que se les infligĆa. Y cuando creyó que sus designios se habĆan realizado y que tenĆa asegurado el objeto que codiciaba, puso en libertad a los detenidos sin darles ni la menor satisfacción por los insultos y los perjuicios que habĆan sufrido. Nuestra condición no ha cambiado ni en lo mĆnimo. Las mismas vejaciones y los mismos impuestos subsisten y han aumentado aĆŗn. El mismo sistema monetario sin garantĆa alguna prepara la ruina de los pueblos, y una Constitución mezquina que nunca harĆ” honor al paĆs, todo eso ha puesto por doquier el sello de la ignominia privĆ”ndonos, con una verdadera burla del derecho natural, de la Ćŗnica cosa espaƱola que nos quedaba: el idioma natal y ha puesto de lado nuestra venerable religión para que desaparezca de nuestros hogares. Y, en efecto, si esa religión del Estado, cuando era protegida, fue despreciada y vilipendiada conjuntamente con sus ministros, ¿quĆ© serĆ” ahora que se halla rodeada de sectarios y de enemigos? La violación de nuestros derechos, costumbres y privilegios y muchĆsimas vejaciones nos han revelado nuestra esclavitud y nuestra decadencia y los principios jurĆdicos que rigen la vida de las naciones deciden la cuestión a favor de nuestra patria como la decidieron a favor de los PaĆses Bajos contra Felipe II, en 1581. En virtud de tales principios, ¿quiĆ©n se atreverĆ” a repudiar la resolución del pueblo de Les Cayes cuando se sublevó contra Boyer y lo declaró traidor de la patria? ¿Y quiĆ©n se atreverĆ” a repudiar nuestra propia resolución de declarar la parte oriental de la isla separada de la RepĆŗblica de HaitĆ? No tenemos obligación alguna con respecto a quienes no nos dan los medios de cumplirla, ningĆŗn deber con aquellos que nos privan de nuestros derechos. Si se consideraba la parte oriental incorporada voluntariamente a la RepĆŗblica haitiana, debĆa gozar de los mismos beneficios y de los mismos derechos de que gozan aquellos con quienes se habĆa aliado, y si en virtud de esa unión estĆ”bamos obligados a defender nuestra integridad, ella, por su parte, debĆa procurarnos los medios de hacerlo; pero faltó a eso violando nuestros derechos, y, por consiguiente, estamos libres de nuestra obligación. Si se consideraba esa parte oriental sometida a la RepĆŗblica, con mĆ”s razón debĆa gozar sin restricciones de todos los derechos y prerrogativas sobre los cuales habĆa un convenio y que le fueron prometidos y, si no se realiza la Ćŗnica y necesaria condición de su sometimiento, queda libre y enteramente desligada, y sus deberes, en lo que a ella se refiere, le imponen que provea por otros medios a su propia conservación. Si consideramos esa Constitución con respecto a la de HaitĆ de 1816, veremos que, ademĆ”s del caso singular de una Constitución dada a un paĆs extranjero que no la necesitaba y no habĆa nombrado a sus diputados para discutirla, hay tambiĆ©n una escandalosa usurpación, pues en aquella Ć©poca los haitianos no tenĆan aĆŗn la posesión de esa parte, exactamente como ocurrió con los franceses cuando fueron expulsados de la parte francesa: como no eran los propietarios, no podĆan abandonarla a los haitianos. Por el tratado de Basilea, esa parte fue cedida a Francia y devuelta a EspaƱa en ocasión de la paz de ParĆs, gracias a la cual fue sancionada la posesión que los espaƱoles hicieron efectiva en 1809 y que continuó hasta 1821, Ć©poca en que dicha parte se separó de la metrópoli. Cuando, en 1816, los hijos de occidente revisaron su Constitución, esa parte no pertenecĆa ni a HaitĆ ni a Francia. En lo alto de las fortalezas flameaba la bandera espaƱola, gracias a un derecho indiscutible, y del hecho que los indĆgenas llamaban HaitĆ a la isla de Santo Domingo no debe deducirse que la parte occidental, que fue la primera en constituirse en Estado soberano con el nombre de RepĆŗblica de HaitĆ, tuviera el derecho de considerar la parte del Este u oriental como parte integral, cuando la una pertenecĆa a los franceses y la otra a los espaƱoles. Lo cierto es, que si la parte oriental debĆa pertenecer a Francia o a EspaƱa y no a HaitĆ, pues si nos remontamos a los primeros aƱos del descubrimiento del inmortal Colón, nos damos cuenta de que los orientales tienen mĆ”s derechos al dominio que los occidentales. Si, por Ćŗltimo, se considera esa parte de la isla conquistada por la fuerza, es por la fuerza, si no hay otro modo, que se resolverĆ” la cuestión. Considerando los vejĆ”menes y las violencias cometidos durante veintidós aƱos contra la parte anteriormente espaƱola, salta a la vista que ha sido reducida a la mĆ”s extrema miseria y que se estĆ” llevando a cabo su ruina, por lo cual el deber de su propia conservación y de su bienestar futuro la obliga sin mĆ”s a asegurar con medios convenientes su seguridad, pues lo antedicho constituye un derecho (un pueblo que depende voluntariamente de otro pueblo con el objeto de aprovecharse de su protección, queda libre de toda obligación cuando dicha protección le viene a faltar, o cuando eso ocurre por la impotencia del protector). Considerando que un pueblo obligado a obedecer a la fuerza y que le obedece hace bien, pero que si resiste cuando puede hacer mejor; considerando, por Ćŗltimo, que dada la diferencia de las costumbres y la rivalidad existente entre los unos y los otros, nunca habrĆ” armonĆa ni perfecta unión, y como ademĆ”s los pueblos de la parte anteriormente espaƱola de la isla de Santo Domingo comprobaron durante los veintidós aƱos de su agregación a la RepĆŗblica de HaitĆ que no pudieron obtener ventaja alguna, sino al contrario, que se arruinaron, empobrecieron y degradaron y que fueron tratados de la manera mĆ”s vil y abyecta, han resuelto separarse para siempre de la RepĆŗblica haitiana para proveer a su seguridad y a su conservación, constituyĆ©ndose, segĆŗn los antiguos lĆmites, en Estado libre y soberano. Las leyes fundamentales de ese Estado garantizarĆ”n el rĆ©gimen democrĆ”tico, asegurarĆ”n la libertad de los ciudadanos aboliendo para siempre la esclavitud y establecerĆ”n la igualdad de los derechos civiles y polĆticos sin miramientos para con las distinciones de origen y nacimiento. Las propiedades serĆ”n inviolables y sagradas; la religión católica, apostólica y romana serĆ”, como religión del Estado, protegida en todo su esplendor. Pero nadie serĆ” perseguido ni castigado por sus opiniones religiosas. La libertad de prensa serĆ” protegida; la responsabilidad de los funcionarios pĆŗblicos quedarĆ” debidamente establecida; la confiscación de bienes por crĆmenes y delitos serĆ” prohibida; la instrucción pĆŗblica serĆ” estimulada y protegida a expensas del Estado; los derechos e impuestos serĆ”n reducidos al mĆnimum; habrĆ” un olvido total de los votos y de las opiniones polĆticas emitidos hasta este dĆa, y eso mientras los individuos se adhieran de buena fe al nuevo sistema. Los grados y empleos militares serĆ”n conservados de acuerdo a las leyes que se establecerĆ”n. La agricultura, el comercio, las ciencias y las artes serĆ”n igualmente fomentados y amparados. Lo mismo ocurrirĆ” con el estado de las personas nacidas en nuestra tierra o con el de los extranjeros que en ella querrĆ”n vivir, en armonĆa con las leyes. Por Ćŗltimo, emitiremos lo mĆ”s pronto posible una moneda con garantĆa real y verdadera, sin que el pĆŗblico pierda nada sobre la que tiene con el sello de HaitĆ. Tal es la finalidad que nos proponemos en nuestra separación, y estamos resueltos a dar al mundo entero el espectĆ”culo de un pueblo que se sacrificarĆ” por la defensa de sus derechos y de un paĆs que estĆ” dispuesto a reducirse a cenizas y escombros si sus opresores, que se jactan de ser libres y civilizados, persisten en su propósito de imponerle una condición que le parezca aĆŗn mĆ”s dura que la muerte. En vez de transmitir a nuestros y a la posteridad una esclavitud vergonzosa, nosotros, sobreponiĆ©ndonos con firmeza y esperanza a los peligros, juramos solemnemente ante Dios y ante los hombres, que empuƱaremos las armas para la defensa de nuestra libertad y de nuestros derechos. Confiamos, sin embargo, en la misericordia divina que nos protegerĆ” e inducirĆ” a nuestros adversarios a una reconciliación justa y razonable para que se evite el derramamiento de sangre y las calamidades de una guerra espantosa que no provocaremos pero que serĆ” una guerra de exterminio, si debiera producirse. ¡Dominicanos! (comprendemos bajo esta denominación a todos los hijos de la parte oriental y a quienes quisieran seguir nuestra suerte) el interĆ©s nacional nos llama a la unión. Con nuestra firme resolución, mostrĆ©monos los dignos defensores de la libertad; sacrifiquemos en los altares de la patria todo odio y toda personalidad; que el sentimiento del interĆ©s pĆŗblico sea el móvil que nos dirige en la santa causa de la libertad y de la separación. Con semejante separación nada hacemos contra la prosperidad de la RepĆŗblica occidental y favorecemos la nuestra. Nuestra causa es sagrada. No nos faltarĆ” ayuda, pues ya podemos contar con la que nos procura nuestra tierra, y, si fuera necesario, nos valdrĆamos del auxilio que los extranjeros pudieran procurarnos en semejante caso. El territorio de la RepĆŗblica Dominicana, estando dividido en cuatro provincias, esto es: Santo Domingo, Santiago o Cibao, Azua, desde el lĆmite hasta Ocoa, y Seybo, su gobierno se compondrĆ” de un cierto nĆŗmero de miembros de cada una de esas provincias a fin de que participen de tal suerte y proporcionalmente a su soberanĆa. El gobierno provisional se compondrĆ” de una Junta de once miembros elegidos en el mismo orden. Esa Junta tendrĆ” en su mano todos los poderes hasta que se redacte la Constitución del Estado. DeterminarĆ” la manera a su juicio mĆ”s conveniente para conservar la libertad adquirida y nombrarĆ”, por fin, jefe supremo del ejĆ©rcito, obligado a proteger nuestras fronteras, a uno de los mĆ”s distinguidos patriotas, poniendo bajo sus órdenes a los subalternos que le sean necesarios. ¡Dominicanos! ¡A la unión! Se presenta el momento mĆ”s oportuno. De Neyba a SamanĆ” y de Azua a Montecristi las opiniones son unĆ”nimes y no hay un solo dominicano que no grite con entusiasmo: Separación, Dios, Patria y Libertad. Toros eliminan Leones, a disputar corona con Estrellas en otra "serie de la caƱa"Los visitantes llegaron al noveno episodio con ventaja 4-1, pero los Leones atacaron al cerrador Fernando Abad, a quien le anotaron dos vueltas para colocar el partido 3-4. Santo Domingo (EFE/Juan Julio Gómez).- Los Toros del Este avanzaron a la final del bĆ©isbol local, al vencer 4-3, la noche del martes, a los Leones del Escogido, en el estadio Quisqueya, con buen pitcheo de su abridor, el cubano RaĆŗl Valdes, en partido de desempate para definir el ganador del segundo puesto de la semifinal. Valdes (3-1) tiró ocho episodios de cinco indiscutibles y una carrera, para dar la victoria a la tropa taurina, que estarĆ” en su quinta final, en busca de su tercera corona. Los visitantes llegaron al noveno episodio con ventaja 4-1, pero los Leones atacaron al cerrador Fernando Abad, a quien le anotaron dos vueltas para colocar el partido 3-4. Tal situación obligó al dirigente de los taurinos, Arturo Defreites, a recurrir al relevista Michael Dimock, para tratar de detener la amenaza escarlata. Dimock, quien se apuntó el salvamento, dominó al siguiente bateador, pero otorgó un boleto para llenar las bases. Sin embargo, el estadounidense dominó a su compatriota, Chris Roberson, con elevado al prado central, para poner fin a la amenaza de los locales, y asĆ lograr la victoria. Los bovinos atacaron temprano al abridor escarlata, el estadounidense Tyler Alexander, a quien marcaron tres carreras en el tercer capĆtulo, dos de ellas por triple del jardinero Jordany ValdespĆn, y otra por elevado de sacrificio del veterano Alexi Casilla. En el cuarto anotaron otra, por sencillo remolcador, al prado central, del antesalista Anderson Feliz. Los perdedores anotaron su primera carrera en el cuarto episodio contra Valdes, para descontar ventaja y colocar la pizarra 1-4. El pitcher derrotado fue el zurdo Alexander, quien terminó la ronda con 2 y 3. El mexicano JosĆ© Orozco y el criollo Jimmy Paredes fueon los mejores con el madero por los perdedores, con dos imparables y una vuelta producida, cada uno. El equipo mamey enfrentarĆ” en la final a Estrellas de Oriente, a partir de este jueves, en el estadio Tetelo Vargas de la ciudad de San Pedro de MacorĆs, en el este de RepĆŗblica Dominicana. La Ćŗltima vez que los Toros participaron en una final fue en la temporada 2010-11, en la que vencieron en cinco partidos a las Estrellas. Su primer tĆtulo lo lograron en la campaƱa 1994-95, ante Aguilas CibaeƱas. El campeón del torneo participarĆ” en la Serie de BĆ©isbol del Caribe, a celebrarse del 2 al 8 de febrero, en Barquisimeto, Venezuela. | |||
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