PUERTO PRINCIPE, (Prensa Latina) Mientras aún sigue sin normalizarse la distribución de combustible en HaitÃ, tras semanas de desabastecimiento, manifestantes toman las calles en una protesta antigubernamental organizada por sectores opositores.
Al descontento por el suministro irregular de gasolina y petróleo desde finales de agosto, se suma además la crÃtica al Gobierno por el aumento del costo de la vida y el incremento de los Ãndices de pobreza.
En esta capital se registraron enfrentamientos entre manifestantes y la PolicÃa en Delmas 33, una de las avenidas principales, e inconformes mantienen barricadas de neumáticos encendidos y otros objetos, para bloquear el acceso de los vehÃculos.
También en algunas zonas de Petion Ville, uno de los centros comerciales de Puerto PrÃncipe, se reportaron intercambios de disparos, aunque las principales actividades económicas de la zona aún no se paralizaron.
Las protestas también llegaron a Saint Marc, Gonaives, Cabo Haitiano y Jeremie, y de acuerdo a medios de prensa, al menos dos personas resultaron lesionadas.
Problemas con los servicios básicos
Durante esta semana Haità ha experimentado una serie de disturbios sociales, que ralentizaron servicios básicos como la transportación, salud y educación, entre otros.
Muchas escuelas permanecieron cerradas desde el viernes último, e instituciones, administración pública, sucursales bancarias entre otras, prestaron servicios de manera irregular.
De acuerdo con sectores opositores, el actual sistema que solo genera exclusión, desigualdad, corrupción, hambre, miseria, analfabetismo y desempleo crónico.
Exigen la renuncia inmediata del presidente Jovenel Moïse y la instauración de una transición de ruptura que pueda tomar medidas urgentes para mejorar la vida de los casi 12 millones de haitianos.
Tras las fuertes movilizaciones de julio de 2018, el jefe de Estado enfrenta cÃclicos periodos de manifestaciones, mientras pierde el apoyo de sectores claves para la economÃa.
No obstante, algunos denuncian que se mantiene en el poder, gracias a la probada injerencia norteamericana y el apoyo de los «amigos» de la comunidad internacional.