Apuntes sobre el fin de año, cómo atrapar un oso polar, ómicron, vacunas y más para estar al día.
Es martes, quedan tres días en el calendario del año y no hay tiempo que perder. Esta es la edición exprés de nuestro boletín. |
En la recta final del año miramos de reojo al menguante 2021 y, felices de dejarlo atrás, nos disponemos a deshacernos del calendario viejo, la ropa que ya no nos queda, las envolturas de los regalos que abrimos en Nochebuena. Es un ejercicio saludable. |
La semana pasada estuve revisando algunas cajas que dejé en Perú antes de mudarme a México y que, por la pandemia, no había podido recuperar. Eran una cápsula del tiempo: junto con libros y documentos importantes acumulaban polvo prendas, piezas de arte, libretas, fotos que no lograron irse conmigo en la primera oportunidad. |
Empecé a llevar un diario en quinto grado y escribía casi todos los días y durante las décadas de hacerme una carrera y empezar una familia. Tenía todas estas cajas de diarios, una vida, y cuando nos alistábamos para irnos quise dejárselos a mi familia extendida. Pero mi tío dijo que debía quemarlos: si alguien alguna vez los encontraba sería demasiado difícil de explicar, demasiado sospechoso. Así que lo hice. Vertí diésel en los diarios y los quemé todos. Me tardé horas. Intenté leer tanto como pude, recordar tanto como pude. |
También la escritora Joan Didion empezó a hacer apuntes desde muy temprana edad. El impulso de anotar en libretas, dice en un antiguo ensayo, puede parecer inexplicable e inútil para algunos. Pero Didion, un icono del 'nuevo periodismo' que falleció la semana pasada, escribió que "nuestros cuadernos nos delatan" porque desnudan "de forma transparente y desvergonzada, el implacable 'yo'". Quizás por esto para quienes acumularon toda una vida de ellos, como Didion o Abed, son tan difíciles de dejar atrás. |
| Nicola McDermott, de Australia, hizo apuntes en su cuaderno tras ganar plata en Tokio en agosto de 2021Dylan Martinez/Reuters |
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Los objetos de los que nos rodeamos nos ayudan a anclarnos en el tiempo y en el espacio: son testimonio de nuestro paso por el mundo, de nuestros vicios y virtudes y también artefactos de memoria. Deshacernos de ellos puede ser doloroso o liberador. Pero esa pérdida casi siempre es un puente que debemos cruzar para alcanzar una nueva orilla. Y volver a empezar. |
P. D.: Pasar la página es necesario e inevitable, sin embargo vale la pena tener piedad de nuestro pasado: "siempre es aconsejable mantener una relación cordial con la persona que éramos", escribió Didion. |
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Otros apuntes de ómicron y el virus |
Antes de que te vayas, disfruta de esta postal: |
Breve y salada historia de las ostras |
| El paisaje desde Mariner's Point en la isla de Chincoteague, Virginia. La historia de la región está ligada al marisco, especialmente a las ostras.Kristen Zeis para The New York Times |
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Comer ostras lejos de las costas tiene un caché de lujo y elegancia. En Estados Unidos, la ostricultura además está muy asociada a la cultura negra. El escritor Myles Poydras nos lleva por un fascinante recorrido de la ostricultura en Virginia, Nueva York y Nueva Orleans. |
Volveremos el viernes para una entrega más antes del fin de año. Si te gustó este boletín, compártelo con tus amigos, colegas y seres queridos (y no tan queridos). Y por favor, cuéntanos qué te parece. |
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