SANTO DOMINGO.- El superintendente de Bancos,
Rafael Camilo, señaló que aunque la demanda de aumento salarial de los
sindicatos se corresponde con la realidad, un ajuste de magnitud,
realizado de golpe, representaría “un choque negativo que muchas
empresas no resistirían y podría desatar un problema de pérdidas de
empleo”.
Indicó que los sindicatos y representantes del sector privado deben acordar un ajuste gradual que permita que el salario mínimo converja a su nivel justo en los próximos cuatro años, y que en lo adelante se institucionalice el ajuste por productividad, además de la inflación.
Propuso que los sindicatos y empresarios se pongan de acuerdo para implementar un salario mínimo que, además de compensar la pérdida de valor adquisitivo por inflación acumulada, tome en cuenta el incremento en la productividad de los trabajadores.
Dijo que ese acuerdo debe incluir la decisión de, en los próximos cuatro años, llevar esa remuneración de manera gradual “hasta sus niveles justos”.
Camilo, miembro del Comité Central del Partido de la Liberación Dominicana (PLD), enfatizó que “para que los niveles de salario mínimo reflejen el crecimiento de la economía, es necesario que además de indexarle los índices de inflación acumulada, al fijarlos se tomen en cuenta los aumentos en la productividad de los trabajadores”.
Consideró que un aumento salarial sería conveniente para el país, ya que no solo representaría una recompensa merecida para los trabajadores, sino que además estimularía la economía, al generar más ventas para los comercios e industrias.
Declaró que el problema fundamental en los ajustes de salario mínimo es que no se han incorporado a los mismos los aumentos en la productividad de los trabajadores dominicanos.
Recordó que de 1999 a 2011, cuando se realizó el último ajuste salarial, esta retribución creció un promedio de 11% anual, mientras que, al mismo tiempo, la canasta de consumo para el quintil de los hogares de menor gasto, o quintil 1, creció en un 11.8%. Sin embargo, según un estudio reciente del FMI y la Organización Internacional del Trabajo, el crecimiento promedio anual de la productividad laboral en la última década fue de un 3.1% anual.
“Esto significa que, como el aumento en la inflación superó al del salario mínimo en 0.8 puntos porcentuales por año, el salario mínimo se ha ido alejando cada vez más de su nivel justo a un ritmo de 3.9% por año. Ajustando el salario establecido en 1999 por la inflación de la canasta del quintil 1 y el crecimiento de la productividad laboral hasta la fecha, obtenemos que el salario mínimo para empleados de empresas pequeñas debiera crecer un 30 %, precisamente el aumento que demandan los trabajadores”, apuntó.
Insistió en que un aumento del salario mínimo es una de las maneras más efectivas de dinamizar la economía, ya que los trabajadores que lo perciben dedican la mayor proporción de sus ingresos al consumo de bienes y servicios.
De acuerdo al estudio del FMI y la OIT, presentado en conjunto el pasado mes de Enero, el salario mínimo en la Republica Dominicana se ha comportado de manera contraria a las tendencias regionales y mundiales. Entre 2000 y 2010 el salario mínimo real del país cayó un 0.7% cada año, mientras que en los países en vía de desarrollo crecía en promedio un 6.5%.
Camilo explicó que la razón de que República Dominicana sea el único país de América Latina donde en ese lapso el salario mínimo real experimentó pérdidas fue la ausencia de ajustes oportunos por inflación cada año, pero advierte que, aún si se hubiesen producido esas adecuaciones, solo se conseguiría que el salario mínimo real se mantenga constante, no que crezca verdaderamente, como ocurrió en el resto del mundo y de la región.
Puntualizó que en la actualidad, el costo de la canasta del quintil 1 se sitúa en RD$11,916.7 mensuales, en consonancia con la realidad histórica en el país de que para adquirir esa cesta de productos siempre se ha necesitado más de un salario mínimo, y por tanto, un hogar donde solo un miembro esté asalariado no sería capaz de mantenerse por encima de la línea de pobreza.
Indicó que los sindicatos y representantes del sector privado deben acordar un ajuste gradual que permita que el salario mínimo converja a su nivel justo en los próximos cuatro años, y que en lo adelante se institucionalice el ajuste por productividad, además de la inflación.
Propuso que los sindicatos y empresarios se pongan de acuerdo para implementar un salario mínimo que, además de compensar la pérdida de valor adquisitivo por inflación acumulada, tome en cuenta el incremento en la productividad de los trabajadores.
Dijo que ese acuerdo debe incluir la decisión de, en los próximos cuatro años, llevar esa remuneración de manera gradual “hasta sus niveles justos”.
Camilo, miembro del Comité Central del Partido de la Liberación Dominicana (PLD), enfatizó que “para que los niveles de salario mínimo reflejen el crecimiento de la economía, es necesario que además de indexarle los índices de inflación acumulada, al fijarlos se tomen en cuenta los aumentos en la productividad de los trabajadores”.
Consideró que un aumento salarial sería conveniente para el país, ya que no solo representaría una recompensa merecida para los trabajadores, sino que además estimularía la economía, al generar más ventas para los comercios e industrias.
Declaró que el problema fundamental en los ajustes de salario mínimo es que no se han incorporado a los mismos los aumentos en la productividad de los trabajadores dominicanos.
Recordó que de 1999 a 2011, cuando se realizó el último ajuste salarial, esta retribución creció un promedio de 11% anual, mientras que, al mismo tiempo, la canasta de consumo para el quintil de los hogares de menor gasto, o quintil 1, creció en un 11.8%. Sin embargo, según un estudio reciente del FMI y la Organización Internacional del Trabajo, el crecimiento promedio anual de la productividad laboral en la última década fue de un 3.1% anual.
“Esto significa que, como el aumento en la inflación superó al del salario mínimo en 0.8 puntos porcentuales por año, el salario mínimo se ha ido alejando cada vez más de su nivel justo a un ritmo de 3.9% por año. Ajustando el salario establecido en 1999 por la inflación de la canasta del quintil 1 y el crecimiento de la productividad laboral hasta la fecha, obtenemos que el salario mínimo para empleados de empresas pequeñas debiera crecer un 30 %, precisamente el aumento que demandan los trabajadores”, apuntó.
Insistió en que un aumento del salario mínimo es una de las maneras más efectivas de dinamizar la economía, ya que los trabajadores que lo perciben dedican la mayor proporción de sus ingresos al consumo de bienes y servicios.
De acuerdo al estudio del FMI y la OIT, presentado en conjunto el pasado mes de Enero, el salario mínimo en la Republica Dominicana se ha comportado de manera contraria a las tendencias regionales y mundiales. Entre 2000 y 2010 el salario mínimo real del país cayó un 0.7% cada año, mientras que en los países en vía de desarrollo crecía en promedio un 6.5%.
Camilo explicó que la razón de que República Dominicana sea el único país de América Latina donde en ese lapso el salario mínimo real experimentó pérdidas fue la ausencia de ajustes oportunos por inflación cada año, pero advierte que, aún si se hubiesen producido esas adecuaciones, solo se conseguiría que el salario mínimo real se mantenga constante, no que crezca verdaderamente, como ocurrió en el resto del mundo y de la región.
Puntualizó que en la actualidad, el costo de la canasta del quintil 1 se sitúa en RD$11,916.7 mensuales, en consonancia con la realidad histórica en el país de que para adquirir esa cesta de productos siempre se ha necesitado más de un salario mínimo, y por tanto, un hogar donde solo un miembro esté asalariado no sería capaz de mantenerse por encima de la línea de pobreza.