El Hospital San Martín de Paraná se ha convertido en otro emblema del abandono y la desidia del gobierno kirchnerista de Entre Ríos. La voluntad y la dedicación del personal contrastan con la indiferencia del gobierno del presidenciable Sergio Urribarri.
Hospital San Martín, de Paraná (Entre Ríos: "Urribarri prometió un nuevo hospital que según el anunció debería estar funcionando desde hace dos años, pero tal como son las cosas en el mundo K, es difícil que sea el actual gobernador quien lo inaugure. Según el último anuncio del gobierno las obras del nuevo hospital han avanzado ya en un 35%, pero lo que no dicen es que una obra de este tipo tiene dos etapas: la obra civil propiamente dicha y la más difícil: el equipamiento. SI tenemos en cuenta esto, la obra del nuevo hospital apenas ha logrado alcanzar el 15% del total."
PARANA (Especial para Urgente24). “Muchas de las muertes que ocurren en el Hospital San Martín de Paraná, se deben a que los pacientes contraen virus intra-hospitalarios debido a las pésimas condiciones de higiene y salubridad que existen en el lugar. Los enfermeros y médicos están en permanente riesgo y lo han denunciado en innumerables oportunidades, pero en el gobierno nadie se hace responsable”, nos cuenta Alberto Pérez, presidente de una agrupación vecinal que hace años viene denunciando lo que ocurre en el hospital más importante de la capital entrerriana, como en otros centros de atención de la salud de Paraná, como del interior de la provincia.
El Hospital San Martín atiende unas 12.000 consultas por mes en los consultorios externos. Se hacen entre 25 y 30 intervenciones quirúrgicas por día entre las de emergencia y las de urgencia, hay un promedio de 130 atenciones diarias en la guardia y cuenta con 240 camas para internación, lo que da una idea del tamaño de este hospital, en el que no solo se atiende gente de Paraná, sino cientos de pacientes que son derivados de centros de atención del interior. Semejante movimiento ameritaría contar con un servicio de salud que brinde seguridad para quienes requieran atención, pero a contra mano de lo que se vende desde el “relato K”, la salud pública no pareciera ser prioritaria para quienes gobiernan nuestra provincia.
Pérez nos señala también que “Es increíble la mugre que se amontona todos los días por distintos desechos de todo tipo en contenedores que a veces están cuatro o cinco días a la intemperie con sol o con lluvia hasta que son vaciados por personal de la municipalidad. Por supuesto que esos contenedores nunca se limpian o desinfectan, así como se vacían vuelven otra vez a colocarse. En el ala que da sobre calle Carbó -nos relata- de noche asusta ver las ratas revolviendo la basura y en ese lugar es donde se almacenan los medicamentos y otros insumos”.
El dirigente vecinal pone de ejemplo lo que ocurre en la zona de consultorios y laboratorios “las ventanas de esos lugares dan a la calle y son usadas por las palomas para anidar. Hay miles de palomas anidando en los recovecos de las ventanas de los consultorios y en las ventanillas que asoman a la calle de los subsuelos donde están los laboratorios y algunas de esas ventanas ya no se pueden abrir de la enorme cantidad de estiércol de palomas que hay sobre ellas. Y todos conocemos las enfermedades que pueden originarse por medio del estiercol de esas aves”.
Otro de los graves problemas de higiene y que demuestran la inacción de las autoridades, son los baños internos que funcionan tanto para pacientes ambulatorios, como para visitantes, “pero si estos son tétricos –comenta Pérez-, más lo son los que se encuentran en las habitaciones de internación. Esos baños, debido al sistema de construcción prácticamente cuelgan sobre la vereda de calle Gualeguaychú y como en años no se ha realizado mantenimiento alguno, quienes pasan por la vereda deben cuidarse de que no les caiga encima algún líquido o inclusive algo más sólido. Esa parte del hospital que está a la vista de todo el mundo es la vergüenza más grande de nuestra ciudad”.
Entre las cuestiones más preocupantes se encuentra también la falta de insumos y medicamentos, algo que en los últimos tiempos se ha acrecentado, aunque las autoridades lo nieguen. La esposa de Marcelino Zarate de 62 años operado de los intestinos el pasado 16 de enero, denunció que en el hospital "no hay sueros, ni cintas ni agujas". "Desde la enfermería nos dicen que hacen lo imposible pero no alcanza y mi marido a veces no duerme del dolor", contó Graciela Maidana desde el primer piso de cirugía en el nosocomio.
Al respecto José Navarro, delegado gremial en el hospital nos indicó que "Están faltando analgésicos e insumos, por ejemplo: contamos con vendas de 10 centímetros para manos y no hay para pie, terapia intensiva no tiene interferón, no hay medicamentos cardiológicos. Estamos mal porque no se está atendiendo debidamente a los pacientes".
Pero el tema de los faltantes de medicamentos quizás no sea lo más grave, ya que como nos explica Alberto Pérez, “En realidad el faltante de medicamentos e insumos es una nimiedad ante otro mucho más grave como son los contagios por bacterias intrahospitalarias, que ante tanta falta de higiene es lógico que se propaguen con facilidad y provoquen en muchas oportunidades que pacientes que fueron al hospital con una dolencia no tan severa terminen muriendo ante el asombro de sus familiares. Estos casos se dan la mayoría de las veces en personas que entran al hospital debido a accidentes de tránsito”.
El dirigente quiso dejar bien en claro que “Si el hospital con todas esas falencias mencionadas, a las que deben sumarse un equipamiento insuficiente y muchas veces obsoleto, sigue funcionando, se debe pura y exclusivamente a la extraordinaria y valiente actitud de enfermeros, médicos y el resto del personal, que aún sabiendo a lo que se arriesgan, cumplen su tarea de la mejor manera posible”.
Urribarri prometió un nuevo hospital que según el anunció debería estar funcionando desde hace dos años, pero tal como son las cosas en el mundo K, es difícil que sea el actual gobernador quien lo inaugure. Según el último anuncio del gobierno las obras del nuevo hospital han avanzado ya en un 35%, pero lo que no dicen es que una obra de este tipo tiene dos etapas: la obra civil propiamente dicha y la más difícil: el equipamiento. SI tenemos en cuenta esto, la obra del nuevo hospital apenas ha logrado alcanzar el 15% del total.
Mientras tanto los paranaenses y pacientes del interior deberán seguir tratándose de sus enfermedades en el viejo hospital, aunque, de acuerdo a la situación explicada nadie les puede asegurar que no vayan a salir más enfermos de lo que llegaron, o incluso peor.
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