Luego del ataque terrorista contra las Torres Gemelas y el Pentágono en 2001, la CIA se propuso crear una oficina paralela a las unidades tradicionales que se dedicara a seguir pistas que usualmente eran desechadas por la metodología convencional. Intentar 'leer' las intenciones de los atacantes era elemental para saber qué golpe podrían intentar dar en las semanas venideras. Casi 15 años después, la Célula Roja de la CIA sigue en pie, tratando de descifrar la psicología de los que amenazan la seguridad estadounidense e interpretando los hechos del mundo desde una mirada diferente. Algunos de sus informes han sido determinantes en la toma de decisiones.
El desarrollo de ideas y productos finales que se lleva a cabo en la Célula Roja se hace mediante la colaboración constante, el diálogo y el feedback entre los miembros, que son seleccionados personalmente por el director de la Célula Roja. Los analistas sirven en la unidad por un período mínimo de 3 meses (trabajando en proyectos a corto plazo) y llegan a permanecer allí hasta 2 años antes de regresar a las unidades principales de la CIA u otras agencias.
CIUDAD DE BUENOS AIRES (Urgente24). La Agencia Central de Inteligencia (Central Intelligence Agency) fue creada en 1947 con la firma del Acta de Seguridad Nacional, por el presidente Harry S. Truman, que creó un puesto de Director Central de Inteligencia (DCI) para servir como jefe de la Comunidad de Inteligencia de USA; actuar como asesor superior del Presidente en asuntos relacionados con la seguridad nacional; y servir como jefe de la Agencia Central de Inteligencia.
El Acta de la Reforma de Inteligencia y Prevención del Terrorismo de 2004 enmendó el Acta de Seguridad Nacional para proporcionar un Director Nacional de Inteligencia quien asumiría algunos de los roles anteriormente cumplidos por el DCI, con un Director separado de la Agencia Central de Inteligencia.
La CIA tiene 3 actividades principales:
> recopilar información sobre gobiernos extranjeros, corporaciones e individuos;
> analizar esa información junto a los otros datos recogidos por sus agencias hermanas; y
> proporcionar una evaluación sobre inteligencia para la seguridad nacional.
La CIA también se encarga de realizar o supervisar actividades encubiertas y otras operaciones tácticas.
Los ejecutores de estas actividades pueden ser miembros de la agencia, militares estadounidenses u otros socios gubernamentales o privados.
Los presupuestos y el número de empleados de la CIA son información clasificada. En 2013, último año del que se tiene registro, gracias a las revelaciones de Edward Snowden, se pudo conocer el presupuesto: US$ 14.700 millones para ese ejercicio fiscal, con 21.575 empleados.
Documentos desclasificados por la propia CIA o revelaciones hechas por sucesivos Comités de Inteligencia del Legislativo estadounidense demuestran que, a lo largo de su historia, la CIA ha planeado, intervenido, dirigido o ejecutado numerosos asesinatos e intentos de asesinato de importantes personalidades políticas, golpes de Estado, derrocamientos de gobiernos contrarios a las posiciones de USA, entrenamiento y financiación de organizaciones terroristas o paramilitares, torturas, vigilancia masiva de individuos y/o secuestros selectivos.
El inicio
"Era la medianoche del 12 de septiembre de 2001. Aún no habían pasado 24 horas de los ataques terroristas contra Estados Unidos que marcaron un antes y un después en la historia del mundo", comienza el relato de Micah Zenko, en Foreign Policy.
El entonces director de la CIA (Central Intelligence Agency o Agencia Central de Inteligencia), George Tenet, en medio del caos y ante la desesperante situación de no saber en qué momento podrían producirse más ataques, llamó a dos de sus principales colaboradores, John Moseman y Jami Miscik, y les planteó la necesidad de crear una unidad semi-independiente dentro del organismo que se encargara de hacer análisis “out of the box”, lo que quiere decir "fuera de la caja", o sea fuera de lo convencional, según explicó Micah Zenko.
El secuestro de aviones cargados con pasajeros por parte de terroristas que se habían estrellado contra el Pentágono y las Torres Gemelas provocando que estas se desplomaran, representaba un hecho inaudito en la historia. El temor y la sospecha de que los ataques no terminarían allí sino que iba a haber más en los días siguientes llevaron a que la CIA se planteara la necesidad de seguir líneas interpretativas no convencionales para tratar de entender quiénes eran los enemigos con que se estaba enfrentando en esa ocasión y qué próximo golpe podrían tener planeado. Una unidad que trabajara con libertad, que privilegiara la creatividad y le diera a sus miembros tiempo para pensar, del que carecen las unidades tradicionales.
El pánico de ser nuevamente atacados
Zenko explica que los oficiales de la Casa Blanca estaban seguros de que había más ataques en preparación. Aquí hay que recordar que una semana después del 11/09/2001, comenzaron una serie de atentados utilizando carbunco (ántrax), una bacteria mortal que era enviada por correo a periodistas, políticos y empleados civiles de Nueva York, Nueva Jersey, Washington DC y Florida.
Según Wikipedia, 22 personas sufrieron ataques y 5 murieron a causa de ellos. Si bien los autores de los atentados nunca pudieron ser identificados, el entonces vicepresidente de Estados Unidos, Dick Cheney, aseguró que Osama Bin Laden podría estar atrás de los mismos y declaró: “Sabemos que (Osama) Bin Laden ha intentado a través de los años obtener armas de destrucción masiva, tanto biológicas como químicas.”
El alcance del poderío del enemigo era desconocido y eso generaba pánico en la población. Pánico del que luego se agarró el entonces presidente estadounidense George W. Bush para conseguir que la opinión pública le diera el visto bueno a su “guerra contra el terrorismo.”
Tras las pistas ignoradas
Según Foreign Policy, el director Tenet, “decidió formar un grupo de pensadores inconformistas que desafiaran el saber convencional en la comunidad de inteligencia y mitigara la amenaza de sorpresas adicionales a través de ‘análisis alternativo’.” Ese 12/09/2001, cuando se reunió con sus colaboradores, les pidió: “Díganme las cosas que los otros no, y hagan (a los funcionarios superiores) sentirse incómodos”, según cita Zenko. Así nació la Célula Roja de la CIA, nombre resonante que le dio el mismo Tenet porque él quería dar la idea de algo onspirativo.
En un principio, la nueva unidad fue muy cuestionada por algunos miembros del organismo como Carmen Medina, quien dijo: “Yo no objetaba lo que ellos escribían, pero siempre preguntaba, ¿qué quieren exactamente que haga con esto?”, según Foreign Policy. Las unidades tradicionales mostraban su resistencia ante esta nueva unidad que venía a confrontarlas con sus propias debilidades, que se suponía que debía encontrar los agujeros en las teorías que ellos mismo desarrollaban, o seguir las líneas investigativas que ellos habían rechazado.
Entre algunos de sus primeros informes, hubo dos que se titularon
> “Cómo Osama (Bin Laden) podría intentar hundir la economía de Estados Unidos”, y
> “La vista desde la cueva de Osama (Bin Laden)”,
en el que los analistas especulaban con lo que sobre lo que podría estar pensando en ese momento el líder de al-Qaeda.
Cada 10 informes, 3 aciertos
Ante hechos nuevos que desafiaban los paradigmas que habían guiado a la CIA hasta ese momento, la Agencia de Inteligencia necesitaba ojos nuevos que aportaran miradas diferentes.
Si los analistas tradicionales se dedican a describir e interpretar los hechos que pasan en el mundo de manera que los decisores políticos puedan diseñar sus agendas, el trabajo de los miembros de la Célula Roja es diametralmente opuesto: intentan comprender psicológicamente a sus enemigos, investigan pistas remotas, abordan las teorías impensables, ahondan en los detalles que pueden pasar inadvertidos por las unidades tradicionales que se concentran en lo que para ellos es lo central e importante.
Para Michael Morrel, quien fue director de la CIA hasta 2013, de cada 10 informes que saca la Célula Roja, 7 no tienen ningún sentido y 3 son piezas brillantes, según lo cita Zenko.
¿Cómo funciona la Célula Roja?
El desarrollo de ideas y productos finales que se lleva a cabo en la Célula Roja se hace mediante la colaboración constante, el diálogo y el feedback entre los miembros, que son seleccionados personalmente por el director de la Célula Roja, según informa Zenko.
Los analistas sirven en la unidad por un período mínimo de 3 meses (trabajando en proyectos a corto plazo) y llegan a permanecer allí hasta 2 años antes de regresar a las unidades principales de la CIA u otras agencias.
La idea de esta modalidad rotativa es que la Célula Roja se mantenga siempre creativa y que la mayor cantidad de agentes se entrenen en las técnicas de análisis alternativo. Suelen hacer reportes de 3 páginas.
En el 2010, al igual que otras oficinas gubernamentales estadounidenses, la Célula Roja no estuvo exenta de que se filtrara información sensible suya a través del portal WikiLeaks, cofundado por el australiano Julian Assange, quien se encuentra refugiado desde hace más de 3 años en la embajada de Ecuador en Reino Unido (hay una orden para extraditarlo a Suecia).
Uno de los informes, fechado el 26/03/2010, presentaba con preocupación el declive en apoyo que estaba teniendo la operación militar en Afganistán entre los aliados europeos de USA. Allí se planteaban estrategias para manipular la opinión pública y restituir el apoyo del que otrora había gozado el operativo. Uno de ellos era recurrir a los derechos negados en Afganistán a las mujeres como argumento que justificaba la operación militar en el país.
El tema ya había conmovido a las audiencias francesas, por lo que representaba una herramienta útil para recuperar su apoyo. Otro caso era el de los alemanes, a los que debía alertarse sobre las consecuencias que podría tener para ellos una retirada de Afganistán.
Alemania quedaría más expuesta al terrorismo, al narcotráfico y al ingreso de refugiados al país. También era recomendable que el presidente Barack Obama se pronunciara en favor de la operación, ya que el mandatario gozaba de buena reputación en los países europeos.
¿USA “exportador de terrorismo”?
Otro de los informes filtrados data de febrero de 2010 y aborda otra cuestión: el daño que podría sufrir Estados Unidos si comenzara a ser visto alrededor del mundo como un “exportador de terrorismo”.
“Contrariamente al saber común, la exportación americana de terrorismo o terroristas no es un fenómeno reciente, ni ha estado asociado solamente con radicales islámicos o pueblos de origen étnico de Medio Oriente, África o Asia del Sur. Esta dinámica desmiente la creencia americana de que nuestra sociedad abierta, integrada y multicultural, minimiza el atractivo de la radicalización y el terrorismo para los ciudadanos estadounidenses.”
Demasiada atención se le ha prestado los terroristas islámicos que crecieron en Estados Unidos y podrían llevar a cabo ataques contra objetivos norteamericanos, advierte la Célula Roja, pero demasiada poca atención se le ha dado al terrorismo interno (no exclusivamente islámico) que se exporta hacia afuera del país y apunta contra objetivos no estadounidenses.
El informe analiza qué implicancias tendría que USA comenzara a ser percibido como una incubadora y exportadora de terroristas.
Una de las consecuencias, advierte el informe, podría ser que el país dejara de recibir cooperación por parte de otros países en actividades extrajudiciales, incluyendo detenciones e interrogatorios de sospechosos en terceros territorios.
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