PUERTO RICO.- El Departamento de Justicia de los Estados Unidos demandó por 350 mil dólares a la Policía de Puerto Rico por hostigar en el empleo a la agente de origen dominicano Yolanda Carrasquillo.
La demanda explica que a la criolla es una mujer policía de raza negra nacida en la República Dominicana, a la que algunos de sus compañeros de trabajo le decían "dominicana salvaje, bestia y mona".
La agente forma parte de la fuerza desde 1993 y trabajó en el precinto de Monte Hatillo, donde fue objeto de acoso, discriminación e insultos por parte de sus compañeros y dichas acciones ignoradas por supervisores.
Carrasquillo introdujo una querella ante la Comisión de Seguridad e igualdad en el empleo, organismo que investigó y encontró que hubo discrímen por lo que buscó una solución razonable a través de un proceso de conciliación.
Como no prosperó acudió ante el Departamento de Justicia de Estados Unidos. En la demanda también culpa a los supervisores del precinto, quienes según ella, fueron testigos de las acciones discriminatorias y no tomaron acciones.
Los supervisores en ese tiempo (2007) eran el capitán Héctor Figueroa y el teniente Carlos Diaz. La agente de origen dominicano denunció que en una oficina, su compañera identificada como Sandra Alvino le decía frases ofensivas como "maldita negra", "negra sucia" y "mona apestosa".
La demanda explica que a la criolla es una mujer policía de raza negra nacida en la República Dominicana, a la que algunos de sus compañeros de trabajo le decían "dominicana salvaje, bestia y mona".
La agente forma parte de la fuerza desde 1993 y trabajó en el precinto de Monte Hatillo, donde fue objeto de acoso, discriminación e insultos por parte de sus compañeros y dichas acciones ignoradas por supervisores.
Carrasquillo introdujo una querella ante la Comisión de Seguridad e igualdad en el empleo, organismo que investigó y encontró que hubo discrímen por lo que buscó una solución razonable a través de un proceso de conciliación.
Como no prosperó acudió ante el Departamento de Justicia de Estados Unidos. En la demanda también culpa a los supervisores del precinto, quienes según ella, fueron testigos de las acciones discriminatorias y no tomaron acciones.
Los supervisores en ese tiempo (2007) eran el capitán Héctor Figueroa y el teniente Carlos Diaz. La agente de origen dominicano denunció que en una oficina, su compañera identificada como Sandra Alvino le decía frases ofensivas como "maldita negra", "negra sucia" y "mona apestosa".