Dicho indicador obtiene la primacía entre otros considerados para evaluar las posibilidades de negocios en el país, un 17.7 por ciento, seguido por el acceso al financiamiento, con 13.7 por ciento; la ineficiencia de la burocracia gubernamental, 11.9 por ciento, y las tasas impositivas, con 11.2 por ciento.
En términos generales, la República Dominicana aparece en el puesto 105 de IGC (índice global de competitividad), de 148 países evaluados, acumulando apenas 3.8 puntos en una escala de 1-7.
La posición se degrada cuando se evalúan los requerimientos básicos para los negocios: el país cae a la posición 124 en el reglón instituciones; al 110 en infraestructura; al 119 en el entorno macroeconómico, y al 110 en salud y educación básica.
Lo mismo sucede al momento de considerar indicadores como la eficiencia del mercado laboral y la innovacion, en los que ocupa los puestos 118 y 115, respectivamente.
Mejora en educación superior y entrenamiento (96); eficiencia del mercado de bienes (99); desarrollo del mercado financiero (86); preparación tecnológica (76), y tamaño del mercado (68).
En cuanto a la sofisticación del mercado, la República Dominicana ocupa el puesto 71.
Además de los mencionados factores que entorpecen la competitividad, el informe añade la inadecuada formación de la fuerza laboral (10 por ciento); las regulaciones restrictivas (7.1 por ciento); el crimen y el robo (6.4 por ciento) y las regulaciones fiscales (6 por ciento).
Con porcentajes que se mueven entre el 4.2 y el 1.4 se citan la inflación, la insuficiente capacidad de innovación, la falta de ética de la fuerza de trabajo y la inadecuada infraestructura. Son porcentualmente irrelevantes la inestabilidad gubernamental y política y las regulaciones a la inversión extranjera.
El Informe Global de Competitividad, elaborado desde 1979 por el Foro Económico Mundial, "analiza las políticas y factores que determinan la productividad de las economías y que por lo tanto definen el potencial de crecimiento y prosperidad de los países".