SANTO DOMINGO (Xinhua).- Un total de 59 personas han muerto en
República Dominicana este año y otras 8.704 resultaron afectadas debido a
una epidemia de dengue declarada oficialmente a finales del 2012 en el
país, según un informe difundido este jueves.
La enfermedad se ha concentrado en el norte, centro y sur del país, incluyendo la capital dominicana, donde en el último mes se reportaron el 76% de los casos, de acuerdo con el más reciente boletín epidemiológico del Ministerio de Salud.
Sólo esta semana, tres decesos y 602 casos fueron notificados a las autoridades. Una de las víctimas fue un niño de tres años procedente del este de Santo Domingo según reportes de la prensa local.
El dengue es una infección transmitida por el mosquito Aedes aegypti, vector principal de este mal similar a la gripe que afecta sobre todo a lactantes, niños pequeños y adultos.
El gobierno dominicano declaró a principios de octubre una epidemia de dengue en todo el país, que hasta ese momento había causado 5.800 infectados y doce decesos.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) considera que aunque no existe un tratamiento específico para tratar el mal, la detección temprana y el acceso a la atención adecuada puede reducir la tasa de mortalidad por debajo del 1%.
La enfermedad se ha concentrado en el norte, centro y sur del país, incluyendo la capital dominicana, donde en el último mes se reportaron el 76% de los casos, de acuerdo con el más reciente boletín epidemiológico del Ministerio de Salud.
Sólo esta semana, tres decesos y 602 casos fueron notificados a las autoridades. Una de las víctimas fue un niño de tres años procedente del este de Santo Domingo según reportes de la prensa local.
El dengue es una infección transmitida por el mosquito Aedes aegypti, vector principal de este mal similar a la gripe que afecta sobre todo a lactantes, niños pequeños y adultos.
El gobierno dominicano declaró a principios de octubre una epidemia de dengue en todo el país, que hasta ese momento había causado 5.800 infectados y doce decesos.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) considera que aunque no existe un tratamiento específico para tratar el mal, la detección temprana y el acceso a la atención adecuada puede reducir la tasa de mortalidad por debajo del 1%.