SANTO DOMINGO, República Dominicana.- El ex
presidente Leonel Fernández opinó este martes que el golpe de Estado del
25 de septiembre de 1963 contra el gobierno del profesor Juan Bosch
representa una mancha y una vergüenza en la historia.
Indicó que luego de 30 años de tiranía los dominicanos acudieron a las urnas deseosos de contribuir a un sistema democrático, aspiración que fue frustrada por el golpe de Estado.
“Los resentimientos de grupos de poder económico y social condujeron a la intolerancia y a la intransigencia frente al gobierno de Bosch, lo cual condujo a su derrocamiento”, proclamó en un mensaje con motivo de cumplirse este miércoles 50 años del derrocamiento del primer gobierno democrático surgido tras la dictadura de Rafael Leonidas Trujillo Molina.
Dijo que, una vez instalado en el gobierno, a partir del 27 de febrero de 1963, Bosch empezó a ser presionado por un conjunto de fuerzas que se coaligaron hasta producir su caída siete meses después de su juramentación.
Entre las fuerzas citó un núcleo de la Unión Cívica, pequeños partidos políticos, un sector de la iglesia Católica, un grupo de militares y determinados medios de comunicación.
“A Juan Bosch nunca se le concedió tregua y su gobierno nunca tuvo respiro, pues antes de asumir el poder ya se hablaba de un complot para impedir su juramentación”, sostuvo.
Indicó que luego de 30 años de tiranía los dominicanos acudieron a las urnas deseosos de contribuir a un sistema democrático, aspiración que fue frustrada por el golpe de Estado.
“Los resentimientos de grupos de poder económico y social condujeron a la intolerancia y a la intransigencia frente al gobierno de Bosch, lo cual condujo a su derrocamiento”, proclamó en un mensaje con motivo de cumplirse este miércoles 50 años del derrocamiento del primer gobierno democrático surgido tras la dictadura de Rafael Leonidas Trujillo Molina.
Dijo que, una vez instalado en el gobierno, a partir del 27 de febrero de 1963, Bosch empezó a ser presionado por un conjunto de fuerzas que se coaligaron hasta producir su caída siete meses después de su juramentación.
Entre las fuerzas citó un núcleo de la Unión Cívica, pequeños partidos políticos, un sector de la iglesia Católica, un grupo de militares y determinados medios de comunicación.
“A Juan Bosch nunca se le concedió tregua y su gobierno nunca tuvo respiro, pues antes de asumir el poder ya se hablaba de un complot para impedir su juramentación”, sostuvo.