VARSOVIA.- El sacerdote polaco Wojciech Gil, acusado de abusar
sexualmente de al menos tres menores en la República Dominicana, rechazó
las acusaciones, y afirmó que su única culpa es haber depositado
demasiada confianza en los jóvenes.
"No he hecho daño a los niños, y si debo disculparme es por mi ingenuidad por haber confiado demasiado en esa gente", dijo el religioso en declaraciones telefónicas a la cadena de televisión polaca TVP Info.
Gil permanece con su familia en Polonia desde que se hicieron públicas las acusaciones de abuso a menores, y por ahora no pretende regresar a la República Dominicana, donde era responsable de la parroquia de Juncalito.
Además de Wojciech Gil, otro religioso polaco, el arzobispo Joszef Wesolowski, ex nuncio apostólico en la República Dominicana, está acusado de abusos a niños en la isla.
Por su parte, la fiscalía polaca ha abierto una investigación, y el fiscal general de Polonia, Andrzej Seremet, ya ha contactado con su homólogo dominicano para facilitar la colaboración entre los dos países.
El portavoz de la fiscalía polaca, Mateusz Martyniuk, confirmó hoy a la prensa local que la fiscalía dominicana remitirá "próximamente" todos los documentos inculpatorios que manejan los investigadores de la República Dominicana.
"Cuando recibamos esos documentos decidiremos los siguientes pasos", explicó Martyniuk.
El caso de los dos sacerdotes polacos en la República Dominicana ha hecho que otros similares salgan a la luz los últimos días en Polonia, donde en la última década más de 25 religiosos han sido condenados por abusos sexuales a menores.
Entre esas presuntas víctimas figura un joven de 25 años que ahora pide a la Iglesia católica polaca una indemnización de 200.000 zlotys (unos 50.000 euros, 68.000 dólares).
Durante la última semana varios responsables eclesiásticos han insistido en que la Iglesia católica no pagará ninguna indemnización a las víctimas de sacerdotes pedófilos al considerar que no se puede hablar de responsabilidad colectiva de toda la institución sino sólo de actuaciones delictivas de algunos de sus miembros.
"No he hecho daño a los niños, y si debo disculparme es por mi ingenuidad por haber confiado demasiado en esa gente", dijo el religioso en declaraciones telefónicas a la cadena de televisión polaca TVP Info.
Gil permanece con su familia en Polonia desde que se hicieron públicas las acusaciones de abuso a menores, y por ahora no pretende regresar a la República Dominicana, donde era responsable de la parroquia de Juncalito.
Además de Wojciech Gil, otro religioso polaco, el arzobispo Joszef Wesolowski, ex nuncio apostólico en la República Dominicana, está acusado de abusos a niños en la isla.
Por su parte, la fiscalía polaca ha abierto una investigación, y el fiscal general de Polonia, Andrzej Seremet, ya ha contactado con su homólogo dominicano para facilitar la colaboración entre los dos países.
El portavoz de la fiscalía polaca, Mateusz Martyniuk, confirmó hoy a la prensa local que la fiscalía dominicana remitirá "próximamente" todos los documentos inculpatorios que manejan los investigadores de la República Dominicana.
"Cuando recibamos esos documentos decidiremos los siguientes pasos", explicó Martyniuk.
El caso de los dos sacerdotes polacos en la República Dominicana ha hecho que otros similares salgan a la luz los últimos días en Polonia, donde en la última década más de 25 religiosos han sido condenados por abusos sexuales a menores.
Entre esas presuntas víctimas figura un joven de 25 años que ahora pide a la Iglesia católica polaca una indemnización de 200.000 zlotys (unos 50.000 euros, 68.000 dólares).
Durante la última semana varios responsables eclesiásticos han insistido en que la Iglesia católica no pagará ninguna indemnización a las víctimas de sacerdotes pedófilos al considerar que no se puede hablar de responsabilidad colectiva de toda la institución sino sólo de actuaciones delictivas de algunos de sus miembros.