La presidenta brasilera Dilma Rousseff dijo que ella no puede explicar por qué la economía de Brasil está creciendo tan lentamente, atribuyendo los problemas al "ánimo adverso" de los mercados hacia el país anfitrión de la Copa Mundial en lugar de una necesidad urgente de reformas. (¿?) En una inusual entrevista de casi 3 horas con periodistas internacionales, Rousseff se mostró bastante satisfecha con el curso de su Gobierno, que enfrenta las elecciones de octubre donde ella buscará la reelección. Aunque Brasil se encuentra bajo un foco de atención crítico antes del torneo de fútbol que comienza el 12/06, y muchos inversores y empresarios dicen que se necesitan reformas impositivas y laborales para desbloquear una nueva era de crecimiento, Rousseff dijo confiar en que saldrá adelante. (¿?)
Rousseff cree que las críticas son injustas. Aseguró que de un total de US$63.000 millones que se han invertido en infraestructuras y movilidad urbana, solo US$4.000 millones son exclusivos para el Mundial. "Todo lo demás es para Brasil", añadió.
CIUDAD DE BUENOS AIRES (Urgente24). Las críticas a la organización del Mundial de fútbol han sido duras con el Gobierno de Dilma Rousseff, del Partido de los Trabajadores (PT). Los retrasos en las obras y sus costes, más elevados que en otros países organizadores del campeonato, las protestas y la falta de adhesión de la población brasileña al evento llaman la atención a pocos días del Mundial.
Ella reconoció la frustración pública con los retrasos en algunos proyectos de construcción relacionados con la Copa del Mundo, tales como líneas férreas. Ese enojo contribuyó a las protestas callejeras que han estallado ocasionalmente en los últimos años, y se espera que vuelvan a ocurrir durante el torneo. "Nadie hace una (línea de tren subterráneo) en 2 años. Bueno, tal vez China", dijo con una sonrisa, calificando a los retrasos como "el costo de nuestra democracia".
Sin embargo, la Presidenta defendió la organización del Mundial, en una cena ante un grupo de periodistas de medios internacionales en el Palácio da Alvorada [la residencia oficial del jefe de gobierno brasileño en Brasilia].
En su opinión, ha habido más aciertos que errores, y está convencida de que al final los brasileños se rendirán a los encantos del futbol.
La Presidenta recordó las previsiones pesimistas sobre la economía de Brasil, tal como ocurrió en el último Foro de Davos (Suiza), donde se dijo que los países emergentes serían vulnerables a la interrupción de los estímulos monetarios de USA. “¿Dónde está la tormenta en un país que tiene US$379.000 millones en reservas, que es la 5ta. mayor del mundo?”, afirmó, recordando además que en 2002 esta era de US$36.000 millones, de los cuales US$21.000 millones los había prestado el FMI. “Hay un mal humor inexplicable con Brasil”, añadió.
Dilma comete el mismo error que Cristina Fernández de Kirchner: compara la situación con una década atrás, cuando la cuestión es comparar, en todo caso, con el tiempo reciente porque los inversionistas y empresarios se plantean el año a año, no las secuencias históricas.
Consultada sobre la posibilidad de reformas en un 2do. mandato, Rousseff sostuvo que había recortado muchos impuestos desde que está en el cargo pero dijo que se requiere un consenso pleno en el Congreso para hacer una reforma más amplia del código fiscal. Rousseff mantiene una ventaja saludable en las encuestas sobre sus 2 principales rivales más centristas, en gran parte gracias al apoyo de los pobres de Brasil. Ella dijo que su principal "fuente de orgullo" eran declives continuos en la pobreza y la desigualdad, que según dijo contrastan fuertemente con las tendencias en Europa Occidental y USA.
Consultada sobre la inflación, Rousseff destacó que se está desacelerando, como lo hace normalmente a mitad de año. Ella descartó cualquier cambio en el objetivo de inflación de un 4,5% con un margen de tolerancia en cada dirección de 2 puntos porcentuales.
Rousseff dijo que el Banco Central está comprometido en una "variación de ajuste", mientras se prepara para frenar su programa de intervención cambiaria de los swaps de divisas. Ella añadió, sin embargo, que la moneda ha tenido 6 meses de "estabilidad total".
Las críticas sobre la organización del Mundial se deben, según ella, a muchos malentendidos, que han sido explotados por la oposición, como el de que la FIFA quería realizar el campeonato en sólo 8 ciudades, mientras que el Gobierno de Lula ofreció 16. “Cené [el lunes 02/06] con Lula y él tampoco quería todas estas ciudades, porque no estaba de acuerdo en que se jugasen partidos donde no hay tradición de futbol”.
Rousseff cree que las críticas son injustas. Aseguró que de un total de US$63.000 millones que se han invertido en infraestructuras y movilidad urbana, solo US$4.000 millones son exclusivos para el Mundial. “Todo lo demás es para Brasil”, añadió.
Cuestionada sobre el hecho de que 6 de cada 10 obras prometidas no están listas, la Presidenta contestó: “Una obra de ingeniería no es un reloj, sobre todo en un país que no tiene tradición en proyectos”, sostuvo.
Brasil dejó de invertir en grandes proyectos durante décadas, y muchas veces hay recursos disponibles que no son enviados a Estados y Municipios por falta de experiencia en planificación, según su opinión.
Uno de los temas que más han preocupado a la presidenta es el de la seguridad de los turistas, de la que se encargará el Ejército. Al ser cuestionada sobre si hay riesgo de un ataque de grupos extremistas, Rousseff recordó que Brasil vive en paz con otros países desde hace 150 años.
Ni los Black Blocs [jóvenes radicales] ni la organización criminal Primeiro Comando da Capital (PCC) le inquietan. Tampoco las protestas. “Pueden protestar. Pero que no amenacen la vida de otras personas ni cierren las calles”, afirmó.
No a la marihuana
Rousseff descartó la legalización de la marihuana en Brasil, en los términos en los que fue recientemente aprobada en Uruguay.
"Aquí en Brasil no cabe la legalización de la marihuana", porque se trata de un país donde existe el crimen organizado y las principales drogas son el crack y la cocaína, señaló.
"En Brasil la pauta no es la legalización, es el combate, ayudar en el tratamiento de adictos y la prevención", dijo.
Por tratarse de una gran cuestión de seguridad, "nuestra función es controlar armas y drogas en la frontera", destacó
Educación
En tanto, el Congreso brasileño aprobó una reforma legislativa que, por 1ra. vez, aumenta hasta el 10% del Producto Interno Bruto (PIB) la inversión pública en educación para la próxima década.
El texto, que fue aprobado por la Cámara baja tras 3 años de debate y necesita ser ahora refrendado por la presidenta Dilma Rousseff, supone casi duplicar el gasto público en educación actual, que alcanza el 6.4% del PIB.
De acuerdo con el nuevo Plan Nacional de Educación, el objetivo de destinar el 10% del PIB se hará de forma progresiva: en los próximos 5 años se aumentará al 7.0% el gasto y para 2024, debe alcanzar una décima parte del total.
Si se mantuviese en los niveles actuales del PIB brasileño, el presupuesto anual en educación sería ligeramente superior a los US$232,000 millones en 2024.
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