The Economist lo sostuvo mucho antes que Banco Santander, y tuvo la valentía de no arrepentirse. Por eso, el semanario británico puede hablar con autoridad: en 2012 advirtió públicamente que Guido Mantega estaba errando en la política económica y que Dilma Rousseff haría mal en mantenerlo. Nunca pidió perdón la publicación, y terminó acertando. En tanto, otros han sostenido -el caso de Urgente24- que Dilma Rousseff no puede/no quiere controlar la corrupción que hay en el Partido dos Trabalhadores que la llevó al poder pero que ella no lidera sino quien la designó, Luiz Inácio Lula da Silva. Por eso sería negativa, probablemente, una reelección de Dilma: por el PT corrupto que permanecerá, más allá de la voluntad de la Presidenta, quien obviamente no tiene responsabilidad en los hechos de corrupción pero siempre reacciona después de que la prensa denuncia. ¿Y qué ocurre con los hechos que suceden pero nunca llegan a la prensa?
Dilma Rousseff no es corrupta pero sólo actúa contra la corrupción cuando el tema llega a la prensa. De todos modos, el PT es muy corrupto, aparentemente.
CIUDAD DE BUENOS AIRES (Urgente24). Durante el fin de semana, la revista brasileña Veja denunció un supuesto blindaje en la Comisión Parlamentaria de Investigación (CPI) sobre la estatal Petrobras sobre la compraventa de la refinería estadounidense Pasadena.
La publicación tuvo acceso al video de una conversación entre José Eduardo Sobral Barrocas (jefe de Petrobras en Brasilia), Bruno Ferreira (abogado de la compañía) y un hombre no identificado.
Los 3 hablan sobre una lista de preguntas que serían hechas a los ejecutivos de la petrolera por los integrantes de la CPI, interpretada como una forma de proteger a la presidenta Dilma Rousseff, que presidía el consejo de Administración de Petrobras en la época en la que el negocio se cerró, en 2006.
El texto indica que durante el encuentro Sobral Barrocas fue encargado de enviar las preguntas que harían los senadores al ex presidente de Petrobras, Sergio Gabrielli, a la actual presidenta de la empresa, Graça Foster, y a otros directivos de la empresa.
Según Veja, las preguntas fueron armadas por los asesores de los senadores Marcos Rogerio de Souza y Carlos Hetzel, y por el asesor de la Secretaría Especial de Relaciones Institucionales de la Presidencia, Paulo Argenta.
El texto indica que durante el encuentro, Sobral fue encargado de enviar las preguntas que harían los senadores al ex presidente de Petrobras, Sergio Gabrielli, a la actual presidenta del organismo, Graça Foster, y a otros directivos de la empresa.
Rousseff se apresuró a tomar distancia de la denuncia.
Según ella, el Ejecutivo no tiene motivos para comentar las denuncias de la revista Veja: "Es un tema que debe ser contestado por el Congreso", expresó Rousseff al ser consultada por periodistas durante una visita a la ciudad de Guarulhos, vecina a Sao Paulo.
La Secretaría de Relaciones Institucionales de la Presidencia negó cualquier participación.
Paulo Argenta aseguró que jamás preparó cuestiones, afirmó el comunicado.
La adquisición de la refinería le provocó fuertes pérdidas a la estatal Petrobras. Según Veja, la conversación fue grabada el 21/05, un día antes de que el exdirector del área internacional, Nestor Cerveró, pieza clave del proceso, hablase ante la comisión.
Sin embargo, para el politólogo Claudio Couto, de la Fundación Getúlio Vargas, las denuncias de escándalos tiene, en realidad, un efecto prácticamente nulo en esta elección.
La socióloga Fátima Pacheco Jordão, directora de la consultora Fato - Pesquisa y Jornalismo, opina que "a esta altura el elector ya está al tanto del embate electoral. Y busca, en medio de este humo (los escándalos), las propuestas. Estas van a ser más eficaces que las denuncias".
En el caso específico de las denuncias de negociación de las preguntas de la CPI, Claudio Couto cree que no hay nada nuevo, ya que la rutina de estas comisiones permiten anticipar lo que pasará.
Según el instituto Datafolha, hasta el 17/04 a la presidenta Rousseff la prefería el 36% de los electores, mientras que a su rival por derecha, Aécio Neves, lo elegía el 20%; y su rival por izquierda, Eduardo Campos, del PSB, el 8%.
La tasa de rechazo de Rousseff, sin embargo, es del 35%, mientras que la de sus adversarios es del 17% y del 12%, respectivamente.
Por eso, los analistas creen que la posibilidad de una 2da. vuelta, algo que no ocurrió en las anteriores 3 elecciones presidenciales.
Al contrario de sus oponentes, Rousseff carga con la mochila de su ministro de Economía, Guido Mantega: una inflación permanente y una economía estancada.
Además del desgaste natural de los 12 años del PT en el poder.
Pero sus rivales, Neves y Campos, no han ampliado su ventaja sobre Rousseff en los últimos meses y aún no son conocidos en el ámbito nacional (sí en sus Estados de origen, Neves como exgobernador y senador por Minas Gerais, y Campos, como exgobernador de Pernambuco).
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