Recaudaciones impositivas que se desvían a fines distintos para lo que fueron realizadas, obras que se ejecutan por la mitad y se cobran como hechas totalmente, contrataciones de empresas fantasmas, sueldos para personas que no existen, creación de cargos públicos que tampoco existen, fondos para planes y programas también inexistentes. Funcionarios que se transforman en nuevos ricos: Entre Ríos 2014.
El progresismo, según el Frente para la Victoria entrerriano.
PARANÁ (U24 Entre Ríos). Por ley provincial N°4.035, que rige desde 1954, se creó un fondo de asistencia social a la ancianidad, a la madre y a la invalidez, conformado por el aporte patronal del 3% y por el aporte personal de los empleados, obreros y demás personas que trabajan en relación de dependencia en ámbito privado y público, nacional, provincial y municipal del 6%.
La ley establece que el Poder Ejecutivo puede disponer hasta el 10% de lo recaudado para destinar al funcionamiento del sistema, adquisición de equipamiento, construcciones y atención de hogares de ancianos y subsidios especiales, incluso para tratamientos médicos.
En la actualidad los beneficiarios de esa ley son 5.000 en toda la provincia, que reciben, con el último aumento otorgado en agosto la suma de $1.300 por mes.
Sin embargo la mencionada ley recaudó en el mes de agosto $ 34.342.524, por lo que restado el 10% que corresponde descontar según lo establece la misma ley, el monto final es de $ 30.908.271,60, lo que significa que a cada beneficiario le corresponderían $ 6.181,65, en lugar de los magros $ 1.300 que percibirán.
Para entenderlo: la diferencia entre lo que correspondería repartir y lo que realmente se entrega es de $ 24.408.250. ¿Y la diferencia, dónde queda, o quién se la queda?
Otro dato sugestivo de lo que ocurre con esta ley es que en el año 2009 los beneficiarios eran 11.000 y hoy, con toda la problemática social que se vive, increíblemente apenas 5.000.
Otro caso paradigmático son las obras que, sin auditoría responsable, se realizan en el interior de la provincia, fundamentalmente en las denominadas Juntas de Gobierno y localidades más pequeñas.
Para ello se designan “coordinadores” en relación de dependencia con el gobierno provincial, con gastos y viáticos incluidos. En el interior los llaman “Coordinadores de los Ventos” porque todos usan el conocido modelo alta gama de la firma alemana VW.
Para estos coordinadores, según cuentan los pobladores, un cordón cuneta de 1.000 metros, de pronto se transforma en uno de apenas 5000 metros, o un plan de viviendas de 20 casas, termina siendo de 15; o una nueva escuela de 6 aulas termina siendo de 4. Claro que los fondos son los verdaderos para cada caso.
Si bien no existe forma de dimensionar los montos que se desvían, hay admiradores de la calidad de vida que llevan los coordinadores. En los mentideros políticos se apunta al Ministerio de Planificación de la Nación, mediante un sistema muy aceitado y coordinado por el ministerio provincial del área.
Para la ejecución de las obras se contratan empresas que en muchos casos, la mayoría, solo hacen 1 obra, cobran y no reingresan a escena. Sí reaparecen los mismos accionistas pero con una nueva empresa, que se llama distinto, y repiten la operatoria.
De esa forma, según las versiones, ellos eluden el pago de impuestos y de cargas sociales a sus obreros, todo el aval de los “Coordinadores de los Ventos”. Y mientras esto ocurre, los docentes de estas localidades tienen que viajar a dedo a trabajar porque no tienen cómo mover sus vehículos.
Otra maniobra muy utilizada son los “programas” que supuestamente se desarrollan a lo largo y ancho de toda la provincia.
Por ejemplo en el área del Ministerio de Desarrollo Social existen 14 programas distintos a los que se destinan cuantiosos fondos. Apenas 6 de ellos se encuentran vigentes, pero los fondos se siguen girando para todos.
En el Ministerio de Salud hay 9 programas, pero solo uno en vigencia, en el de Producción 6 y ninguno vigente, pero los fondos se destinan igual. A eso hay que sumar los más de 30 programas nacionales, como el de Agricultura Familiar (el Movimiento Evita tiene esa área en la Nación), quizás el más emblemático por la cantidad de gente empleada en ese programa, casi todos colaboradores o punteros políticos de dirigentes que se fueron sumando al kirchnerismo entrerriano en la medida que la billetera se fuera abriendo.
Otra forma de mantener “la tropa” es creando cargos que luego son ocupados también por punteros políticos. Pero lo más desolador consiste en los fondos que arbitrariamente cada ministerio utiliza para lo que se denominan subsidios para subsistencia, que no son otra cosa que dádivas muchas veces disfrazadas en necesidades tales como compra de medicamentos u otros insumos en los que se hacen figurar nombres y hasta números de documentos inexistentes. Las cifras diarias que se destinan son varias veces millonarias.
Así es muy fácil encontrarse en Entre Ríos con una importante cantidad de nuevos adinerados... vinculados al sector público que, curiosamente, se encuentra desfinanciado.
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