Con Ana Patricia Botin en la presidencia y Javier Marín de consejero delegado, el primer banco de la eurozona y uno de los mayores del mundo se enfrenta al reto de sobrevivir a la leyenda, una prueba de fuego que, a corto plazo, el mercado da por hecho que superará con creces la savia nueva del banco. Las dudas llegan cuando se mira más a medio y largo plazo. ¿Habrá recambio generacional? Sin duda. ¿Podrá la presidenta seguir imponiendo el nombre Botín entre los accionistas? Ya se verá. Aquí algunas especulaciones en la prensa española, que tanto conoce a los personajes de esta historia.
Imágenes del recambio generacional español: Felipe VI y Ana Patricia Botin.
CIUDAD DE BUENOS AIRES (Urgente24). Emilio Botin falleció a los 79 años de edad como consecuencia de un ataque al corazón, y su cuerpo fue trasladado desde Madrid a su ciudad natal, Santander. En el palacio "El Promontorio", la antigua casa de la familia en la capital cántabra, en el Paseo de Pérez Galdós, y que en 2006 fue donada a la Fundación Botín, comenzó el velatorio. El funeral será el sábado 13/09, a partir de las 16:30 en la Catedral de Santander.
Emilio Botín padre gobernó el Santander durante 36 años, de 1950 a 1986, para convertir una entidad regional y muy comercial en uno de los grandes bancos nacionales con veleidades internacionales y pasión por la banca inglesa.
Su hijo, Emilio, gobernó el banco durante casi 30 años para convertir el banco nacional heredado en el mayor banco comercial del continente europeo. Los multiplicadores son impresionantes y la identidad Botín-Santander alcanza carácter de hipostática, son sinónimos, no se entiende el banco sin Botín ni a Botín sin el banco.
Ahora, ya está a cargo del holding bancario la hija mayor, Ana Patricia Botin.
La nueva presidenta llega en un momento en que las cuentas de Santander se encuentran en clara mejoría. El grupo ganó 2.756 millones en el 1er. semestre de 2013, +22% que en el mismo periodo del año 2013, aunque todavía está lejos de las mejores cifras presentadas antes de la crisis que, cuando alcanzaron los 9.000 millones anuales de ganancias, y tiene todavía una gran asignatura pendiente: la rentabilidad.
Acerca de la tarea que espera a Ana Patricia, algunos comentarios madrileños:
"(...) "Será en los próximos ejercicios, dentro de tres o cuatro años, y en función de cómo pongan en marcha su propia estrategia, cuando la entidad se enfrente a su verdadera prueba de fuego", señala Gonzalo Lardíes, gestor de Banco Madrid Ibérico. Porque, en el corto plazo, la sucesión ha quedado atada y bien atada. Como señala un prestigioso gestor que pide mantenerse en el anonimato, "la sucesión está planificada desde hace tiempo y los cambios a nivel de organización y nombramientos de los últimos 12-18 meses responden a esa voluntad".
El punto de inflexión llegará cuando toque introducir un cambio estratégico, sin olvidar que "la sucesión se abre en un momento difícil para Santander, porque todavía no se ha superado la crisis financiera global y especialmente en España", apunta Santos. Un ejemplo de cómo un relevo natural no es garantía de nada es Prisa, el otrora buque insignia de los medios que, apenas siete años después del fallecimiento de Don Jesús de Polanco, ha prácticamente borrado el apellido de su accionariado, ahora en manos de la banca y Telefónica.
Para evitar que se repita la historia, Ana Patricia va a estar muy bien acompañada en esta transición. Además de Javier Marín, que lleva un año al frente del banco, la nueva presidenta cuenta con el apoyo de gran parte de la vieja guardia, desde el histórico Alfredo Sáenz a la cabeza, que a pesar de haber dejado oficialmente sus cargos sigue estrechamente ligado a la entidad en el cuartel general de Boadilla, hasta los primeros espadas que poseen un sillón en el máximo órgano de administración del banco, como los hermanos Rodríguez Inciarte y su valedor Rodrigo Echenique, sin olvidar nombres propios de la talla de Fernando de Asúa, Guillermo de la Dehesa, Ángel Jado, Abel Matutes y Juan Miguel Villar Mir. (...)".
"Emilio Botín, fallecido este miércoles 10/09 por un infarto, no fue ajeno a la situación política española. La deriva secesionista de la Generalitat de Cataluña y CiU y el auge de Podemos, la formación liderada por Pablo Iglesias, fueron dos de sus principales preocupaciones del banquero más influyente de España. Botín mostró estas preocupaciones hace sólo seis días, el pasado viernes, en una cena en Italia con periodistas.
De hecho, para intentar frenar el órdago independentista planteó la conveniencia de que los empresarios realizaran un manifiesto a favor de la unidad de España. El pronunciamiento, según recoge El País, debía ser público y debería mostrar las ventajas de permanecer en España, junto con la necesidad de entendimiento. Asimismo, creyó que el Gobierno de Mariano Rajoy y el autonómico de Artur Mas podrían llegar a un acuerdo y acercar posturas.
Dentro de este punto, su mayor temor era una radicalización entre las filas independentistas, que pondría en riesgo la estabilidad del Gobierno de Mas, quien ya se ha planteado la convocatoria de elecciones anticipadas, según aseguró este miércoles el diputado socialista Pedro Sánchez en una entrevista televisada.
Por otro lado, el auge del comunismo populista de Pablo Iglesias fue otra de las cuestiones de las que habló Botín en la Casa Manzoni (Milán). Según el que fuera el banquero más poderoso de España, los socialistas ahora dirigidos por Sánchez debían mostrar una mayor fortaleza y mostrarse como la verdadera alternativa al Partido Popular. Botín no escondió su miedo ante la ruptura del votante con el bipartidismo, provocando una España a la italiana, es decir, ingobernable. (...)
"(...) El consejo de administración ejecutó sin rechistar y por unanimidad el Protocolo de Sucesión que elaboró el patriarca hace casi diez años, según fuentes próximas al banco. Pero su ascenso se produce sin el apoyo de un importante número de gestoras de fondos, de planes de pensiones y aseguradoras –propietarios del 57% del capital del grupo–, que han reprobado su presencia en el consejo de la entidad las tres últimas veces que fue propuesta para su reelección en las juntas de accionistas.
La primera vez que Ana Patricia escuchó las voces disidentes de los grandes accionistas contra su nombramiento fue en 2006, cuando tan sólo consiguió el beneplácito del 76% de los presentes en la junta general. El 24% restante se opuso a que continuara en un sillón al que accedió por primera vez en 1989, con apenas 29 años de edad. Teniendo en cuenta que el 40% del capital del banco está en manos de inversores minoritarios, que suelen votar siempre a favor, y un 3% propiedad del consejo, los que rechazaron su continuidad representaron algo más del 40% de los inversores profesionales, los que realmente hacen fluctuar hacia abajo o hacia arriba el valor de la cotización.
La incómoda situación se repitió en 2011, aunque en esa ocasión su aceptación subió ligeramente hasta el 81,47%. Un movimiento de accionistas díscolos que al año siguiente también reprobaron la reelección de Emilio Botín como presidente. La oposición del 24,27% de los accionistas, en torno al 50% de los grandes fondos, a la renovación del patriarca de la familia fue un hecho insólito que no se había producido en los 26 años que estaba al frente de la nave roja. La mala evolución bursátil del grupo, que llegó a perder más del 70% de su valor desde los máximos históricos, también alimentó la protesta.
(...) No obstante, en 2013, la familia propuso la renovación de Javier Botín-Sanz de Sautola, el otro hijo de Emilio Botín con asiento en el consejo. Su propuesta se encontró con el rechazó del 34% de los asistentes, sobre el 45% de los grandes gestores. La certificación de que a los accionistas relevantes del Santander no les agrada la presencia del ilustre apellido cántabro se vivió en la junta general de marzo de este año. Accionistas dueños de 1.234,28 derechos de voto se opusieron el enésimo nombramiento de Ana Patricia como consejera. Es decir, un 18,7% de los presentes, cerca de un tercio de los inversores institucionales. (...)".
"La elección de Javier Marín, como sustituto de Alfredo Sáenz, fue el primer guiño de Emilio Botín de por dónde iría su sucesión. El actual CEO del Santander estaba tan ligado al fallecido banquero ( fue su secretario personal durante varios años) como tiene la confianza de Ana Patricia, la nueva presidente del Santander. Incluso, tanto en el sector, como incluso dentro de Boadilla, hay quienes sostienen que fue un nombramiento consesuado entre padre e hija.
Marín inició la renovación generacional dentro del grupo con cambios en los puestos de dirección más relevantes del banco. Los García Cantera, San Félix, Cepeda o Guitard, todos ellos afínes a Marín, por ende a Ana Patricia, han ido tupiendo una nueva red en la segunda fila de responsabilidad del grupo. Incluso Javier San Félix, actual responsable de Banca Comercial y último CEO de Banesto, suena como el posible sustituto de Ana Patricia en Santander UK. El nombre del nuevo responsable en Londres se decidirá en las próximas horas, según confirman fuentes de la entidad, que no se pronunciaron sobre la posible candidatura de San Félix.
"Ahora toca que Ana Patricia traslade ese relevo generacional al Consejo del Santander", se pedía este mismo miércoles entre algunos accionistas significativos del Santander consultados por Vozpópuli. Según datos de la agencia Bloomberg, el fondo con una mayor participación en el accionariado de Santander es BNP Paribas, con un 2,65% de las acciones, seguido del el estadounidense BlackRock, que posee un 2,24% del capital del banco, participación que superó el 4%, según la CNMV. Tras las mencionadas la siguiente firma con un mayor peso en el capital del banco es Vanguard Group, que cuenta con un 1,75% de las acciones de Santander. La participación de Norges Bank, el fondo soberano de pensiones noruego, asciende al 1,61% y la de Capital Group al 1,2%. (...)".
"(...) Una vez en el puente de mando, Ana Botín, (Santander, 1960), la mayor de los hijos de Botín y nueva presidenta del grupo, tiene por delante importantes retos. Todos sus objetivos estarán condicionados por la crisis financiera, que tras siete años de duración, sigue sin tener un final predecible, aunque la situación ha mejorado desde los años de plomo, 2011 y 2012. Una de las consecuencias más relevantes de la hecatombe financiera ha sido que los supervisores internacionales han incrementado el capital exigido a los bancos para reforzarlos.
Esta circunstancia, así como la debilidad del mercado por el escaso crédito que se concede, ha hundido la rentabilidad de las acciones bancarias, incluidas las del Santander en los últimos años. El propio Javier Marín, consejero delegado, ha admitido recientemente que elevar la rentabilidad del Santander es la cuestión prioritaria. Las acciones del grupo alcanzaron los 15 euros en Bolsa en 2007 y ahora valen la mitad, 7,7 euros, según el cierre del miércoles 10/09.
El segundo reto, consecuencia del primero, será consolidar al Santander en los diez grandes países en los que está implantado, aunque tiene negocios en 40 mercados. Esta labor es una a las que ya se ha dedicado Marín desde su nombramiento en abril de 2013. “Está claro que no se puede repetir la obra que ha hecho Emilio Botín, porque ha aprovechado varias crisis para crecer con rentabilidad, algo que no es fácil de realizar e imposible de repetir a medio plazo”, apunta Íñigo Vega, experto bancario de Nau-securities. Según los datos de este experto, el comportamiento bursátil del Santander desde 1990 es mejor que el de casi toda la banca europea de un tamaño similar, incluyendo el gigante HSBC, “y mucho más favorable que Citigroup, uno de los gigantes norteamericanos”. (...)"
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