La guerra del dólar no tiene tregua para el Banco Central. Mucho menos para el Ministerio de Economía. Los funcionarios pasan 24 horas del día tramando cómo ganar la contienda que les encomendó Cristina Fernández de Kirchner. Todos saben que el horizonte de la Administración K depende de que ganen la guerra del dólar. Pero les resulta muy complicado el escenario. De todos modos, por ahora son las aseguradoras las enemigas, y sus bonos dolarizados resultan el botín para Axel Kicillof y Alejandro Vanoli. En tanto, hay una lista negra para 50 empresas cuyas importaciones se revisan sólo como excusa para frenarles el reclamo de divisas. Y se viene otra ronda de negociaciones con las exportadoras de cereales a ver si consiguen (ya es muy evidente) que sean ellas las que anticipen divisas con un sistema de preliquidación o algo semejante.
"(...) unas 50 grandes empresas con alto nivel importador están comenzando a recibir cartas enviadas desde el ministerio, donde se les señala que hasta que no den ciertas informaciones extra sobre el destino de las liquidaciones de importaciones ya concretadas, no habrá nuevos desembolsos de dólares. Se aclara que la obligación está transmitida también a la conducción del Banco Central de Alejandro Vanoli y que los datos requerido tendrán que enviarse en menos de 20 días desde la recepción de la carta. (...)"
CIUDAD DE BUENOS AIRES (Urgente24). Las acciones líderes de la Bolsa de Comercio de Buenos Aires se hundieron -5,28% el jueves 09/10, al no encontrar piso para su continuada pendiente de 4 ruedas consecutivas, en las que perdió 10,64%. Se operó por un creciente volumen de 333,06 millones de pesos, con 6 alzas, 64 bajas y 5 repeticiones.
"Muchos papeles eran sostenidos por el contado con liquidación y los controles a algunas sociedades de bolsa cortaron con esto", coinciden los operadores bursátiles.
El índice Merval retrocedió hasta un mínimo de 10.146,30 unidades y cerró en 10.203,90 enteros, ante una nueva intervención estatal en el plano de la actividad privada, esta vez de parte de la AFIP a través de un tributo del 35% aplicado en el impuesto a las Ganancias sobre operaciones de ‘contado con liquidación’.
El tipo de cambio implícito se hundió durante la jornada a $13,40 , mientras que el dólar Bolsa hizo lo propio hasta los $13,29.
Pero la baja de estos tipos de cambio alternativos indica el fortalecimiento del dólar 'blue'. Parece resultar la tendencia: lo que baja por un lado, sube del otro. La esperanza es que hoy es viernes (10/10), menos actividad, por ahí algunas 'cuevas' se toman el día y el Gobierno consigue una jornada pacífica en todos los frentes cambiarios.
En tanto, la Comunicación 4222 de la Superintendencia de Seguros de la Nación (SSN) requiere a las aseguradoras el detalle de sus "pasivos nacidos en obligaciones de contratos en moneda extranjera conforme lo previsto en el artículo 33 de la Ley 20.091, existentes al 30 de septiembre de 2014". Se trata de las reservas técnicas y de siniestros pendientes en moneda extranjera para cumplir con sus obligaciones con los asegurados.
En 5 días hábiles, deberán informar la moneda, el total del pasivo expresado en la moneda original y en pesos y los planes. Pero no los plazos de los pasivos.
"La maniobra que diseñó el Gobierno para hacer caer al dólar en todas sus versiones podría estar recién en sus inicios. Ayer, sólo un día después de que ordenara informalmente a las aseguradoras reducir su posición de bonos en dólares, el Ministerio de Economía les exigió que informaran antes del próximo miércoles el detalle de todas sus deudas en dólares; y extendió los llamados telefónicos a las administradoras de fondos que gestionan sus títulos.
La nueva obligación fue dispuesta ayer por la tarde a través de una resolución de la Superintendencia de Seguros, que apunta a identificar con precisión cuántos bonos en dólares pueden vender las empresas aseguradoras para ayudar a bajar el contado con liquidación sin sufrir un "descalce de monedas" para afrontar sus pasivos.
Sucede que, hasta ayer (jueves 09/10), los ejecutivos del sector se resistían con este primer argumento al pedido oficial: una venta de activos dólares dejará a las compañías demasiado expuestas a las deudas que hoy tienen en moneda extranjera con sus asegurados y las reaseguradoras (y que sumadas a las que son en pesos ascienden hoy a los $ 77.000 millones). El segundo argumento era que no podían adoptar una estrategia irracional de este tipo, como la que hoy se les está exigiendo, en un momento en que todo el mercado argentino se dolariza, sin una orden escrita que les sirva de explicación para responder a las objeciones de sus casas matrices.
Contra estos dos argumentos, la Superintendencia de Seguros dictó ayer la Resolución 8809 que obliga a las compañías a informar en cinco días todos sus pasivos en dólares mediante una declaración jurada. El paso siguiente será, según descuentan en el sector, limitar la posición de activos en dólares que tienen ahora para igualarla a su posición de pasivos. "Nos dirán que no podemos tener una cartera más dolarizada que la que deberíamos tener por nuestras deudas", presumió un ejecutivo. Los empresarios reconocen que hoy, por una lógica prudencia, sus activos superan a sus pasivos en moneda extranjera. "¿Quién no buscaría reducir de este modo el riesgo en una economía con inflación del 40% anual y expectativas de devaluación del 45%? Compramos dólares por la misma razón que los ahorristas lo hacen en el mercado", se lamentaron en una de las grandes compañías.
La movida oficial explica, en buena parte, las fuertes ventas de bonos que se están viendo en el mercado desde la última hora del miércoles, que continuarán en estos días, y que hacen bajar transitoriamente el contado con liquidación (bajó 81 centavos desde entonces, y cerró ayer en los $ 13,46). Éste es el único objetivo que parece tener en su mente Alejandro Vanoli desde su desembarco en el Banco Central: derrumbar con fuerza el tipo de cambio que está implícito en las operaciones de bonos, considerado desde siempre una referencia (o el precio mayorista) en las cotizaciones de dólar que fijan las cuevas.
Las compañías tienen hoy $ 29.000 millones en títulos públicos que cotizan en la Bolsa. De éstos, al menos la mitad está en dólares y, principalmente, en Boden 2015, Bonar X y 2024 (los tres títulos que necesita el Gobierno para bajar el contado con liquidación). Se estima que con los precios de ayer y con estas aproximaciones del mercado, las aseguradoras tendrían en cartera al menos u$s 1.000 millones en bonos. La medida oficial buscaría identificar y resolver cuántos de éstos "sobran" frente a la cantidad de deuda de dólares que tienen en la actualidad."
La reticencia de la ANSeS a seguir desprendiéndose de bonos en dólares para bajar el contado con liquidación, deja el rol de bajar las cotizaciones paralelas del dólar al sector privado, que deberá hacer todo el esfuerzo.
Las aseguradoras ya tuviron que repatriar sus inversiones a fines de 2011, a las puertas del cepo cambiario. Y deben destinar 14% de su cartera en activos del inciso K, de baja rentabilidad. Pero nada es suficiente para el desplome kirchnerista.
El sector estima que el objetivo de esta norma es la tenencia de las compañías de retiro y de ART, cuyas obligaciones están atadas al peso, cuentan con carteras grandes con alta exposición a los bonos y, por lo tanto, sobrecalzadas en términos de activos en moneda extranjera. Y que pudieron haber puesto algún impedimento a la venta de títulos solicitada por Economía.
Pero hay otro cuentagotas aplicado a restringir el egreso de dólares.
"(...) unas 50 grandes empresas con alto nivel importador están comenzando a recibir cartas enviadas desde el ministerio, donde se les señala que hasta que no den ciertas informaciones extra sobre el destino de las liquidaciones de importaciones ya concretadas, no habrá nuevos desembolsos de dólares. Se aclara que la obligación está transmitida también a la conducción del Banco Central de Alejandro Vanoli y que los datos requerido tendrán que enviarse en menos de 20 días desde la recepción de la carta.
En total están en fiscalización importaciones durante 2014 por unos u$s 8.000 millones, donde están involucradas compras al exterior de terminales automotrices, empresas de alimentos, hipermercados, productores agropecuarios, electrodomésticos, audio y video, textiles, muebles y plásticos. La sospecha oficial es que gran parte de esas operaciones fueron sobrefacturadas o, en algunos casos, directamente no se realizaron. La mira de Economía nació a partir de la falta de envíos de datos por parte de las compañías (según el nuevo régimen de envío de datos al que están sometidas las principales empresas del país desde marzo pasado), y la recepción de información de otras dependencias del Estado nacional como la Administración Federal de Ingresos Publicos (AFIP) a través de la Aduana.
En Economía se les informa a los privados que hasta que no se aclaren los rubros investigados, y se demuestre que efectivamente el bien o servicio ingresó o fue ejecutado, esas empresas no recibirán la aprobación del Gobierno para acceder a los tan demandados dólares para liquidar importaciones. Éstos en muchos casos están dentro de las promesas oficiales de fondos por 150 millones por rubro, según lo que funcionarios del equipo de Axel Kicillof estuvieron prometiendo en las reuniones con los empresarios que se mantuvieron durante esta semana. (...)".
En tanto, ¿cómo conseguir dólares? Esa es la gran necesidad K, y tienen a las empresas exportadoras de cereales como supuestos aliados o interlocutores o víctimas (¿?) ante esa necesidad:
"Con el objetivo de que ingresen dólares en el último trimestre del año, el Gobierno se volverá a reunir la semana próxima con las principales exportadoras de granos para lograr que aporten u$s 6.0000 millones a la economía argentina. Dentro de las cerealeras, las opiniones están divididas y es por eso que no se llegó a un acuerdo general en la cámara que las reúne y las negociaciones entre el Gobierno y las empresas pasaron a ser bilaterales. Según pudo saber este diario se estarían evaluando por lo menos tres alternativas para dinamizar la liquidación de exportaciones.
(...) La primera es una Letra del Tesoro dollar linked. Esta posibilidad que ya estuvo dando vueltas en las reuniones entre el Gobierno y las exportadoras no fue bien recibida por el conjunto de las empresas porque consideran que será muy difícil conseguir financiamiento en el exterior sólo con el respaldo de un título del Gobierno. "Muchas empresas tendrían problemas con la casa matriz o el banco que otorga pre financiamiento", apuntó un operador.
Descartada esta opción, las cerealeras verían con buenos ojos la liquidación de divisas si el Gobierno se compromete a subir la tasa de interés, tal como ocurrió tras la devaluación de enero. En este escenario, con los contratos de dólares a futuro cada vez más bajos, las exportadoras tendrían un incentivo para liquidar.
Por último, como tercera vía, una opción que empezó a circular es la de pedirle al Gobierno que extienda el plazo de liquidación de 30 a 180 días. De esa manera, las cerealeras se comprometerían a depositar los dólares en el corresponsal por lo que pasarían a computarse como reservas pero "la portadora podría seguir contando con los dólares hasta que venza la liquidación y cubrirse de una eventual devaluación". Esta opción sería la que cuenta con mayores adhesiones dentro de las exportadoras aunque en el sector admiten que no todas estarían dispuestas a colaborar porque las posturas y situaciones que atraviesan son muy diferentes."
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