Guillermo LoCane, contador interesado en restablecer el equilibrio fiscal.
CIUDAD DE BUENOS AIRES (Urgente24). Los economistas son bastante parciales para opinar sobre impuestos porque ellos sólo lo enfocan desde la recaudación (el Estado), antesala del gasto. Pero también es importante observarlo desde el punto de vista de los contadores, para comprender las herramientas posibles, y acercarse un poco al contribuyente, quien en definitiva es el protagonista de todo debate sobre tributos, pero es el convidado de piedra para los gobiernos. Y un político debe tener una visión integral del tema, por la complejidad de la obtención y gestión de recursos que siempre serán insuficientes.
Es cierto que falta protagonismo en los Consejos Profesionales de Ciencias Económicas, demasiado preocupados en no confrontar con la Administración Federal de Ingresos Públicos, no vaya a ser que les reboten los balances de sus clientes... Pero hoy día, con una presión tributaria récord para una ineficiente aplicación de recursos (tema que sí es de los economistas), y en un escenario de enorme malestar de parte de los contribuyentes, hay que enfocar el tema con profundidad.
Resulta excelente la buena voluntad de Sergio Massa de retomar el debate sobre el injusto gravámen a los salarios que se implica a través del Impuesto a las Ganancias (que es una doble imposición, porque ya lo paga el empresario que liquida la nómina salarial, y ese dinero vuelve a ser gravado cuando lo percibe el trabajador). Massa reiteró su preocupación por el impacto del impuesto a las ganancias en los salarios, e insistió en la necesidad de modificar la escala tributaria específica: “No se trata de imponer el proyecto de un partido, sino de aportar una solución sustentable que permita que los trabajadores mejoren sus ingresos, modificando el mínimo no imponible y la escala, que no se toca desde 2001”). Pero ¿por qué no comenzar convocando a los Consejos Profesionales de Ciencias Económicas? Zapatero a tus zapatos.
De hecho, Urgente24 decidió preguntarle a un contador público, Guillermo LoCane:
-Una de las malditas herencias de la Era K es la elevada y arbitraria estructura impositiva. Los opositores prometen reformas tributarias que es posible que olviden o menguen cuando sean gobierno. ¿Qué se puede hacer con los impuestos?
-Muchas cosas. Pero yo diría que lo que hay que hacer es “equilibrar”. Lo resumiría así: Equilibrar la “Imposición”: Excesivamente alta en gravámenes sobre consumo, trabajo y producción y muy afectada por exenciones y desgravaciones. Equilibrar la “Coparticipación”: Demasiado inclinada a favor de la Nación. Y también equilibrar la “Relación” entre los organismos de recaudación y los contribuyentes: En muchos aspectos, abusiva y desconsiderada.
El fisco, a través de los impuestos, es “socio” del sector privado. Con tasas del 35% sobre las ganancias, del 21% sobre los consumos y de entre el 30% y el 35% sobre el salario y el comercio exterior. No es poca cosa, si además tenemos el impuesto a combustibles, al cheque, los gravámenes provinciales y otros. Pero el Estado es un socio “angurriento” que siempre quiere más y entonces, retrasa los valores computables para el Mínimo no Imponible del Impuesto a las Ganancias, o el límite de exención para el Impuesto a los Bienes Personales. Encima hay evidencias de que no es un eficiente administrador lo cual, lógicamente, hace que todo lo que signifique cumplir con los impuestos le resulte a las empresas y a la gente particularmente desagradable. Y esa sensación es más incordiosa por la sobrecarga administrativa que los organismos de fiscalización imponen a los contribuyentes cumplidores, muchas veces con normativas o acciones desconsideradas e incluso abusivas.
-LoCane, Ud. fue un pionero en el reclamo de la eliminación del Impuesto a las Ganancias en el caso de la 4ta. categoría (justo Sergio Massa acaba de insistir con ese tema). ¿Por qué cree Ud. que no hay consenso en el reclamo de parte de los sindicalistas y políticos, que sólo reclaman un ajuste en los montos, que ni siquiera provoca coincidencias en cómo sería la actualización?
-Lo que yo digo es que el Impuesto a las Ganancias es un impuesto progresivo y progresista pero complejo, que si se aplica como se hizo en los últimos tiempos, quizás sea mejor eliminar esa categoría. Asistimos en nuestro país a un espectáculo que no se da en ningún lugar del mundo. El tira y afloje anual por el monto no sujeto a impuesto (MNI) del ingreso de los trabajadores (empleados, jubilados y autónomos). El PEN se ha encaprichado en ser el que decide “a piacere”, cada año, quienes y cuánto pagan.
Lo lógico de hacer, si se quiere terminar con este dislate, es establecer un mecanismo de ajuste permanente y automático que la propia ley del impuesto permite (art. 25°). Esto lo han entendido varios diputados que presentaron proyectos en tal sentido. De todos modos, lo más aconsejable sería una revisión completa del impuesto sobre la cuarta categoría. Rubros como indemnizaciones, aguinaldo, horas extras, presentismo y otros no tienen mucha lógica de ser considerados “ganancia”. Incluso los haberes jubilatorios y los ajustes de esos haberes son alcanzados por el impuesto y parecería lógica su revisión.
-Contador, ¿por qué si la presión tributaria es récord, aún no aparece en el eje de los debates políticos el reordenamiento impositivo indispensable?
-No estoy de acuerdo. Creo que, además del flagelo de la inflación, la cuestión de los impuestos está entre los primeros lugares de las preocupaciones de la gente y las empresas (sobre todo trabajadores, monotributistas y pymes). Entendiendo esto, el concepto “reforma tributaria” aparece en el discurso de varios dirigentes políticos. Pero no se va más allá.
Piense en lo movilizador que sería, si las fuerzas políticas se decidieran a interpelar organizadamente a la sociedad respecto a la cuestión tributaria. Recibir institucionalmente las propuestas e inquietudes procesarlas y llegar a los necesarios consensos. Sería extraordinario. En este momento en Chile por ejemplo, se está llevando a cabo un proceso de Reforma Tributaria propuesta por Michelle Bachelet en la campaña. El debate es intenso y enriquecedor. Uruguay lo hizo hace pocos años. También Colombia hizo su Reforma Tributaria, y antes México.
En Argentina la última reforma integral, pensada como una reforma tributaria que fuera parte de un programa económico completo, data de 1974. Después fueron todos parches.
-Ante explicaciones como la suya, la AFIP siempre dirá: ¿Y la evasión? ¿No estaremos promoviendo la evasión?
-No. Al contrario. Es que sí, además de llevarse mucha plata, lo que se recauda no vuelve satisfactoriamente en obras o servicios, o la administración pública se vuelve excesivamente burocrática o exhibe altos indicios de corrupción, se termina dándole argumentos a los que tratan de evadir. Y los que lo logran, se ríen en la cara de los que no. Por supuesto que hay otros factores que explican la tendencia a evadir. Existe una cuestión cultural innegable. La AFIP había avanzado bastante en políticas de educación tributaria, pero en los últimos tiempos se retrocedió.
-De verdad verdadera, como decían los cómicos de antes: ¿Los argentinos pagamos mucho en impuestos?
-Sí. Hay un gran desequilibrio. Los que pagan, pagan bastante y los que no pagan, la pasan fenómeno. Esto hace que la famosa “presión tributaria”, que es el cociente entre lo que se recauda por impuestos y el Producto Bruto Nacional, que hoy alcanza el 40% como promedio nominal, sea mucho mayor en cabeza de los que pagan. Además, si hay que pagar seguridad privada, educación privada y salud privada para tratar de lograr estándares de satisfacción de calidad de vida, que el Estado no provee (o provee en forma deficiente respecto de las expectativas de los contribuyentes), todo eso es también percibido, de alguna manera, como una sobrecarga impositiva.
-Contador ¿Por dónde debería pasar hoy día la mayor preocupación de los contribuyentes, considerando los vencimientos para el 2do. semestre?
-El 2do. semestre es más aliviado en cuanto a vencimientos para la mayoría de las empresas que son las que cierran sus balances en diciembre y pagan impuesto a las ganancias en mayo. La principal obligación que tienen después, son los anticipos. Que son diez y empiezan a vencer inmediatamente, siendo el primero, el 25% de lo abonado por el año anterior. Existe un mecanismo para pedir la reducción o exención de estos pagos si es que se piensa que va a tener menos ganancia en el año que transcurre. Habrá que estar atento a ello, pues si muchos se acogen a este beneficio será un indicador más de las dificultades por las que atraviesa la economía. El mismo razonamiento vale para las persona físicas.
-La recesión impacta en forma negativa sobre la recaudación. El Fisco se encuentra muy preocupado por no perder recaudación, y por eso aparecen los planes de pago para regularización, ¿qué consideraciones hace al respecto?
-Efectivamente, hace unos meses AFIP y ARBA invocando distintos motivos pero siempre con el trasfondo de las dificultades de los contribuyentes para cumplir sus obligaciones, pusieron en marcha planes especiales de facilidades de pago. Cada uno con sus limitaciones. En el caso de AFIP, por ejemplo, al no perdonar multas ni intereses y exigir la obligación de mantener personal para acceder al plan, éste se hace poco atractivo y además discriminatorio para cientos de miles de contribuyentes (especialmente los más pequeños) que no tienen personal regularizado, pero qué, efectivamente tiene dificultades financieras para cumplir. Lo cual no hace más que agrandar la lista de los deudores y los que se pasan a la “clandestinidad tributaria”. En el universo particular de los monotributistas esto es multitudinario.
-LoCane, los políticos argentinos hablan más de subir impuestos que de bajarlos. ¿Qué les ocurre con los impuestos?
-No creo que no entiendan. Creo que muchos políticos tienden a ver a los impuestos solamente como recursos fiscales (como efectivamente lo son, para el Estado) antes que como cargas fiscales (como efectivamente lo son, para la gente) y esa visión sesgada, les impide una aproximación más completa a la compleja relación fisco-contribuyente y lo pesado que a veces resulta pagar los impuestos y la carga administrativo-burocrática que implica cumplir con los impuestos.
Por supuesto que hay muchos políticos con “formato” antiguo (no necesariamente los más viejos, también hay jóvenes con formato antiguo. Yo celebro que Sergio Massa haya incluído el tema impositivo desde el inicio de su Frente Renovador), que caminan el país pero como de “visita” y, si bien todos habilitan mecanismos de redes sociales para recibir inquietudes y propuestas no procuran el subsiguiente feed-back. Todavía ven la política como un proceso top-down antes que botton-up.
-Ud. mencionó tiempo atrás la necesidad de contar con un Defensor del Contribuyente, equiparando la situación a la existente en países como USA o España. ¿Ud. cree que los Consejos Profesionales de Ciencias Económicas avalarían un proyecto como ese?
-La experiencia internacional indica que se le está asignando tanta importancia a los impuestos como al funcionamiento y proceder de las Agencias Tributarias. Se tiende a ver a ambos como parte integrante del Sistema Tributario. En la Argentina, los Consejos de Profesionales en Ciencias Económicas, han tratado de poner en la agenda política temas de reforma tributaria e incluso, en algunos casos (FAPCE, por ejemplo), de Estatuto de Contribuyente.
El estatuto (o ley) del Contribuyente busca establecer un equilibrio entre el derecho del Estado a cobrar impuestos y el del contribuyente que, como ciudadano, tiene que soportarlos. Se entiende como un “Círculo de Garantías” que protegen al ciudadano contribuyente frente a eventuales abusos del Poder Fiscal. Abusos que, por ejemplo, originaron en Estados Unidos la denominada “Taxpayers Bill of Rights” (1988). Creada con el objeto de morigerar la aplicación abusiva de los procedimientos de la administración tributaria, (IRS), que lesionaban garantías y derechos constitucionales de los contribuyentes. A partir de una reforma de 1998, esto se fue ampliando hasta llegar al diseño de una agencia estatal de Servicios al Contribuyente (la TAS).
En este momento existen Estatuto de Derechos del Contribuyente en Italia (2000) y otro en Australia (2007). Un Código de Defensa del Contribuyente en Brasil (Estado de San Pablo, 2003). La Carta del Contribuyente en Francia (2005). El Catálogo de Derechos del Contribuyente en España (2003). Así como, una Declaración de Derechos del Contribuyente en Canadá (2007) y una Ley de los Derechos del Contribuyente en México (2005).
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